/ martes 28 de enero de 2020

La simulación ecológica

Se denomina contaminación ambiental a la presencia de componentes nocivos ya sea químicos, físicos o biológicos en el medio ambiente que impliquen un perjuicio para los seres vivos que lo habiten, aunque existen diversos factores de origen, esta contaminación se encuentra estrechamente vinculada en sus causas a la actividad humana.

Entre las causales se encuentran la tala excesiva, la extracción, procesamiento y refinación de combustibles fósiles, la producción de energía con esos combustibles. El uso de automotores y por supuesto, el uso indiscriminado de plásticos y otros materiales derivados del petróleo con su posterior liberación en espacios naturales.

La prohibición para la venta, compra y distribución de bolsas de plástico de un solo uso se dio primero en Veracruz y de ahí se replicó a más de la mitad de los Estados de la República Mexicana incluyendo Morelos, todo parecía bien de inicio, todos pensamos que era el principio de una serie de medidas serias para hacer frente a un tema tan delicado como la contaminación ambiental.

Pero como suele suceder con las medidas de remediación que se dan en este país, no se pensó en las posibles consecuencias que pudieran dar pie a la necesidad de establecer correctas alternativas siempre en la búsqueda de hacer más efectiva la lucha contra la contaminación, el ánimo por los reflectores hizo olvidar las letras chiquitas de la medida.

Los imprevistos los vemos día a día, el fin de semana al acudir una tienda de autoservicio ubicada en Plaza Cuernavaca, me encontré con que la medida ya se había implementado desde el primer día de Enero y para los olvidadizos estaban disponibles una bolsas de algodón que con la intención de llamarlas “ecológicas” han sido fabricadas en color verde, todo iba bien en mi percepción de “salvadores de la naturaleza” hasta que fui caminando por los pasillos de la tienda y me encontré entre otras cosas con paquetes de bolsitas de plástico cuyo utilidad es la hacer hielitos “frappé” al llenarlas de agua y depositarlas en el congelador ¿son de un solo uso? Por supuesto, faltaba más, avanzando por esos pasillos me encontré con popotes, bolsas plásticas, unicel y botellas de agua y refrescos en prácticamente todas las presentaciones y capacidades, ¿quiere una coca cola? Claro!! La tenemos en botellas de 3 litros, 2, 1, 600ml, 500, 400, 200 y en “ediciones especiales” que no quiere decir otra cosa que más y más capacidades de contenido, para todos los gustos y necesidades, sin tomar en cuenta que solo se necesita cruzar la calle para encontrar otra “supertienda” que amparada en la excepción de liberar los “stocks” existentes, sigue dando sus bolsitas de un solo uso.

Nadie niega que tomar cartas en el asunto es más que necesario, el panorama es negro y el cuidado la tierra, nuestro único hogar, es responsabilidad de todo ser racional que habite en él, las bolsas plásticas de un solo uso representan por si solas un problema al equilibrio ecológico, desde que Gustaf Thulin un ingeniero sueco inventó el producto y método para fabricarlas de forma masiva y bastante económica allá por 1965, de la producción total de esas bolsas hasta el día de hoy, sólo el 9% se ha reciclado, el 12% se incineró y el 79% permanece como residuo en la naturaleza y continuará ahí varios siglos más, en algunos casos se estima hasta 1000 años contaminando diversos ecosistemas.

El problema radica que aun detectando el problema, sus causas y consecuencias no hemos sido capaces de diseñar estrategias efectivas para revertir el apocalipsis que hemos detonado, las bolsas de algodón ocupan más energía en su elaboración y transporte que las de otros materiales y nada garantiza que vayan a solucionar el problema, las leyes emitidas también parecen insuficientes y poco meditadas, en Junio del año pasado el Congreso Morelense aprobó una modificación a las Leyes de Equilibrio Ecológico y Manejo de Residuos Sólidos, prohibiendo la producción y uso de bolsas de plástico, popotes y envases de unicel, una prohibición que se indica será aplicada de manera paulatina aunque desordenada para ser la palabra correcta, hay voces que se levantan para mencionar cosas que no fueron consideradas, como la situación de los cientos o miles de empacadores de la tercera edad que trabaja en las tiendas de autoservicio y que ahora, a su difícil situación laboral ven agregada la incertidumbre, todo eso ante una ley que al menos en Morelos nació desdentada ya que no cuenta con reglamentos y al día de hoy ni siquiera sabemos que autoridad será la encargada de hacer que se cumpla o sancionar en su caso, no hay objetivos claros salvo el impacto mediático y eso no salva a ningún planeta.

Cuando uno ve la enorme cantidad de productos hechos con plástico presentes en el hogar y en todo nuestro entorno, no se puede dejar de pensar con tristeza que todo son palos de ciego, una “simulación ecológica”, el ser humano debe dejar de creer que la lucha es para salvar a la humanidad y ascender, entendiendo que se trata de pelear por la tierra y por todos los organismos vivos que en ella coexisten, dejar de actuar como plaga es el verdadero reto.


Twiiter: @michelleonofre

Se denomina contaminación ambiental a la presencia de componentes nocivos ya sea químicos, físicos o biológicos en el medio ambiente que impliquen un perjuicio para los seres vivos que lo habiten, aunque existen diversos factores de origen, esta contaminación se encuentra estrechamente vinculada en sus causas a la actividad humana.

Entre las causales se encuentran la tala excesiva, la extracción, procesamiento y refinación de combustibles fósiles, la producción de energía con esos combustibles. El uso de automotores y por supuesto, el uso indiscriminado de plásticos y otros materiales derivados del petróleo con su posterior liberación en espacios naturales.

La prohibición para la venta, compra y distribución de bolsas de plástico de un solo uso se dio primero en Veracruz y de ahí se replicó a más de la mitad de los Estados de la República Mexicana incluyendo Morelos, todo parecía bien de inicio, todos pensamos que era el principio de una serie de medidas serias para hacer frente a un tema tan delicado como la contaminación ambiental.

Pero como suele suceder con las medidas de remediación que se dan en este país, no se pensó en las posibles consecuencias que pudieran dar pie a la necesidad de establecer correctas alternativas siempre en la búsqueda de hacer más efectiva la lucha contra la contaminación, el ánimo por los reflectores hizo olvidar las letras chiquitas de la medida.

Los imprevistos los vemos día a día, el fin de semana al acudir una tienda de autoservicio ubicada en Plaza Cuernavaca, me encontré con que la medida ya se había implementado desde el primer día de Enero y para los olvidadizos estaban disponibles una bolsas de algodón que con la intención de llamarlas “ecológicas” han sido fabricadas en color verde, todo iba bien en mi percepción de “salvadores de la naturaleza” hasta que fui caminando por los pasillos de la tienda y me encontré entre otras cosas con paquetes de bolsitas de plástico cuyo utilidad es la hacer hielitos “frappé” al llenarlas de agua y depositarlas en el congelador ¿son de un solo uso? Por supuesto, faltaba más, avanzando por esos pasillos me encontré con popotes, bolsas plásticas, unicel y botellas de agua y refrescos en prácticamente todas las presentaciones y capacidades, ¿quiere una coca cola? Claro!! La tenemos en botellas de 3 litros, 2, 1, 600ml, 500, 400, 200 y en “ediciones especiales” que no quiere decir otra cosa que más y más capacidades de contenido, para todos los gustos y necesidades, sin tomar en cuenta que solo se necesita cruzar la calle para encontrar otra “supertienda” que amparada en la excepción de liberar los “stocks” existentes, sigue dando sus bolsitas de un solo uso.

Nadie niega que tomar cartas en el asunto es más que necesario, el panorama es negro y el cuidado la tierra, nuestro único hogar, es responsabilidad de todo ser racional que habite en él, las bolsas plásticas de un solo uso representan por si solas un problema al equilibrio ecológico, desde que Gustaf Thulin un ingeniero sueco inventó el producto y método para fabricarlas de forma masiva y bastante económica allá por 1965, de la producción total de esas bolsas hasta el día de hoy, sólo el 9% se ha reciclado, el 12% se incineró y el 79% permanece como residuo en la naturaleza y continuará ahí varios siglos más, en algunos casos se estima hasta 1000 años contaminando diversos ecosistemas.

El problema radica que aun detectando el problema, sus causas y consecuencias no hemos sido capaces de diseñar estrategias efectivas para revertir el apocalipsis que hemos detonado, las bolsas de algodón ocupan más energía en su elaboración y transporte que las de otros materiales y nada garantiza que vayan a solucionar el problema, las leyes emitidas también parecen insuficientes y poco meditadas, en Junio del año pasado el Congreso Morelense aprobó una modificación a las Leyes de Equilibrio Ecológico y Manejo de Residuos Sólidos, prohibiendo la producción y uso de bolsas de plástico, popotes y envases de unicel, una prohibición que se indica será aplicada de manera paulatina aunque desordenada para ser la palabra correcta, hay voces que se levantan para mencionar cosas que no fueron consideradas, como la situación de los cientos o miles de empacadores de la tercera edad que trabaja en las tiendas de autoservicio y que ahora, a su difícil situación laboral ven agregada la incertidumbre, todo eso ante una ley que al menos en Morelos nació desdentada ya que no cuenta con reglamentos y al día de hoy ni siquiera sabemos que autoridad será la encargada de hacer que se cumpla o sancionar en su caso, no hay objetivos claros salvo el impacto mediático y eso no salva a ningún planeta.

Cuando uno ve la enorme cantidad de productos hechos con plástico presentes en el hogar y en todo nuestro entorno, no se puede dejar de pensar con tristeza que todo son palos de ciego, una “simulación ecológica”, el ser humano debe dejar de creer que la lucha es para salvar a la humanidad y ascender, entendiendo que se trata de pelear por la tierra y por todos los organismos vivos que en ella coexisten, dejar de actuar como plaga es el verdadero reto.


Twiiter: @michelleonofre