Ya había pasado en otras partes del mundo y ahora es una certeza que también ocurre en Cuautla: los estudiantes entregan tareas hechas con inteligencia artificial. Así lo reconoció Jesús Villavicencio Lomelí, docente del Centro de Bachillerato Tecnológico, industrial y de servicios (CBTis) 76, desde la oficina de Servicios Docentes de este plantel educativo que cuenta con una matrícula de dos mil 500 estudiantes.
A medida que las tecnologías avanzan, los estudiantes encuentran formas innovadoras, aunque cuestionables, de facilitar su carga académica. Sin embargo, el uso de inteligencia artificial plantea serias preocupaciones sobre la autenticidad y la integridad del trabajo estudiantil.
"No hemos tenido mucho el tiempo de identificar estas situaciones, creo que lo vamos a hacer a partir de este semestre", declaró. Y añadió: "por esta situación muchos maestros ya estamos pidiendo los trabajos como antes, a mano, por lo menos para que escriban y recuerden las cosas".
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La inteligencia artificial, particularmente la de OpenAI conocida como ChatGPT, se volvió una herramienta popular entre los estudiantes debido a su habilidad de generar texto de alta calidad en cuestión de segundos.
"Pero en sí, en pláticas con los jóvenes, ya lo empiezan a utilizar", comentó Villavicencio.
Esta realidad se ha evidenciado en trabajos que presentan investigaciones extensas, terminología avanzada y vocabulario que el estudiante normalmente no usaría.
"Sí nos hemos dado cuenta que lo usan. De repente son investigaciones muy extensas, muy profundas, pero muy rápidas de obtener, con vocabulario que el propio alumno no ocupa en el día a día", señaló el docente.
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Esta situación llevó al personal académico a reconsiderar sus métodos de evaluación y a instar a los estudiantes a que regresen a los métodos tradicionales de investigación y elaboración manual de trabajos.
"Vamos a implementar medidas locales, dentro de la escuela, como lo vayamos viendo en cómo se da el proceso con nuestros nuevos alumnos y nuestro nuevo plan de estudios", aseguró Villavicencio.
El desafío será equilibrar la integración de la tecnología en el aprendizaje mientras se mantiene la integridad académica, garantizando que los estudiantes adquieran y demuestren sus conocimientos por sí mismos.
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