Cada fin de semana, el centro de Yecapixtla recibe a una mujer que se ganó el corazón de miles de personas. Viste de mandil y vende nieves de sabores. Su amabilidad y carisma, le permitió aparecer en la televisión, su nombre es Reina Bobadilla, pero todos la conocen como La China.
"Empecé a vender nieves desde los siete años, con mi abuelito, don Melquiades Gutiérrez, que salía con su garrafa de madera al hombro, cargando nieve de limón, melón y leche", recuerda La China.
La China tiene 65 años y su historia personal es la de una guerrera, como ella misma se define. A sus 16 años ella se enamoró de un joven del pueblo y se fueron a vivir juntos. Aquello fue el inicio de un matrimonio en el que pronto aparecieron las agresiones verbales y los golpes. Al final, prefirió quedarse sola y hacerse cargo de sus hijos por cuenta propia. Ya mayor, la muerte de un hijo en un accidente vehicular es uno de los momentos más desgarradores que tuvo que enfrentar.
"Soy mamá, soy papá, madre soltera, abuela y abuelo, muy consentidora con mis hijos y nueras, y mucho más con mis nietos. Soy hombre y mujer", dice La China, con su característica voz aguardentosa.
Desde su puesto, ubicado en la entrada principal del exconvento agustino de San Juan Bautista, una construcción imponente del siglo XVI del centro del pueblo, La China presume tener entre sus clientes a cantantes como Flor Amargo y Jorge Muñiz, así como otras figuras del medio del espectáculo mexicano.
"Ellos son mis clientes y vienen los fines de semana. Entre semana no, porque yo no estoy".
Le gusta adornar su lugar de trabajo: alrededor, exhibe fotografías en las que aparece a lado de sus famosos clientes, así como con servilletas bordadas a mano, en las que se presenta como la vendedora de nieves número uno del pueblo cecinero, con sabores preparados con ingredientes naturales.
A la hora de agradecer la lealtad de sus clientes no escatima en gastos: cuando compras más de tres nieves, recibes un postre hecho con obleas. En fechas especiales, como el Día del Amor y la Amistad, obsequia bolsas para el mandado: "La China desea un feliz día del amor y la amistad", se lee en las bolsas, donde también se enlistan los nueve sabores de sus nieves: pitaya, coco, queso, Nescafé, mamey, leche, elote, maracuyá y limón.
"No tengo ningún cliente favorito, porque todos son lindos y hermosos", dice La China, mientras los turistas se amontonan en las calles tratando de encontrar un camino hacia adentro o afuera del pueblo.
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