[Especial] Además de cecina, Yecapixtla es historia

En los últimos años se ha convertido en la parada favorita de turistas nacionales y extranjeros

Dulce Gaviña

  · sábado 20 de julio de 2019

La cecina de Yecapixtla es la mejor del país

Yecapixtla se ha convertido en uno de los municipios de Morelos más preciados, no sólo por su gastronomía famosa a nivel internacional, sino por su historia, su cultura y sus tradiciones.

Ubicada en el oriente del estado de Morelos, Yecapixtla limita con los municipios de Atlatlahucan, Cuautla, Ocuituco y con el Estado de México, y en los últimos años se ha convertido en la parada favorita de turistas nacionales y extranjeros.

PARTE DE LA RUTAS DE LOS CONVENTOS

Yecapixtla es un antiguo sitio prehispánico. Existen vestigios que lo llevan hasta el periodo Olmeca como parte de la región Olmeca de la Mar del Sur, periférico al antiguo sitio de Chalcatzingo. Más tarde fue lugar de paso de diversos grupos que peregrinaban del centro a la provincia y de esta al centro.

El Templo y Ex Convento de San Juan Bautista sigue siendo uno de los principales atractivos turísticos, aún cuando resultó con daños graves por el sismo del 19 de septiembre que lo mantiene cerrado.

El Ex Convento de San Juan Bautista, perteneció a la orden de los Agustinos y fue fundando en 1535 y terminado unos años más tarde por el Fray Jorge de Ávila. Es un monumento que conserva mayores reminiscencias góticas, como el rosetón que antes del 19 de septiembre permitía el paso de los rayos del sol del poniente.

Forma parte de Ruta de los Conventos que está conformado por 11 inmuebles del siglo XVI reconocidos por la UNESCO como Patrimonio Mundial de la Humanidad, y que representan la historia y cultura con frescos ancestrales, retablos barrocos, rosetones góticos de una arquitectura concebida al otro lado del Atlántico.

De acuerdo con Serafín Wilfrido Gutiérrez López, director de Turismo Municipal, el ex convento es uno de los atractivos y símbolos más importantes que tiene Yecapixtla, además de que es el eje en el cual gira la vida social, religiosa, espiritual y económica.

Este monumento tienen un gran legado de lo que fue la evangelización en el proceso de la conformación del municipio y que reviste una importancia en la cuestión arquitectónica al estar presentes varios estilos."Es considerado uno de los mejores conventos de Latinoamérica y de los templos más bonitos de todo México".

TINAGUIS GRANDE

Surgió hace más de 600 años y representa una de las tradiciones más importantes, hablamos del Tianguis Grande de Yecapixtla que se instala el último jueves de octubre, antes de las celebraciones de todos los Santos y los Fieles Difuntos.

Visitarlo es obligatorio, pues quien lo hace puede disfruta de ese olor a incienso, a carne asándose; ve los colores del pan de muerto, de la fruta, de los dulces típicos y disfruta de los ruidos de los animales, de la música y de la gente hablando.

La Fiesta del Tianguis Grande se realizaba antiguamente en la veintena "Tlaxochimaco", entre el 18 de agosto y el 6 de septiembre (en el calendario Náhuatl), y fue como un ritual de admiración y respeto al señor del comercio Yecapitzahua, por lo cual se efectuaba el gran tianguistli, donde los moradores podían intercambiar productos como semillas, flores, plumería, mantas, calzado, pieles de animales silvestres, utensilios para la caza, además de gozar de las danzas que realizaban los guerreros a la sagrada energía del cosmos.

El también cronista del municipio, Serafín Gutiérrez López, recordó que durante esta fiesta se realizaban actividades comerciales, donde se daba el trueque de productos y mercancías que eran traídas por los moradores de lugares cercanos de la región.

"Es una festividad prehispánica, que tenemos registros históricos que data de hace más de 600 años. Yecapixtla se constituyó en la época prehispánica como un centro de pago de tributación de los pueblos que estaban asentados en los alrededores de lo que hoy conocemos como Yecapixtla y esto daba lugar a que fuera también un lugar de concentración para el comercio".

No obstante, este tianguis ha cobrado más sentido con el paso de los años ya que todos los jueves de cada semana durante el año se instalan los comerciantes, con productos frescos y naturales de la región.

CAPITAL MUNDIAL DE LA CECINA

La cecina de Yecapixtla es, sin duda, la mejor del país, debido a su sabor y la forma en que se prepara. La cecina de Yecapixtla se prepara destazando en tiras largas y carne del lomo y de las piernas de la res, posteriormente las tiras se salan con sal fina y se colocan sobre tablas de madera donde se dejan orear por alrededor de 30 minutos, para después colgar.

Por último, se embarran con manteca de cerdo, se doblan y se refrigeran. Ya para consumirse se asan sobre un comal y se acompañan con crema, salsa, aguacate, frijoles y tortillas.

Juan Carlos Lima, cecinero de Yecapixtla, dijo que en un día normal de fin de semana se llegan a vender hasta 50 kilos de carne por proveedor, pero en los días de vacaciones o fines de semana largos la venta se eleva al doble. "Llegamos a vender hasta 100 kilos en un sólo día, pues es cuando más gente viene a visitar Yecapixtla y consumir su tradicional platillo".

LOS MATACUEROS

Conocido como el antecesor del chinelo, el "Matacueros" es un símbolo característico del municipio de Yecapixtla, cuyos orígenes se remontan al siglo XIX, y los cuales forma parte de la cultura y tradición de esta entidad.

De acuerdo a la historia, se dice que el Matacuero es un icono de la cultura de Yecapixtla; su nombre proviene de "Matacue", que en náhuatl significa "el que indaga", "el que busca", y sus orígenes se remontan al siglo XIX.

Esta costumbre se dice que es parecida a la de los chinelos, ya que se pueden ver trajes típicos, máscaras y música tradicional, pero en lugar de bailes o brincos se da una especie de combate amistoso, ya que los participantes se empujan y gritan al ritmo de la música y de las palmadas de los espectadores.

De acuerdo a los mismos pobladores de Yecapixtla, los Matacueros surgen cada Semana Santa, principalmente el Sábado de Gloria, y su función es salir a las calles y realizar una representación de la maldad ejercida por los españoles.

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