/ jueves 25 de mayo de 2023

Alcaldes tránsfugas hay en todas partes

Muy tarde se dio cuenta el dirigente del PRI en Morelos, Jonathan Márquez, de que Ulises Bravo hermano del gobernador, Cuauhtémoc Blanco y cabeza principal de la operación “inflar a Morena”, en el estado trata de presionar a los alcaldes de diversa filiación a integrarse a las filas del partido guinda, y más exactamente a la facción que él y secuaces integran y que busca desplazar a los “enemigos del gobernador” de la toma de decisiones e influencia que pudieran tener en el partido. Más de un año llevan Ulises Bravo y funcionarios del gobierno presuntamente cuatroteísta de Morelos presionando a los ediles a firmar documentos, participar en movilizaciones y operar políticamente a favor de la facción en el Ejecutivo. A cambio de ello, ya lo habíamos escrito hace meses en este espacio, se les ofrecen giras del gobernador y morralla de obra pública.

El PRI tiene tres alcaldes en Morelos: Rafael Vargas, de Huitzilac; Francisco León y Vélez, Miacatlán; y Gonzalo “Chalo” Flores, Xochitepec. Los tres forman parte del grupo de alcaldes que desde el gobierno estatal se asume están controlados, o por lo menos influidos, por Ulises Bravo. Previo a la manifestación a favor del presidente López Obrador del 27 de noviembre pasado (esa que fue una respuesta a la marcha ciudadana a favor del INE en la que participó el dirigente priista de Morelos), los tres alcaldes del PRI aparecían en un listado de “alcaldes amigos” que movilizarían gente para acudir a la manifestación a favor del presidente. El compromiso con el que fueron anotados en la lista fue de en conjunto llevar a 350 personas de sus municipios, 200 desde Xochitepec, 100 desde Miacatlán y 50 de Huitzilac.

Los tres alcaldes también han sido partícipes del rechazo de algunos alcaldes al presupuesto de egresos 2023 y particularmente al Fondo de Infraestructura Regional Municipal, contra el que se han pronunciado en el mismo tono que el gobernador. De hecho, fue el de Miacatlán, Francisco León y Vélez, el primero en anunciar que los alcaldes interpondrían controversias constitucionales para frenar el presupuesto aprobado por los diputados, por cierto con el voto del PRI en el Congreso.

Probablemente el dirigente priista de Morelos no lo había notado, pero todo esto tiene más de un año ocurriendo con una cotidianeidad bárbara. Aunque también es posible que Jonathan lo supiera y haya preferido callar durante esos meses. Porque en sus reuniones frecuentes con el diputado Eliasib Polanco, el legislador debió haberle informado que sus tres alcaldes iban de frente contra una determinación que el PRI en el Legislativo no sólo votó a favor, sino en cuyo diseño participó.

Y claro que el PRI es el primero en reclamar, pero no es el único partido al que sus alcaldes están cercanos a traicionar, por cierto. Hay alcaldes del PAN, Movimiento Ciudadano y Nueva Alianza que están en el mismo barco de presiones y apoyos discrecionales del Ejecutivo y en eso han transitado ya los 17 meses que llevan administrando sus comunas.

Jonathan y los otros dirigentes de partidos, Dalila Morales, Julio César Solís y Mario Luis Salgado tampoco se podrían decir sorprendidos. Ulises Bravo y su equipo hacen lo que pueden porque es lo que saben y para lo que les da el poder del Ejecutivo estatal, mermado ciertamente por el presupuesto 2023 y el escaso respaldo ciudadano, pero es lo que tienen y con ello buscan empoderarse más. Convendría preguntarse si, a estas alturas de la administración los partidos tienen algo para ofrecer a sus alcaldes y lograr que permanezcan en sus filas. En eso, probablemente otras facciones de Morena les lleven ventaja, porque hay alcaldes del partido guinda que ejercen un papel más crítico del gobierno estatal que muchos de los supuestos opositores.

A lo mejor, y esto habrá que considerarlo en las proyecciones, la nebulosa ideológico-política que ha levantado la presencia del grupo de Ulises Bravo en la política morelense puede aclararse a medida que se acerque el tiempo de definiciones en las candidaturas. Por lo pronto, lo único que la mayoría de los políticos locales parece saber es dónde deben cobrar.

@martinellito

dmartinez@elsoldecuernavaca.com.mx

Muy tarde se dio cuenta el dirigente del PRI en Morelos, Jonathan Márquez, de que Ulises Bravo hermano del gobernador, Cuauhtémoc Blanco y cabeza principal de la operación “inflar a Morena”, en el estado trata de presionar a los alcaldes de diversa filiación a integrarse a las filas del partido guinda, y más exactamente a la facción que él y secuaces integran y que busca desplazar a los “enemigos del gobernador” de la toma de decisiones e influencia que pudieran tener en el partido. Más de un año llevan Ulises Bravo y funcionarios del gobierno presuntamente cuatroteísta de Morelos presionando a los ediles a firmar documentos, participar en movilizaciones y operar políticamente a favor de la facción en el Ejecutivo. A cambio de ello, ya lo habíamos escrito hace meses en este espacio, se les ofrecen giras del gobernador y morralla de obra pública.

El PRI tiene tres alcaldes en Morelos: Rafael Vargas, de Huitzilac; Francisco León y Vélez, Miacatlán; y Gonzalo “Chalo” Flores, Xochitepec. Los tres forman parte del grupo de alcaldes que desde el gobierno estatal se asume están controlados, o por lo menos influidos, por Ulises Bravo. Previo a la manifestación a favor del presidente López Obrador del 27 de noviembre pasado (esa que fue una respuesta a la marcha ciudadana a favor del INE en la que participó el dirigente priista de Morelos), los tres alcaldes del PRI aparecían en un listado de “alcaldes amigos” que movilizarían gente para acudir a la manifestación a favor del presidente. El compromiso con el que fueron anotados en la lista fue de en conjunto llevar a 350 personas de sus municipios, 200 desde Xochitepec, 100 desde Miacatlán y 50 de Huitzilac.

Los tres alcaldes también han sido partícipes del rechazo de algunos alcaldes al presupuesto de egresos 2023 y particularmente al Fondo de Infraestructura Regional Municipal, contra el que se han pronunciado en el mismo tono que el gobernador. De hecho, fue el de Miacatlán, Francisco León y Vélez, el primero en anunciar que los alcaldes interpondrían controversias constitucionales para frenar el presupuesto aprobado por los diputados, por cierto con el voto del PRI en el Congreso.

Probablemente el dirigente priista de Morelos no lo había notado, pero todo esto tiene más de un año ocurriendo con una cotidianeidad bárbara. Aunque también es posible que Jonathan lo supiera y haya preferido callar durante esos meses. Porque en sus reuniones frecuentes con el diputado Eliasib Polanco, el legislador debió haberle informado que sus tres alcaldes iban de frente contra una determinación que el PRI en el Legislativo no sólo votó a favor, sino en cuyo diseño participó.

Y claro que el PRI es el primero en reclamar, pero no es el único partido al que sus alcaldes están cercanos a traicionar, por cierto. Hay alcaldes del PAN, Movimiento Ciudadano y Nueva Alianza que están en el mismo barco de presiones y apoyos discrecionales del Ejecutivo y en eso han transitado ya los 17 meses que llevan administrando sus comunas.

Jonathan y los otros dirigentes de partidos, Dalila Morales, Julio César Solís y Mario Luis Salgado tampoco se podrían decir sorprendidos. Ulises Bravo y su equipo hacen lo que pueden porque es lo que saben y para lo que les da el poder del Ejecutivo estatal, mermado ciertamente por el presupuesto 2023 y el escaso respaldo ciudadano, pero es lo que tienen y con ello buscan empoderarse más. Convendría preguntarse si, a estas alturas de la administración los partidos tienen algo para ofrecer a sus alcaldes y lograr que permanezcan en sus filas. En eso, probablemente otras facciones de Morena les lleven ventaja, porque hay alcaldes del partido guinda que ejercen un papel más crítico del gobierno estatal que muchos de los supuestos opositores.

A lo mejor, y esto habrá que considerarlo en las proyecciones, la nebulosa ideológico-política que ha levantado la presencia del grupo de Ulises Bravo en la política morelense puede aclararse a medida que se acerque el tiempo de definiciones en las candidaturas. Por lo pronto, lo único que la mayoría de los políticos locales parece saber es dónde deben cobrar.

@martinellito

dmartinez@elsoldecuernavaca.com.mx