El arte sacro es de suma importancia para la fe católica, y es que este estilo artístico toma en cuenta que ha sido hecho única y específicamente con un fin de culto divino, por lo que a través de pinturas y esculturas se busca contar la historia de la religión católica, a través de la vida y obra de personajes evangélicos.
En Morelos, este arte se atesora en la Catedral de Cuernavaca, en el único Museo de Arte Sacro de Morelos, además de tener un acervo de más de 92 piezas de arte históricas.
El museo fue inaugurado en 2018 y desde entonces ha buscado posicionarse como un emblema e imperdible de la capital morelense, ya que se encuentra enclavado al interior del exonvento de la Asunción de Cuernavaca.
La colección artística, de la cual miles de feligreses, decenas de historiadores, cronistas, y coleccionistas se sienten orgullosos, nace de un proyecto encabezado por Celine Camil Garza de Abe, quien, bajo el proyecto “Adopta Una Obra de Arte”, comenzó a realizar la curación y restauración de estas piezas artísticas.
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El proyecto del Museo de Arte Sacro también tuvo gran participación del maestro italiano y especialista en restauración e historia Marco Certo, quien formó parte de la museografía del mismo.
El museo no solo cuenta una historia religiosa, sino que habla de una cronología en la historia humana, desde la vida y muerte de Jesús, y su entorno; y es que el estilo artístico con el cuál están hechas estas obras, que datan del siglo XVI, toman características de finales de la edad media y principios del renacimiento en Europa, por su parte en América Latina este tipo de arte fue fundamental y sirvió como matriz del arte colonial, con lo que buscaban introducir el catolicismo a los pueblos indígenas de la región;por lo que además tiene un gran valor histórico albergar este tipo de piezas.
Ante la importancia cultural, histórica y artística, el vicario general de la Diócesis de Cuernavaca, Tomás Toral Nájera, señaló que el arte sagrado de la catedral, ha sido custodiado por la Diócesis, y explicó que el encargado de realizar la pedagogía de este tipo de arte fue el maestro Marco Certo.
“Podemos contemplar desde la memoria prehispánica; luego podemos encontrarnos con algo muy característico de la catedral, que es San Francisco de Asís, San Felipe Jesús, y algunas obras específicas de las distintas órdenes monásticas, para concluir con San Juan Bautista”, explica.
Explicó que dentro del recinto se encuentran diferentes obras, como la de San Cristóbal, escultura que anteriormente y que los mismos feligreses pueden recordar que se encontraba en el claustro de la iglesia, donde se recordará que se tiene a el niño en su hombro.
En el segundo piso del museo, se encuentran obras en las que a través de pinturas se pueden conocer a los apóstoles, además de que se encuentra de manera magnífica el cuadro de la última cena; el museo está ambientado con luz cálida y amarilla, por lo que los detalles de las pinturas hechas con diferentes técnicas, principalmente al óleo, y con colores ocres y oscuros, pueden resaltar más.
Asimismo, el vicario señaló que cuentan con otra área donde se encuentran los cuadros dedicados a la Virgen María, desde su nacimiento, su educación y la concepción de Jesús; posteriormente las pinturas representarán la resurrección de Jesús, y cómo fue para la feligresía este acontecimiento.
“Son obras de la Catedral, y es a través de la Catedral que estas obras son resguardadas. Actualmente en Cuernavaca es el único lugar donde este tipo de arte se puede encontrar”, explicó el vicario.
El museo está conformado por nueve núcleos donde el primero va dedicado a la liturgia, y abre el camino al acercamiento a las obras de arte que se han atesorado por varios siglos; el segundo núcleo fue dedicado a San Francisco de Asís, en éste son exhibidas tres obras de suma importancia, las cuales son dedicadas al Santo de Asís.
En el tercer y cuarto núcleo, se exhiben pinturas que testimonian la labor de las órdenes religiosas que se encargaron del proceso de evangelización del país; en el quinto núcleo, se caracteriza metafóricamente la presencia de ríos que se tienen que cruzar para poder ascender a un diferente y superior nivel de conciencia, éste núcleo está protagonizado por San Juan Bautista y San Cristóbal. Los últimos núcleos van dirigidos a los Apóstoles, a la Virgen de Guadalupe, a la Virgen María y a Cristo.
Cabe mencionar que las pinturas que se exhiben priorizan a la Virgen de Guadalupe tradicional y popular, así como apariciones de la virgen, cuyos títulos son “Nacimiento de la Virgen”, “San Joaquín y la Virgen María”, “Santa Anna educando a la Virgen” y “La Máter Dolorosa”. También “La Crucifixión”, el último bloque con “El Señor de Chalma con Florones” y “La Resurrección de Cristo”, atribuida a José de Ibarra en el siglo XVIII.
También se exhiben pinturas del artista Juan Correa, uno de los más importantes pintores del arte barroco en México, del siglo XVIII; Simón Pereyns, pintor flamenco que radicó por muchos años en el país, entre otros artistas.
Por sí solo el Museo, que a pesar de haber sido inaugurado relativamente hace poco tiempo, y reabierto a penas en 2021 luego de la pandemia por covid-19, forma parte de la edificación del exconvento de la Asunción de Cuernavaca, el cual fue establecido por los franciscanos en 1525, lo que ayudó a que fuera inscrito en la lista del Patrimonio Mundial de la UNESCO, como uno de los primeros Conventos del siglo XVI.
Sin duda el Museo es una máquina del tiempo entre el arte y la religión, por lo que la Diócesis se encuentra realizando acciones para que éste pueda llegar a más personas, y que la historia sea entendida y comprendida por todos, tanto en idioma y limitaciones físicas.
El museo está abierto de martes a domingo, de 09:00 a 14:00 horas y de 16:00 a 18:00 horas, con un costo de 30 pesos.
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