A unos días de que se lleve a cabo la elección de consejeros del Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), el próximo 31 de julio con miras a renovar la dirigencia en Morelos, las bases del partido avizoran que ésta estará plagada de una lucha de poder político y económico encabezado por al menos cinco grupos de familias que se quieren apoderar del instituto, por que se dijeron dispuestos a denunciar.
Francisco Radilla Corona, vocero del Colectivo Cuernavaca, dijo que la única vía para erradicar actos antidemocráticos que están a punto de suceder en Morena, es la participación de la ciudadanía que puede registrarse como aspirante a consejero estatal, registro que cierra el 15 de julio, pues estos serán los responsables de determinar la forma de elección del próximo dirigente estatal.
“El proceso interno que vive Morena aquí en el estado, hicimos una invitación para que este próximo 31 de julio participen en las asambleas distritales que se llevarán en los cinco distritos federales electorales en donde se habrán de elegir a los próximos consejeros electorales, y ellos elegirán a quienes habrán de integrar el Comité Ejecutivo Estatal de Morena”.
De lo contrario, acusó, Morena seguirá bajo la batuta de una sola familia política, “estoy hablando de Rabindranat Salazar Solorio, quien ha tenido la dirigencia ya más de 7 años”, manifestó Radilla, además de otros como el gobernador Cuauhtémoc Blanco Bravo, y su hermano Ulises Bravo, quien a decir del colectivo, no cumple con los requisitos marcados en la convocatoria.
“La convocatoria permite la participación de todo aquel ciudadano que quiere participar, pero para ser electo consejero político estatal, se requiere ser militante y tener trayectoria dentro del movimiento, entonces Ulises Bravo no cumple con dicho perfil y requisitos”.
Enunció otros personajes como el de la directora de la Lotería Nacional, Margarita González Sarabia, “está el grupo de las y los diputados locales”, de Juan ángel Flores, entre otros que presentarán propuestas afines.
No descartó que en las asambleas se lleven a cabo prácticas antiguas antidemocráticas como “acarreo, compra de voluntades, de lealtades, de voces a lo que hemos criticado".
"Nosotros mismos denunciaremos estos actos”, aseguró Francisco Radilla Corona, vocero del Colectivo Cuernavaca.
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