Conocí a Martín "Chino" Sánchez por ahí de 2008 o 2009 cuando en el Diario de Morelos me encargaron cubrir la fuente informativa del Congreso del Estado.
Chino ya era hermano de mi tío José Luis Garcitapia y recuerdo que cuando me lo presentó me causó mucho asombro que llevara el mismo nombre que uno de mis tíos a los que he querido más: mi tío "Pipo", Martín Sánchez, excelente conductor del programa estelar de Estéreo Mundo, Línea Caliente, quien falleció en 1992 a los 27 años.
Desde ese momento ya no pude separarme ni de Garci ni de Sánchez. Los atosigaba diario desde muy temprano para ver dónde andaban, si íbamos a desayunar y también para que no me dieran vuelta, pues a diferencia de un novato como yo que tenía que andar a las vivas, a ellos por su experiencia y contactos, les avisaban de cualquier movimiento y les mandaban la información que necesitaban.
Después de andar toda la mañana aprendiendo, les daba un respiro cuando iban a sus redacciones, pero a eso de las cuatro de la tarde ya los estaba carrereando para que me llevaran a comer y a beber al México Lindo.
Después de unos meses, el propedéutico rindió frutos y cada vez me sentí más seguro en mi labor periodística, sus contactos me reconocieron y se hicieron amigos míos también.
Chino y Garci me enseñaron y compartieron mucho, sin envidia, sin recelo, de amigos pues, a diferencia de los pleitos que veía (y que hoy veo cada vez más frecuentes) entre reporteros, donde todo mundo anda buscando pasar por encima del otro.
Con Sánchez y su banda comencé a jugar Frontón, y poco a poco la amistad que teníamos en el trabajo se mezcló con la vida. Pasamos de ser amigos laborales, a ser amigos verdaderos y convivíamos dentro y fuera del medio periodístico.
Mis mejores amigos se convirtieron en sus amigos y cuando tengo que tomar una decisión difícil, cuando he tenido malos días o cuando tengo problemas, le llamo y platicamos hasta que todo parece menos complicado. Aunque nunca me lo dice en ese tono, sus palabras son consejos, pero vienen sin ese tono inquisitivo de los mayores o de la familia, que se asume como poseedora de la verdad.
Ahora que Garci ya no está físicamente, nunca me falta el Chino. Como con mis amigos de generación con quienes compartí educación y momentos especiales, nos vemos dos o más veces a la semana. Le pido asesoría y ahora de vez en cuando, platicamos de cosas serias de la vida y nos reconfortamos de los sinsabores.
Por eso valoro mucho su amistad y aprovechando que este viernes 13 cumplió un año más de vida, le dedico estas líneas para desearle un feliz cumpleaños.
Felicidades Martín "Mula" Sánchez... ahora sí ya estás ruco!!!