/ sábado 24 de noviembre de 2018

El centro de Cuernavaca y su modernización

La fotografía como documento ha cobrado valor como fuente primaria para la historia social y cultural

La fotografía como documento ha cobrado valor como fuente primaria para la historia social y cultural, luego de que durante muchos años cumpliera únicamente una función ilustrativa en las investigaciones históricas. El registro fotográfico ha permitido construir la historia de grupos que difícilmente hubieran dejado registro de su vida en documentos escritos. Asimismo, ésta ha funcionado para registrar actividades humanas y la transformación del paisaje natural: la expansión poblacional, el aumento de la infraestructura en las ciudades, la extensión de vías de comunicación, la construcción de autopistas, avenidas y puertos.

La fotografía muestra la imagen que se fija sobre el soporte, pero también las ideas, valores y formas de entender de los fotógrafos. De ahí la importancia de contar con información de quien está detrás de la cámara. Los investigadores Fernando Aguayo y Lourdes Roca mencionan en la actualidad existe una carencia de análisis documental en los fondos, situación que además presenta la dificultad de identificar la autoría de las imágenes. Esto impide muchas veces conocer las motivaciones de cada fotógrafo al momento de realizar su trabajo.

Calle Josefa Ortiz de Domínguez y Galeana. Inventario 918

Este es el caso de algunos fondos de la Fototeca Juan Dubernard del Centro INAH Morelos, en los que difícilmente puede reconocerse la autoría de sus documentos. En este texto nos centraremos en hacer una reconstrucción histórica de Cuernavaca en la segunda mitad del siglo XX a partir de una exploración del Álbum Relación Fotográfica del Estado de Morelos como fuente principal; es decir, se hará un ejercicio de historia con fotografía. Este fondo contiene imágenes realizadas en el centro de Cuernavaca de finales de la década de 1960 al primer lustro de la década de 1970. A pesar de no tener información exacta del autor, se sabe que, al igual otros fondos resguardados en la Fototeca Juan Dubernard, las fotografías fueron producidas en el contexto de trabajo de antropólogos y arqueólogos del INAH en Morelos. Podemos identificar principalmente un uso documental por parte de los investigadores, haciendo de la fotografía un soporte visual de su trabajo en torno a sitios arqueológicos y estudios antropológicos en espacios urbanos y rurales. Las imágenes del Álbum Relación Fotográfica del Estado de Morelos reflejan la transformación social, económica, demográfica y cultural que atravesó Cuernavaca en la segunda mitad del siglo XX. Se trata de fotografías que, por su función de apoyo a la investigación científica, revelan realidades sociales dispares en una ciudad que se enfrenta a un proceso de modernización.

Las imágenes permiten observar un cambio del paisaje urbano del centro de Cuernavaca, así como la vida cotidiana de sus habitantes a escala de los fenómenos económicos y sociales en México desde la primera mitad del siglo XX. Su lectura no debe ser aislada, sino insertarse en el contexto de procesos económicos, políticos, sociales y culturales a nivel nacional e incluso internacional. En la década de 1940, la segunda guerra mundial había puesto en evidencia que Estados Unidos y la Unión Soviética se perfilaron como potencias a nivel mundial. Mientras tanto en México se reflejó una economía con bases sólidas en la industria, dejando atrás la idealización del país agrario que había iniciado con el cardenismo. Esta industrialización propició la migración interna del campo a la ciudad, por lo cual había que satisfacer una nueva demanda de servicios públicos, de salud y vivienda de una población urbana en crecimiento. El alumbrado, el agua potable y alcantarillado, así como el transporte y la educación fueron servicios que empezaron a ser cubiertos.

Durante este periodo, el Estado de Morelos vivió los cambios de esta industrialización, situación que se vio reflejada en un crecimiento económico importante, pero también en una mayor participación del Estado en la producción del país. Morelos atravesaba por un proceso migratorio y de cambios en términos culturales y económicos de una densidad poblacional en aumento, sobre todo en los municipios de Cuernavaca y Jiutepec. Para la década de 1960 había iniciado el proyecto que conformaría la Ciudad Industrial del Valle de Cuernavaca (CIVAC), lo que provocaría una pérdida importante de tierras agrícolas, la apertura de lotes destinados a la mediana y gran industria (como fue el caso de la NISSAN), la inmigración laboral y por ende la urbanización de la zona. La inmigración ocurrió de varias maneras: por un lado, comienzan a arribar antiguos campesinos y obreros del sur del país atraídos por la apertura de nuevas fábricas (sobre todo en Civac y la Nissan como caso específico) en el estado; por otro lado, hay una fuerte migración de la Ciudad de México y el extranjero atraídos por la modernización, así como por centros turísticos como el Casino de la Selva.

La dinámica industrial de Cuernavaca y los municipios aledaños no sólo potenció el crecimiento demográfico, sino que también permitió el desarrollo de industrias, entre ellas la construcción y los servicios. La modernización, resultado del periodo de crecimiento económico que se dio con la industrialización del país, acarreó consigo un modernismo que también es evidente la serie de imágenes del Álbum Relación fotográfica del Estado de Morelos. En estas fotografías es posible ver algunos procesos sociales nutridos a partir de visiones que, como menciona el filósofo Marshall Berman, pretenden hacer los objetos de la modernización a los sujetos que la viven. También aparecen elementos de neo- colonialismo cultural, es decir, una intervención cultural foránea en la cultura mexicana dada a través de la mediación de la industria de bienes y servicios provenientes de empresas extranjeras.

En las décadas de 1960 y 1970, se nota un cambio en el paisaje del centro de Cuernavaca, resultado de la industrialización en este y otros municipios de Morelos, la llegada de nuevas cadenas empresariales de bienes y servicios para abastecer a una población creciente y la permanencia del comercio ambulante frente a las grandes cadenas comerciales extranjeras. La industrialización del Valle de Cuernavaca forma parte de un proceso nacional que daba apertura a un modelo económico liberal. Así pues, la mancha urbana empieza a expandirse a causa de la migración que recibe Cuernavaca y su zona metropolitana. El fotógrafo del Álbum Relación fotográfica del Estado de Morelos hace tomas de las calles que comienzan a verse cada vez más abarrotadas por tiendas comerciales, espectaculares y automóviles en marcha o estacionados junto a la acera.

Vendedor de palma en centro de Cuernavaca. Inventario 927

A su vez, los transeúntes (casi siempre familias y vendedores ambulantes) empiezan a ser desplazados por vehículos motorizados. En contraste con la idea de progreso económico y modernización, aparecen imágenes de vendedores que caminan por las calles comerciando cestas y bolsos de palma. Resulta difícil identificar a este grupo de vendedores, es decir, si se trata de artesanos morelenses que trabajan la cestería de palma y carrizo, o si se trata de artesanos migrantes que llegan al estado en temporadas de trabajo agrícola.

En el Álbum Relación fotográfica del Estado de Morelos aparecen varias fotografías de estos vendedores, se los ve recorriendo las calles del Centro de Cuernavaca.

En una de las imágenes se observa a un grupo de artesanos descansando en una banca de concreto ubicada en la esquina de la Calle Hidalgo y Galeana, muy cerca del zócalo de la ciudad. Al fondo se vislumbra la Capilla de la Tercera Orden sobre la calle Hidalgo, que es cruzada por cables de luz y anuncios de servicios.

En la segunda mitad del siglo XX, Cuernavaca atravesaba por un proceso de modernización que el historiador Luis Gerardo Morales denomina “la modernidad des- modernizadora”, es decir, un momento de “resistencia al cambio” con una alta dosis de violencia simbólica.

Se trata de una “[…] violencia amortiguada, insensible e invisible para sus propias víctimas ejercida tanto por el dominador como por el dominado, [puede tratarse de] un idioma, un estilo de vida (o una manera de pensar, de hablar o de comportarse), y más habitualmente […] el color de la piel.”

Y parece que esto resulta evidente al observar algunas de las fotografías del Álbum Relación fotográfica del Estado de Morelos, especialmente al contraponer las imágenes de la calle Guerrero y aquellas en las que aparece el grupo de artesanos. Para ello, resulta mejor poner como ejemplo algunas fotografías tomadas Juan Guzmán en la década de 1950 en Cuernavaca.

Vendedores en el centro de Cuernavaca. Inventario 921

En una de ellas un personaje de nombre Slawson aparece en el jardín de su casa. Al centro del amplio jardín hay una alberca, mientras que los árboles recrean un escenario tropical al fondo. Tres mujeres en traje de baño platican sentadas a la orilla de la alberca mientras disfrutan el agua fresca en un clima seguramente caluroso. Al centro de la fotografía, Slawson se encuentra de pie en otra de las orillas a la alberca. Hincado debajo de él hay un jardinero que lo mira mientras trasplanta un árbol pequeño. La escena resulta reveladora, pues las poses, actitudes y el color de piel de quienes aparecen en la imagen muestran esa “violencia amortiguada”, en donde que es evidente el estrato socioeconómico en relación a la dominación y sujeción de las personas.

La violencia simbólica se nota en las fotografías de personajes de la élite que tienen un estilo de vida, sino también en las imágenes de la Calle Guerrero ubicada en el centro de Cuernavaca, en la que se observan anuncios de diversas tiendas y marcas como la cadena Wolworth, Margol, zapaterías Canadá y la cervecería Carta Blanca.

Estas imágenes ponen en evidencia que la calle Guerrero era un sitio de comercio, de intercambio económico y cultural, una puerta que daba entrada a las nuevas formas y estilos de vida. Esta transformación de la Calle Guerrero como zona turística y comercial había iniciado desde la década de 1940. Por su cercanía con el Jardín Juárez y la plaza de armas de Cuernavaca, las calles Guerrero y Gutemberg surgían como el nuevo espacio de sociabilidad y comercio de la ciudad. El arquitecto Miguel Ángel Cuevas comenta que el zócalo de Cuernavaca cuenta con elementos de aquella década, como fuentes situadas en puntos de encuentro, así como corredores para el flujo peatonal.

En su texto “Íconos arquitectónicos y urbanos de Cuernavaca”, Cuevas muestra una postal en la que parece el Hotel Jardín, ubicado en lo que ahora conocemos como el centro comercial Las Plazas. Lo que llama la atención de esta fotografía es el anuncio publicitario que hay sobre el hotel, pues aparece en él una ilustración de una mujer posando acostada con un texto que dice: “Como la nueva Quijote ¡colosal!” Sobre ello, Cuevas menciona: “Vemos como a finales de los años cuarenta se inicia la contaminación visual en el centro de Cuernavaca con la colocación de letreros espectaculares, a la par del auge comercial del centro de la ciudad.”

Más allá de pensar los anuncios comerciales como “basura o contaminación visual” es importante entender estos cambios en el paisaje como un síntoma de políticas económicas, comerciales, turísticas y culturales de un territorio en proceso de modernización.

Esto es evidente, por ejemplo, en otra fotografía de Juan Guzmán, en la que aparece nuevamente Slawson, pero ahora mientras camina por la calle Guerrero.

Calle Vicente Guerrero. Inventario 901

Su pose muestra sobre todo a un personaje con porte, siempre erguido, el pecho salido y los hombros enmarcando el equilibrio de su cuerpo.

Al fondo, los anuncios comerciales irrumpen el paisaje arquitectónico de la calle: la Farmacia Guerrero, una platería mexicana, un hotel y una tienda de huaraches.

Un grupo de hombres camina detrás de Slawson, pero ellos a diferencia de este personaje portan sombrero y cargan bolsas de mandado.

Sin duda se trata de personajes que aparecen como parte del escenario de la fotografía, pues no parecen haber sido dirigidos en la escena.

Las fotografías que conforman el Álbum permiten identificar transformaciones como consecuencia de la modernización en el centro de Cuernavaca, así como el advenimiento del modernismo urbano.

En este sentido, las imágenes ponen en evidencia la idea de “capitalismo de la selva” que Luis Gerardo Morales menciona en torno al proceso acelerado de “multiplicación de servicios urbanos en aras de máxima ganancia, sin equidad ni control alguno, en forma sostenida e irreversible en los últimos cuarenta años […].”

A pesar de que el fotógrafo toma estas imágenes con un objetivo de investigación seguramente antropológica, nos deja ver en ellas esa búsqueda de modernización en Cuernavaca, así como los sujetos que formaron parte o fueron excluidos de este proceso económico.

FUENTES CONSULTADAS

  • Fernando Aguayo y Lourdes Roca, “Estudio introductoria” en Imágenes e investigación social, pág. 15.
  • Nueva historia mínima de México, pág. 273.
  • Alicia Hernández Chávez, Historia breve de Morelos, pág. 201.
  • Patricia Arias y Lucía Bazan, “La ciudad industrial del Valle de Cuernavaca. Un proyecto industrial en una micro regrion rural” en Historia de Morelos. Tierra, gente, tiempos del sur, Tomo VIII, pág.227.
  • La NISSAN mexicana fue la primera armadora de autos fuera de Japón, e iniciaría operaciones en el año de 1966. Ibid., pág. 232.
  • Patricia Arias y Lacía Bazan, Op. Cit., pág. 226.
  • Marshall Berman, Todo lo sólido se desvanece en el aire, pág. 2.
  • Lourdes Arizpe, Luis Miguel Morayta Mendoza y Edith Pérez, “La cultura popular material en Morelos” en Historia de Morelos. Tierra, gente, tiempo del sur, Tomo IX, pág. 249.
  • Luis Gerardo Morales, “Capitalismo de la selva urbana. Los casos de Cuicuilco y ex Casino de la Selva, 1997- 2008”, en Historia de Morelos. Tierra, gente, tiempo del sur, Tomo VIII, pág. 320.
  • Pierre Bourdieu, La dominación masculina, pág. 12.
  • Miguel Ángel Cuevas Olascoaga, “Íconos arquitectónicos y urbanos de Cuernavaca” en Historia de Morelos. Tierra, gente, tiempo del sur, tomo VI, págs. 229- 230.
  • Luis Gerardo Morales, Op. Cit., págs. 324- 325.
  • El capitalismo de la selva subordina políticas públicas al mero interés privado. Ibid., pág. 320.

La fotografía como documento ha cobrado valor como fuente primaria para la historia social y cultural, luego de que durante muchos años cumpliera únicamente una función ilustrativa en las investigaciones históricas. El registro fotográfico ha permitido construir la historia de grupos que difícilmente hubieran dejado registro de su vida en documentos escritos. Asimismo, ésta ha funcionado para registrar actividades humanas y la transformación del paisaje natural: la expansión poblacional, el aumento de la infraestructura en las ciudades, la extensión de vías de comunicación, la construcción de autopistas, avenidas y puertos.

La fotografía muestra la imagen que se fija sobre el soporte, pero también las ideas, valores y formas de entender de los fotógrafos. De ahí la importancia de contar con información de quien está detrás de la cámara. Los investigadores Fernando Aguayo y Lourdes Roca mencionan en la actualidad existe una carencia de análisis documental en los fondos, situación que además presenta la dificultad de identificar la autoría de las imágenes. Esto impide muchas veces conocer las motivaciones de cada fotógrafo al momento de realizar su trabajo.

Calle Josefa Ortiz de Domínguez y Galeana. Inventario 918

Este es el caso de algunos fondos de la Fototeca Juan Dubernard del Centro INAH Morelos, en los que difícilmente puede reconocerse la autoría de sus documentos. En este texto nos centraremos en hacer una reconstrucción histórica de Cuernavaca en la segunda mitad del siglo XX a partir de una exploración del Álbum Relación Fotográfica del Estado de Morelos como fuente principal; es decir, se hará un ejercicio de historia con fotografía. Este fondo contiene imágenes realizadas en el centro de Cuernavaca de finales de la década de 1960 al primer lustro de la década de 1970. A pesar de no tener información exacta del autor, se sabe que, al igual otros fondos resguardados en la Fototeca Juan Dubernard, las fotografías fueron producidas en el contexto de trabajo de antropólogos y arqueólogos del INAH en Morelos. Podemos identificar principalmente un uso documental por parte de los investigadores, haciendo de la fotografía un soporte visual de su trabajo en torno a sitios arqueológicos y estudios antropológicos en espacios urbanos y rurales. Las imágenes del Álbum Relación Fotográfica del Estado de Morelos reflejan la transformación social, económica, demográfica y cultural que atravesó Cuernavaca en la segunda mitad del siglo XX. Se trata de fotografías que, por su función de apoyo a la investigación científica, revelan realidades sociales dispares en una ciudad que se enfrenta a un proceso de modernización.

Las imágenes permiten observar un cambio del paisaje urbano del centro de Cuernavaca, así como la vida cotidiana de sus habitantes a escala de los fenómenos económicos y sociales en México desde la primera mitad del siglo XX. Su lectura no debe ser aislada, sino insertarse en el contexto de procesos económicos, políticos, sociales y culturales a nivel nacional e incluso internacional. En la década de 1940, la segunda guerra mundial había puesto en evidencia que Estados Unidos y la Unión Soviética se perfilaron como potencias a nivel mundial. Mientras tanto en México se reflejó una economía con bases sólidas en la industria, dejando atrás la idealización del país agrario que había iniciado con el cardenismo. Esta industrialización propició la migración interna del campo a la ciudad, por lo cual había que satisfacer una nueva demanda de servicios públicos, de salud y vivienda de una población urbana en crecimiento. El alumbrado, el agua potable y alcantarillado, así como el transporte y la educación fueron servicios que empezaron a ser cubiertos.

Durante este periodo, el Estado de Morelos vivió los cambios de esta industrialización, situación que se vio reflejada en un crecimiento económico importante, pero también en una mayor participación del Estado en la producción del país. Morelos atravesaba por un proceso migratorio y de cambios en términos culturales y económicos de una densidad poblacional en aumento, sobre todo en los municipios de Cuernavaca y Jiutepec. Para la década de 1960 había iniciado el proyecto que conformaría la Ciudad Industrial del Valle de Cuernavaca (CIVAC), lo que provocaría una pérdida importante de tierras agrícolas, la apertura de lotes destinados a la mediana y gran industria (como fue el caso de la NISSAN), la inmigración laboral y por ende la urbanización de la zona. La inmigración ocurrió de varias maneras: por un lado, comienzan a arribar antiguos campesinos y obreros del sur del país atraídos por la apertura de nuevas fábricas (sobre todo en Civac y la Nissan como caso específico) en el estado; por otro lado, hay una fuerte migración de la Ciudad de México y el extranjero atraídos por la modernización, así como por centros turísticos como el Casino de la Selva.

La dinámica industrial de Cuernavaca y los municipios aledaños no sólo potenció el crecimiento demográfico, sino que también permitió el desarrollo de industrias, entre ellas la construcción y los servicios. La modernización, resultado del periodo de crecimiento económico que se dio con la industrialización del país, acarreó consigo un modernismo que también es evidente la serie de imágenes del Álbum Relación fotográfica del Estado de Morelos. En estas fotografías es posible ver algunos procesos sociales nutridos a partir de visiones que, como menciona el filósofo Marshall Berman, pretenden hacer los objetos de la modernización a los sujetos que la viven. También aparecen elementos de neo- colonialismo cultural, es decir, una intervención cultural foránea en la cultura mexicana dada a través de la mediación de la industria de bienes y servicios provenientes de empresas extranjeras.

En las décadas de 1960 y 1970, se nota un cambio en el paisaje del centro de Cuernavaca, resultado de la industrialización en este y otros municipios de Morelos, la llegada de nuevas cadenas empresariales de bienes y servicios para abastecer a una población creciente y la permanencia del comercio ambulante frente a las grandes cadenas comerciales extranjeras. La industrialización del Valle de Cuernavaca forma parte de un proceso nacional que daba apertura a un modelo económico liberal. Así pues, la mancha urbana empieza a expandirse a causa de la migración que recibe Cuernavaca y su zona metropolitana. El fotógrafo del Álbum Relación fotográfica del Estado de Morelos hace tomas de las calles que comienzan a verse cada vez más abarrotadas por tiendas comerciales, espectaculares y automóviles en marcha o estacionados junto a la acera.

Vendedor de palma en centro de Cuernavaca. Inventario 927

A su vez, los transeúntes (casi siempre familias y vendedores ambulantes) empiezan a ser desplazados por vehículos motorizados. En contraste con la idea de progreso económico y modernización, aparecen imágenes de vendedores que caminan por las calles comerciando cestas y bolsos de palma. Resulta difícil identificar a este grupo de vendedores, es decir, si se trata de artesanos morelenses que trabajan la cestería de palma y carrizo, o si se trata de artesanos migrantes que llegan al estado en temporadas de trabajo agrícola.

En el Álbum Relación fotográfica del Estado de Morelos aparecen varias fotografías de estos vendedores, se los ve recorriendo las calles del Centro de Cuernavaca.

En una de las imágenes se observa a un grupo de artesanos descansando en una banca de concreto ubicada en la esquina de la Calle Hidalgo y Galeana, muy cerca del zócalo de la ciudad. Al fondo se vislumbra la Capilla de la Tercera Orden sobre la calle Hidalgo, que es cruzada por cables de luz y anuncios de servicios.

En la segunda mitad del siglo XX, Cuernavaca atravesaba por un proceso de modernización que el historiador Luis Gerardo Morales denomina “la modernidad des- modernizadora”, es decir, un momento de “resistencia al cambio” con una alta dosis de violencia simbólica.

Se trata de una “[…] violencia amortiguada, insensible e invisible para sus propias víctimas ejercida tanto por el dominador como por el dominado, [puede tratarse de] un idioma, un estilo de vida (o una manera de pensar, de hablar o de comportarse), y más habitualmente […] el color de la piel.”

Y parece que esto resulta evidente al observar algunas de las fotografías del Álbum Relación fotográfica del Estado de Morelos, especialmente al contraponer las imágenes de la calle Guerrero y aquellas en las que aparece el grupo de artesanos. Para ello, resulta mejor poner como ejemplo algunas fotografías tomadas Juan Guzmán en la década de 1950 en Cuernavaca.

Vendedores en el centro de Cuernavaca. Inventario 921

En una de ellas un personaje de nombre Slawson aparece en el jardín de su casa. Al centro del amplio jardín hay una alberca, mientras que los árboles recrean un escenario tropical al fondo. Tres mujeres en traje de baño platican sentadas a la orilla de la alberca mientras disfrutan el agua fresca en un clima seguramente caluroso. Al centro de la fotografía, Slawson se encuentra de pie en otra de las orillas a la alberca. Hincado debajo de él hay un jardinero que lo mira mientras trasplanta un árbol pequeño. La escena resulta reveladora, pues las poses, actitudes y el color de piel de quienes aparecen en la imagen muestran esa “violencia amortiguada”, en donde que es evidente el estrato socioeconómico en relación a la dominación y sujeción de las personas.

La violencia simbólica se nota en las fotografías de personajes de la élite que tienen un estilo de vida, sino también en las imágenes de la Calle Guerrero ubicada en el centro de Cuernavaca, en la que se observan anuncios de diversas tiendas y marcas como la cadena Wolworth, Margol, zapaterías Canadá y la cervecería Carta Blanca.

Estas imágenes ponen en evidencia que la calle Guerrero era un sitio de comercio, de intercambio económico y cultural, una puerta que daba entrada a las nuevas formas y estilos de vida. Esta transformación de la Calle Guerrero como zona turística y comercial había iniciado desde la década de 1940. Por su cercanía con el Jardín Juárez y la plaza de armas de Cuernavaca, las calles Guerrero y Gutemberg surgían como el nuevo espacio de sociabilidad y comercio de la ciudad. El arquitecto Miguel Ángel Cuevas comenta que el zócalo de Cuernavaca cuenta con elementos de aquella década, como fuentes situadas en puntos de encuentro, así como corredores para el flujo peatonal.

En su texto “Íconos arquitectónicos y urbanos de Cuernavaca”, Cuevas muestra una postal en la que parece el Hotel Jardín, ubicado en lo que ahora conocemos como el centro comercial Las Plazas. Lo que llama la atención de esta fotografía es el anuncio publicitario que hay sobre el hotel, pues aparece en él una ilustración de una mujer posando acostada con un texto que dice: “Como la nueva Quijote ¡colosal!” Sobre ello, Cuevas menciona: “Vemos como a finales de los años cuarenta se inicia la contaminación visual en el centro de Cuernavaca con la colocación de letreros espectaculares, a la par del auge comercial del centro de la ciudad.”

Más allá de pensar los anuncios comerciales como “basura o contaminación visual” es importante entender estos cambios en el paisaje como un síntoma de políticas económicas, comerciales, turísticas y culturales de un territorio en proceso de modernización.

Esto es evidente, por ejemplo, en otra fotografía de Juan Guzmán, en la que aparece nuevamente Slawson, pero ahora mientras camina por la calle Guerrero.

Calle Vicente Guerrero. Inventario 901

Su pose muestra sobre todo a un personaje con porte, siempre erguido, el pecho salido y los hombros enmarcando el equilibrio de su cuerpo.

Al fondo, los anuncios comerciales irrumpen el paisaje arquitectónico de la calle: la Farmacia Guerrero, una platería mexicana, un hotel y una tienda de huaraches.

Un grupo de hombres camina detrás de Slawson, pero ellos a diferencia de este personaje portan sombrero y cargan bolsas de mandado.

Sin duda se trata de personajes que aparecen como parte del escenario de la fotografía, pues no parecen haber sido dirigidos en la escena.

Las fotografías que conforman el Álbum permiten identificar transformaciones como consecuencia de la modernización en el centro de Cuernavaca, así como el advenimiento del modernismo urbano.

En este sentido, las imágenes ponen en evidencia la idea de “capitalismo de la selva” que Luis Gerardo Morales menciona en torno al proceso acelerado de “multiplicación de servicios urbanos en aras de máxima ganancia, sin equidad ni control alguno, en forma sostenida e irreversible en los últimos cuarenta años […].”

A pesar de que el fotógrafo toma estas imágenes con un objetivo de investigación seguramente antropológica, nos deja ver en ellas esa búsqueda de modernización en Cuernavaca, así como los sujetos que formaron parte o fueron excluidos de este proceso económico.

FUENTES CONSULTADAS

  • Fernando Aguayo y Lourdes Roca, “Estudio introductoria” en Imágenes e investigación social, pág. 15.
  • Nueva historia mínima de México, pág. 273.
  • Alicia Hernández Chávez, Historia breve de Morelos, pág. 201.
  • Patricia Arias y Lucía Bazan, “La ciudad industrial del Valle de Cuernavaca. Un proyecto industrial en una micro regrion rural” en Historia de Morelos. Tierra, gente, tiempos del sur, Tomo VIII, pág.227.
  • La NISSAN mexicana fue la primera armadora de autos fuera de Japón, e iniciaría operaciones en el año de 1966. Ibid., pág. 232.
  • Patricia Arias y Lacía Bazan, Op. Cit., pág. 226.
  • Marshall Berman, Todo lo sólido se desvanece en el aire, pág. 2.
  • Lourdes Arizpe, Luis Miguel Morayta Mendoza y Edith Pérez, “La cultura popular material en Morelos” en Historia de Morelos. Tierra, gente, tiempo del sur, Tomo IX, pág. 249.
  • Luis Gerardo Morales, “Capitalismo de la selva urbana. Los casos de Cuicuilco y ex Casino de la Selva, 1997- 2008”, en Historia de Morelos. Tierra, gente, tiempo del sur, Tomo VIII, pág. 320.
  • Pierre Bourdieu, La dominación masculina, pág. 12.
  • Miguel Ángel Cuevas Olascoaga, “Íconos arquitectónicos y urbanos de Cuernavaca” en Historia de Morelos. Tierra, gente, tiempo del sur, tomo VI, págs. 229- 230.
  • Luis Gerardo Morales, Op. Cit., págs. 324- 325.
  • El capitalismo de la selva subordina políticas públicas al mero interés privado. Ibid., pág. 320.

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