Se preparan florerías para el 14 de febrero

Las orquídeas y tulipanes son las más solicitadas por los enamorados

Antonela Ladino

  · lunes 11 de febrero de 2019

La ventaja en el pasillo de las flores es que hay variedad y cada quien tiene su propio diseño.

El pasillo conocido como Las flores del mercado Adolfo López Mateos, luce repleto de variedad en flores porque se acerca el día del amor y la amistad. Guadalupe Suárez Gómez es parte de la tercer generación de su familia, cuyo negocio lleva más de 50 años al servicio, aunque empezó en la ahora Plazuela del Zacate, años más tarde, más de 20 vendedores fueron reubicados en el centro comercial más grande del estado.

Suárez Gómez dice que en esa época se vendían las gladiolas, margaritas y crisantemos, las cuales todavía se encuentran en algunos locales, pero la mayoría se han modernizado e introdujeron rosas en diferentes colores, tulipanes, astromélias o lirio de campo y lilís.

Indica que sus clientes son variados pero la mayoría solicita orquídeas y tulipanes, cuyos precios van desde 150 hasta 200 pesos con una durabilidad de uno a tres meses, depende el cuidado que le den. Las ventas fuertes son el 14 de febrero y 10 de mayo. pero todo el año hay de buena venta.

Para el día del amor y la amistad, las rosas rojas son las más solicitadas por lo que Guadalupe y su familia adquieren a los productores de la Ciudad de México y Puebla arriba de 150 paquetes de rosas cada uno con dos docenas.

Solían venderse las gladiolas, margaritas y crisantemos, las cuales todavía se encuentran en algunos locales, pero la mayoría se han modernizado e introdujeron rosas en diferentes colores.

Cuenta que hace un año hubo mayor demanda de tulipanes para ser regalos de amistad de mujeres hacia sus amigos, y en la actualidad hay menos demanda porque hay mayor competencia en las inmediaciones del Adolfo López Mateos, sin embargo, la ventaja en el pasillo de las flores es que hay variedad y cada quien tiene su propio diseño a diferencia de otros puestos donde solo hay un modelo y un precio.

Los diseños, dice Guadalupe, los aprendió observando a sus padres pero también lo trae en la sangre, ya que el local de las flores fue su primera casa desde que nació y para ella más que un trabajo es un gusto porque al entregar un arreglo es darle una alegría a alguien más.