/ lunes 24 de abril de 2023

Simulador y tramposo

Es alentador saber que la Fiscalía General de Justicia del estado de Morelos logró la detención en Tres Marías del presunto responsable del asesinato de tres jóvenes ocurrido en la carretera federal México-Cuernavaca, todavía faltan más detenciones, son una banda criminal. Dos de las víctimas trabajaban en el Instituto Nacional de Salud Pública. Después de tres días de la desaparición, fueron encontrados los cuerpos en las inmediaciones del paraje del Capulín; muy cerca, a menos de un kilómetro se encuentra un cuartel de la policía estatal de Morelos.

El gobernador especialista en repartir culpas y evadir su responsabilidad, bateó el tema señalando a la fiscalía y al presidente municipal de Cuernavaca como los responsables, cuando los hechos se presentaron en Huitzilac a unos metros del cuartel de su policía. El comisionado de seguridad pública, un almirante retirado que hasta hace cuatro años era un desconocido en el estado, con ese tono que no muestra el menor compromiso, con ese tono despreocupado que no asume ninguna responsabilidad sobre la seguridad de los morelenses, alcanzó a hilvanar una advertencia a los usuarios de la carretera federal y de la autopista a la CDMX para que por ningún motivo se detengan, porque pueden ser víctimas de algún delito. No es broma, ahí están las declaraciones.

Días antes también en Huitzilac, en el fraccionamiento Guayacahuala, diez kilómetros antes de llegar a Cuernavaca en la zona de fraccionamientos fue asesinado en la puerta de su casa un biólogo investigador que regresaba de la CDMX, al momento no se sabe si los dos casos están relacionados.

También en esta semana apareció en un paraje de Alpuyeca el cuerpo del hermano de una diputada local originaria de la comunidad indígena de Cuentepec. Apenas hace seis meses, a principios de octubre del año pasado fue asesinada la diputada local en funciones Gabriela Marín. Por si fuera poco, esta Semana Santa cerró con 27 personas asesinadas, la cifra más alta nunca antes registrada, vamos de mal en peor.

La realidad de Morelos es gravísima, hoy los asesinatos ocurren todos los días, no se trata solo de ajuste de cuentas entre grupos delictivos, en mucho de los casos se trata de ciudadanos sin ningún vínculo con la delincuencia, personas de bien, de la comunidad, que pierden la vida en manos de delincuentes que actúan con la impunidad que les da la ausencia y la omisión de los encargados de brindar seguridad; la impunidad que les da la frivolidad y el valemadrismo con la que se conduce el futbolista en funciones de gobernador y del burócrata almirante avecindado temporalmente en Morelos.

Mientras esto pasa, el gobernador tiene otras prioridades muy distintas y alejadas de su obligación de brindar seguridad a los morelenses; anunció sus aspiraciones para irse de candidato a jefe de gobierno de la CDMX, dice que el presidente le dijo que se midiera en la encuesta, para lo cual tendría que dejar la gubernatura e irse a hacer campaña a la capital.

No sabemos cuando sucederá, pero me queda clarísimo que este personaje que vino a Morelos contratado para ser candidato a presidente municipal, violando la legislación electoral, protegido desde la Secretaria de Gobernación en el sexenio de Peña Nieto, y quien después se convertiría en gobernador, este personaje famoso en las canchas ídolo de los aficionados, nunca más regresará a Morelos a no ser para comparecer ante los tribunales por todos los desvíos, corruptelas, complicidades y omisiones cometidas durante este sexenio. O tal vez no pase nada y la 4T lo cobije con su manto protector de inmunidad.

El futbolista que en la cancha se distinguía por ser simulador y tramposo, que hacía como que se orinaba en posición de perro en la portería de los contrarios, se irá de Morelos dejando un estado dominado por la delincuencia, la inseguridad y la zozobra. Con miles de muertos cargando a cuestas y el dolor de las familias de las víctimas. Sin ninguna obra, acción o política de gobierno significativa. Como dice el dicho popular, navegó de muertito.

Se va en busca de otro cargo público sabiendo que no tiene la capacidad ni los conocimientos para ocupar este tipo de responsabilidades, ya se evidenció en Morelos, desde ahí comienza la corrupción.

Para simular y hacer la trampa no requiere más que un partido como Morena que le abra la puerta pragmáticamente buscando votos al precio que sea, sin pensar en el daño que ocasiona a la gente.

La trampa y la simulación están en su ADN.

Es alentador saber que la Fiscalía General de Justicia del estado de Morelos logró la detención en Tres Marías del presunto responsable del asesinato de tres jóvenes ocurrido en la carretera federal México-Cuernavaca, todavía faltan más detenciones, son una banda criminal. Dos de las víctimas trabajaban en el Instituto Nacional de Salud Pública. Después de tres días de la desaparición, fueron encontrados los cuerpos en las inmediaciones del paraje del Capulín; muy cerca, a menos de un kilómetro se encuentra un cuartel de la policía estatal de Morelos.

El gobernador especialista en repartir culpas y evadir su responsabilidad, bateó el tema señalando a la fiscalía y al presidente municipal de Cuernavaca como los responsables, cuando los hechos se presentaron en Huitzilac a unos metros del cuartel de su policía. El comisionado de seguridad pública, un almirante retirado que hasta hace cuatro años era un desconocido en el estado, con ese tono que no muestra el menor compromiso, con ese tono despreocupado que no asume ninguna responsabilidad sobre la seguridad de los morelenses, alcanzó a hilvanar una advertencia a los usuarios de la carretera federal y de la autopista a la CDMX para que por ningún motivo se detengan, porque pueden ser víctimas de algún delito. No es broma, ahí están las declaraciones.

Días antes también en Huitzilac, en el fraccionamiento Guayacahuala, diez kilómetros antes de llegar a Cuernavaca en la zona de fraccionamientos fue asesinado en la puerta de su casa un biólogo investigador que regresaba de la CDMX, al momento no se sabe si los dos casos están relacionados.

También en esta semana apareció en un paraje de Alpuyeca el cuerpo del hermano de una diputada local originaria de la comunidad indígena de Cuentepec. Apenas hace seis meses, a principios de octubre del año pasado fue asesinada la diputada local en funciones Gabriela Marín. Por si fuera poco, esta Semana Santa cerró con 27 personas asesinadas, la cifra más alta nunca antes registrada, vamos de mal en peor.

La realidad de Morelos es gravísima, hoy los asesinatos ocurren todos los días, no se trata solo de ajuste de cuentas entre grupos delictivos, en mucho de los casos se trata de ciudadanos sin ningún vínculo con la delincuencia, personas de bien, de la comunidad, que pierden la vida en manos de delincuentes que actúan con la impunidad que les da la ausencia y la omisión de los encargados de brindar seguridad; la impunidad que les da la frivolidad y el valemadrismo con la que se conduce el futbolista en funciones de gobernador y del burócrata almirante avecindado temporalmente en Morelos.

Mientras esto pasa, el gobernador tiene otras prioridades muy distintas y alejadas de su obligación de brindar seguridad a los morelenses; anunció sus aspiraciones para irse de candidato a jefe de gobierno de la CDMX, dice que el presidente le dijo que se midiera en la encuesta, para lo cual tendría que dejar la gubernatura e irse a hacer campaña a la capital.

No sabemos cuando sucederá, pero me queda clarísimo que este personaje que vino a Morelos contratado para ser candidato a presidente municipal, violando la legislación electoral, protegido desde la Secretaria de Gobernación en el sexenio de Peña Nieto, y quien después se convertiría en gobernador, este personaje famoso en las canchas ídolo de los aficionados, nunca más regresará a Morelos a no ser para comparecer ante los tribunales por todos los desvíos, corruptelas, complicidades y omisiones cometidas durante este sexenio. O tal vez no pase nada y la 4T lo cobije con su manto protector de inmunidad.

El futbolista que en la cancha se distinguía por ser simulador y tramposo, que hacía como que se orinaba en posición de perro en la portería de los contrarios, se irá de Morelos dejando un estado dominado por la delincuencia, la inseguridad y la zozobra. Con miles de muertos cargando a cuestas y el dolor de las familias de las víctimas. Sin ninguna obra, acción o política de gobierno significativa. Como dice el dicho popular, navegó de muertito.

Se va en busca de otro cargo público sabiendo que no tiene la capacidad ni los conocimientos para ocupar este tipo de responsabilidades, ya se evidenció en Morelos, desde ahí comienza la corrupción.

Para simular y hacer la trampa no requiere más que un partido como Morena que le abra la puerta pragmáticamente buscando votos al precio que sea, sin pensar en el daño que ocasiona a la gente.

La trampa y la simulación están en su ADN.

ÚLTIMASCOLUMNAS