/ miércoles 27 de octubre de 2021

El error del FAEDE

El Fondo de Aportaciones Estatales para el Desarrollo Económico es una bolsa de recursos que el gobierno de Morelos ofrece a los municipios para impulsar las actividades productivas (primordialmente agropecuarias y artesanales). No se trata de una cantidad enorme de dinero, en el presupuesto 2020, por ejemplo, el FAEDE alcanzó solamente 209 millones 929 mil pesos que equivalen a menos del 10% del monto destinado a participaciones estatales a los municipios.

El fondo funciona desde 2004, y las actuales condiciones de operación fueron aprobadas en el 2010, en que se redefinieron las proporciones que recibiría cada uno de los entonces 33 municipios, del monto general asignado. Esta proporción beneficia mayormente a las demarcaciones con mayor vocación agrícola, como Tetecala, Tepalginco, Temixco, Miacatlán, Atlatlahucan, Yecapixtla, Coatlán del Río.

El fondo significaba aportaciones de entre 4.8 y 8.1 millones de pesos para los municipios que eran destinados, idealmente a apoyar a productores agrícolas y artesanos con infraestructura, equipamiento y capital de trabajo y en “lo relacionado al comercio, industria y servicios, en la proporción y conforme a los programas previamente aprobados por el Ayuntamiento; en ningún caso podrá ser utilizado para el pago de nóminas o su equivalente en el gasto corriente o de operación”, de acuerdo con las reglas de operación del fondo. Es decir, se trataba de recursos escasísimos, cierto, pero que funcionaban para estimular la actividad económica en el estado.

Como en todos los recursos que manejan los funcionarios públicos, había dudas importantes en las asignaciones del FAEDE; en Cuautla se han vuelto frecuentes las quejas de grupos de productores respecto de la asignación tardía de los montos aprobados, la retención de pagos y otros problemas que ilustran un problema de flujo de efectivo en que el ayuntamiento y el gobierno del estado intercambian culpas y excusas, y difícilmente soluciones. Esos problemas de asignación en los recursos no son privativos del FAEDE, y tampoco serían una razón para intentar extinguir el único apoyo real que los municipios dan a miles de productores en el estado. En todo caso, tendrían que aplicarse las sanciones pertinentes a los funcionarios públicos que han fallado en cumplir con su trabajo.

Al contrario, los diputados de la actual legislatura pretendían aumentar el FAEDE, que se integra actualmente con el 1.5% del monto total que resulta de la suma de los ingresos propios, participaciones federales e ingresos coordinados señalados en la Ley de Ingresos para el Gobierno del Estado de Morelos; al 2.5% del mismo monto (de haberse aplicado en el 2020, el monto del fondo habría sido de 394.9 millones de pesos y habría repartido montos de entre 8 y 13,5 millones de pesos). Por eso extraña que la propuesta del Ejecutivo estatal sea reducir los recursos destinados al fondo hasta casi la extinción del mismo, de acuerdo con lo que ha podido analizar de la iniciativa la Comisión de Hacienda del Congreso del Estado.

Con la crisis derivada de la pandemia, reducir o extinguir los apoyos a productores no sólo representa una enorme crueldad, sino cerrar posibilidades de crecimiento económico.

@martinellito

dmartinez@elsoldecuernavaca.com.mx

El Fondo de Aportaciones Estatales para el Desarrollo Económico es una bolsa de recursos que el gobierno de Morelos ofrece a los municipios para impulsar las actividades productivas (primordialmente agropecuarias y artesanales). No se trata de una cantidad enorme de dinero, en el presupuesto 2020, por ejemplo, el FAEDE alcanzó solamente 209 millones 929 mil pesos que equivalen a menos del 10% del monto destinado a participaciones estatales a los municipios.

El fondo funciona desde 2004, y las actuales condiciones de operación fueron aprobadas en el 2010, en que se redefinieron las proporciones que recibiría cada uno de los entonces 33 municipios, del monto general asignado. Esta proporción beneficia mayormente a las demarcaciones con mayor vocación agrícola, como Tetecala, Tepalginco, Temixco, Miacatlán, Atlatlahucan, Yecapixtla, Coatlán del Río.

El fondo significaba aportaciones de entre 4.8 y 8.1 millones de pesos para los municipios que eran destinados, idealmente a apoyar a productores agrícolas y artesanos con infraestructura, equipamiento y capital de trabajo y en “lo relacionado al comercio, industria y servicios, en la proporción y conforme a los programas previamente aprobados por el Ayuntamiento; en ningún caso podrá ser utilizado para el pago de nóminas o su equivalente en el gasto corriente o de operación”, de acuerdo con las reglas de operación del fondo. Es decir, se trataba de recursos escasísimos, cierto, pero que funcionaban para estimular la actividad económica en el estado.

Como en todos los recursos que manejan los funcionarios públicos, había dudas importantes en las asignaciones del FAEDE; en Cuautla se han vuelto frecuentes las quejas de grupos de productores respecto de la asignación tardía de los montos aprobados, la retención de pagos y otros problemas que ilustran un problema de flujo de efectivo en que el ayuntamiento y el gobierno del estado intercambian culpas y excusas, y difícilmente soluciones. Esos problemas de asignación en los recursos no son privativos del FAEDE, y tampoco serían una razón para intentar extinguir el único apoyo real que los municipios dan a miles de productores en el estado. En todo caso, tendrían que aplicarse las sanciones pertinentes a los funcionarios públicos que han fallado en cumplir con su trabajo.

Al contrario, los diputados de la actual legislatura pretendían aumentar el FAEDE, que se integra actualmente con el 1.5% del monto total que resulta de la suma de los ingresos propios, participaciones federales e ingresos coordinados señalados en la Ley de Ingresos para el Gobierno del Estado de Morelos; al 2.5% del mismo monto (de haberse aplicado en el 2020, el monto del fondo habría sido de 394.9 millones de pesos y habría repartido montos de entre 8 y 13,5 millones de pesos). Por eso extraña que la propuesta del Ejecutivo estatal sea reducir los recursos destinados al fondo hasta casi la extinción del mismo, de acuerdo con lo que ha podido analizar de la iniciativa la Comisión de Hacienda del Congreso del Estado.

Con la crisis derivada de la pandemia, reducir o extinguir los apoyos a productores no sólo representa una enorme crueldad, sino cerrar posibilidades de crecimiento económico.

@martinellito

dmartinez@elsoldecuernavaca.com.mx