/ martes 31 de agosto de 2021

El reto de la LV Legislatura

Después de una sucesión de legislaturas que han ido de lo malo a lo terrible, de lo mediocre a lo patético; la edición LV del Congreso del Estado de Morelos no tendría que hacer demasiadas cosas buenas para obtener una mejor calificación. Y a lo mejor los nuevos diputados locales hasta tienen talentos y capacidades suficientes como para promover una agenda que verdaderamente atienda los problemas reales de los morelenses, como la inseguridad, el desarrollo económico, la salud pública, la educación, la generación de empleo, y el combate a la pobreza y marginación; además de los que corresponden a la necesaria evolución social, como la extensión del conocimiento, las nuevas tecnologías, la seguridad digital, las energías limpias, entre otros pendientes que resultan mucho más importantes que cualquier nombramiento en cargos de alta burocracia.

Porque la urgencia de leyes y ordenamientos que incidan en prácticamente todas las áreas de políticas públicas, se ha vuelto inaplazable después de por lo menos cuatro legislaturas decepcionantes, que significan más de una década de rezago en el marco jurídico de Morelos. Las agendas legislativas de cada grupo y fracción parlamentaria deberían a estas alturas estar llenas de temas e iniciativas que resultan urgentes para la ciudadanía, y ahora también para la subsistencia del sistema político que los legisladores protestarán defender este primero de septiembre.

En efecto, las múltiples crisis derivadas de acciones de gobierno y coyunturales nacionales e internacionales, han comprometido ya la gobernabilidad en el estado. Las movilizaciones para exigir servicios públicos, justicia para las víctimas de delitos, gobiernos más eficientes y humanos, se han multiplicado en el estado y llega a sorprender la facilidad y aparente banalidad en los motivos que llevan a bloquear calles, a cerrar oficinas gubernamentales, derivadas de la ausencia de diálogos que generen soluciones en los temas que tanto enojan a la gente.

Y al final, parece que en la mayor parte de los problemas tiene por lo menos vista el Congreso. Si los municipios carecen de recursos se debe a un mal diseño institucional y a asignaciones presupuestales equívocas que bien pueden corregirse desde el Legislativo. Si el gobierno estatal o los municipales fallan, si los funcionarios públicos incurren en responsabilidades por acción u omisión, si las secretarías de estado o los ayuntamientos hacen mal uso de los recursos públicos, de todo eso tiene vistas el Legislativo y estaría obligado a actuar para corregir esos problemas, mediante rediseños institucionales serios que no llenen de chipotes la administración pública.

Y probablemente los tres años que ejercerá la LV Legislatura de Morelos no sean suficientes para atender todos los retos que los rezagos y la evolución social le han asignado. Pero, a diferencia de sus muchos antecesores, bien podría empezar a atenderlos. Los electores confiaron en este grupo de 20 notables morelenses para transformar a Morelos, y dado el nivel de conflictos que se perciben en Morelos, parece que es la última llamada para un Congreso que inicia con la urgencia de recuperar la confianza. Toca a la ciudadanía exigir resultados.



@martinellito

dmartinez@elsoldecuernavaca.com.mx

Después de una sucesión de legislaturas que han ido de lo malo a lo terrible, de lo mediocre a lo patético; la edición LV del Congreso del Estado de Morelos no tendría que hacer demasiadas cosas buenas para obtener una mejor calificación. Y a lo mejor los nuevos diputados locales hasta tienen talentos y capacidades suficientes como para promover una agenda que verdaderamente atienda los problemas reales de los morelenses, como la inseguridad, el desarrollo económico, la salud pública, la educación, la generación de empleo, y el combate a la pobreza y marginación; además de los que corresponden a la necesaria evolución social, como la extensión del conocimiento, las nuevas tecnologías, la seguridad digital, las energías limpias, entre otros pendientes que resultan mucho más importantes que cualquier nombramiento en cargos de alta burocracia.

Porque la urgencia de leyes y ordenamientos que incidan en prácticamente todas las áreas de políticas públicas, se ha vuelto inaplazable después de por lo menos cuatro legislaturas decepcionantes, que significan más de una década de rezago en el marco jurídico de Morelos. Las agendas legislativas de cada grupo y fracción parlamentaria deberían a estas alturas estar llenas de temas e iniciativas que resultan urgentes para la ciudadanía, y ahora también para la subsistencia del sistema político que los legisladores protestarán defender este primero de septiembre.

En efecto, las múltiples crisis derivadas de acciones de gobierno y coyunturales nacionales e internacionales, han comprometido ya la gobernabilidad en el estado. Las movilizaciones para exigir servicios públicos, justicia para las víctimas de delitos, gobiernos más eficientes y humanos, se han multiplicado en el estado y llega a sorprender la facilidad y aparente banalidad en los motivos que llevan a bloquear calles, a cerrar oficinas gubernamentales, derivadas de la ausencia de diálogos que generen soluciones en los temas que tanto enojan a la gente.

Y al final, parece que en la mayor parte de los problemas tiene por lo menos vista el Congreso. Si los municipios carecen de recursos se debe a un mal diseño institucional y a asignaciones presupuestales equívocas que bien pueden corregirse desde el Legislativo. Si el gobierno estatal o los municipales fallan, si los funcionarios públicos incurren en responsabilidades por acción u omisión, si las secretarías de estado o los ayuntamientos hacen mal uso de los recursos públicos, de todo eso tiene vistas el Legislativo y estaría obligado a actuar para corregir esos problemas, mediante rediseños institucionales serios que no llenen de chipotes la administración pública.

Y probablemente los tres años que ejercerá la LV Legislatura de Morelos no sean suficientes para atender todos los retos que los rezagos y la evolución social le han asignado. Pero, a diferencia de sus muchos antecesores, bien podría empezar a atenderlos. Los electores confiaron en este grupo de 20 notables morelenses para transformar a Morelos, y dado el nivel de conflictos que se perciben en Morelos, parece que es la última llamada para un Congreso que inicia con la urgencia de recuperar la confianza. Toca a la ciudadanía exigir resultados.



@martinellito

dmartinez@elsoldecuernavaca.com.mx