La industria restaurantera agoniza. Aproximadamente un 90 por ciento de los negocios han cerrado sus cortinas y el resto trata de sobrevivir vendiendo comida para llevar y para apoyar a sus trabajadores.

Así lo expuso la vicepresidenta de Canirac, Griselda Hurtado Calderón.

Explicó que aún cuando algunos de ellos han logrado obtener un apoyo financiero de cien mil pesos, como es su caso, esto sólo les sirvió para sobrevivir una semana pues se tiene que pagar la renta de los locales la nómina y otros servicios e insumos.

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Propietaria de tres negocios, dos de los cuales ya cerró mientras trata de mantener abierto "El Emilianos" (ubicado en la calle de Rayón, casi esquina con Comonfort, en el centro de ciudad) Griselda Hurtado insiste en que se requieren de apoyos oficiales acordes a la grave problemática que se enfrenta.

Explica que con el financiamiento obtenido se pagó la renta de sus locales y los salarios de sus trabajadores del mes de abril, pero apunta "ya viene mayo y hay que pagar y de dónde"

Agrega que en su caso sigue apoyando a sus empleados turnando a grupos pequeños que acuden a trabajar cada tres días para que tengan algo de dinero, pero además les proporciona comida para llevar a sus familias.

Sin embargo, recalca, la situación es desesperante:

Solo estamos vendiendo un cinco o un diez por ciento cuando mucho de lo que vendíamos antes y eso es solo para pagar a los empleados para los demás gastos no alcanza