[Especial] Entre la fe y la muerte

Cientos de sacerdotes morelenses hacen lo que pueden para brindar consuelo y esperanza a los enfermos y sus familias, sin importar que eso les haya costado incluso la vida

Rosaura Hernández | El Sol de Cuautla

  · sábado 13 de marzo de 2021

Durante la pandemia, la Diócesis también ha tenido que reinventarse y adaptarse / Gude Servín | El Sol de Cuautla

El Covid-19 ha terminado con varias cosas y cambiado muchas otras en el mundo, pero hay algo que no ha podido cambiar y eso es la fe, la esperanza y las ganas de los creyentes para congregarse.

Héctor Rodríguez Campuzano, párroco de San Pedro de Verona Mártir, en Casasano, explicó que esta época ha sido sumamente complicada para la Diócesis, pues al igual que otros sectores de la población ellos también han tenido que reinventarse y adaptarse para seguir llevando la palabra con todas aquellas personas que necesitan de una asistencia espiritual.

Por el virus, varios sacerdotes han perdido la vida en el estado de Morelos y el resto del mundo, uno de ellos fue el padre Luis Vaca, de la Barona, quien recientemente falleció a causa de la pandemia; otro caso es el padre Miguel, de la comunidad de Tetelcingo, Cuautla, quien hace aproximadamente tres semanas murió por el virus.

El padre Abel, de Tenextepango, Ayala, sobrevivió al virus pero como consecuencia perdió la visión de un ojo.

Rodríguez Campuzano expresó que los sacerdotes han tenido que adaptarse y hacer uso de la tecnología para seguir llevando la palabra de Dios a las personas, por ello algunos hacen uso de las redes sociales como Facebook o WhatsApp para estar en contacto con los religiosos, realizan las celebraciones eucarísticas y transmiten en vivo vía redes sociales, también han realizado recorridos religiosos y los han transmitidos, de igual manera han hecho uso de las videollamadas con la gente de sus comunidades y han tenido asistencia espiritual virtual.

En este sentido, el entrevistado señaló que la gran mayoría del presbiterio está conformada por sacerdotes mayores, quienes también evitan exponerse al virus pues están considerados como personas vulnerables ya sea por le edad, enfermedades como diabetes, hipertensión o sobrepeso.

“Cuando el Obispo de la Diócesis de Cuernavaca, Ramón Castro Castro, hizo la convocatoria para saber quiénes estábamos dispuestos a ofrecer asistencia durante la contingencia, hubo muy poca respuesta de los sacerdotes, esto se debe a la vulnerabilidad de la salud de algunos compañeros, la convicción de algunos de nosotros es muy clara; como dice el texto de Juan Díaz: 'el buen pastor se queda cuando llega el lobo'”.

El párroco señaló que lo que más pide la población en estos tiempos es salud, consuelo y acompañamiento, pues a muchos de los creyentes les ha tocado lidiar con cuadros de depresión debido a las perdidas humanas y económicas que ha traído la contingencia sanitaria.

“Estamos en un tiempo litúrgico que es el de más agrado para la iglesia, que es la Semana Santa o la semana mayor; el vicrucis lo estamos viviendo en carne propia, la gente tiene un sentimiento de abandono de Dios pues vemos la crueldad y la injusticia de un virus, pero no es así, este es un tiempo de creer y de regresar a la casa de Dios, es tiempo de hacer cambios pero con fe, sin la fe en este tiempo de pandemia podemos llegar al borde de nuestras emociones y podemos caer en situaciones paranoicas o trastornadas, esto nos dará consolación”.

Rodríguez Campuzano llamó a la población a no perder la fe, a no dejarse vencer por el miedo o la incertidumbre, pues afirmo que de una u otra manera estos tiempos van a terminar.