Danna Paola y Miguel Bernardeau protagonizan la serie Élite

La teoría la pone en juego Éite, producción española que hoy estrena a través de Netflix

Adolfo López

  · viernes 5 de octubre de 2018

Éite / NETFLIX

Los problemas de ser joven no se sintetizan sólo en cuestiones amorosas, de drogas o sobre la falta de apoyo emocional de sus padres. Existen muchas cosas alrededor de las mentes adolescentes, lo que facilita que puedan ser atrapadas y manipuladas por la falta de experiencia o la necesidad de querer formar parte de un círculo social.

La teoría la pone en juego Éite, producción española que hoy estrena a través de Netflix. Una historia que toma como excusa un asesinato para indagar en la cabeza de los sospechosos, un grupo de estudiantes de Las encinas, la escuela más exclusiva del país donde la élite más importante manda a sus hijos a estudiar.

“La serie ofrece una visión muy madura sobre el mundo de los jóvenes, un tratamiento a diversos temas. Y esos temas que los jóvenes vivimos ahora están tratados de una forma muy madura, sincera, muy efervescente y cruda. Me parece que eso es algo que va a conectar también con las audiencias mayores”, explica Miguel Bernardeau, quien junto a la actriz mexicana, Danna Paola, forma parte del elenco de esta producción de ocho capítulos.

Entre los temas que el actor menciona están el racismo, la xenofobia, el clasismo, la homofobia, la intolerancia a otras religiones y más formas que desembocan en una tragedia. “Lo principal es un asesinato, que a primera impresión ya es muy llamativo. Pero descubrir el por qué de ese asesinato es lo que te mantiene atento y con nervios en cada capítulo. Y cuando llegas al capítulo ocho resulta muy inesperado”, asegura Danna Paola.

Para el español, Élite ofrece la oportunidad de entender el actuar y las inquietudes de los adolescentes más allá de los clichés que pueden verse en otro tipo de producciones. “Se van a dar cuenta que la juventud no es lo que siempre parecemos. Siempre tenemos una cara hacia nuestros padres, otra hacia nuestros amigos y otra hacía nosotros”, afirma.

Ambos actores coinciden en que una de las mayores dificultades, pero también virtudes de su trabajo en el set, es que no hubo límites para explotar a sus personajes. “Esa fue una de las cosas que más disfrutamos, estabas todo el tiempo al borde del precipicio. Nos dieron mucha libertad de poner nuestra creatividad”, explica la actriz.

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