/ martes 7 de marzo de 2023

Comparecencias ¿rudeza necesaria?

Los diputados del G15 en el Congreso se han portado rudos en las dos primeras comparecencias de la glosa del informe de la administración de Cuauhtémoc Blanco. Ni Patricia Nolasco, encargada de despacho de la Secretaría de Obras Públicas, ni Jaime Juárez, encargado de despacho de la Comisión Estatal del Agua, pueden presumir haber salido ilesos de sus encuentros con diputados en el salón de comisiones del Legislativo. Tampoco es totalmente su culpa, el ambiente tenso entre el Ejecutivo y el Congreso ha existido casi desde la instalación de la actual legislatura y el gobernador Cuauhtémoc Blanco no ha hecho sino atizar la hoguera en cada declaración que hace aludiendo a los diputados.

En ese ambiente, Patricia Nolasco y Jaime Juárez enfrentaron señalamientos decentes y duros de los diputados. La falta de resultados de la administración estatal es el origen de los apuntes del Legislativo, en ese sentido, los diputados parecen ejercer de forma bastante efectiva la representación ciudadana. Las preguntas y quejas de los legisladores fueron mayormente las que hacen los habitantes de Morelos cada día y las respuestas no han sido del todo satisfactorias. Acaso la diferencia con la opinión ciudadana está en el reclamo sobre las faltas de diálogo con y de respeto al Legislativo, poder al que pocos ciudadanos respetan, probablemente por sabiduría histórica o porque falta de entendimiento de cómo funcionan los colegiados. Pero en términos generales, el reclamo de los legisladores a los colaboradores de Cuauhtémoc Blanco parece bastante justo.

En todo caso, lo que podría indignar a la ciudadanía es que ante las explicaciones de falta de resultados por carencia de recursos, en más de una ocasión los diputados hayan pedido a los funcionarios acercarse al Congreso para tratar de resolverlo. Es decir, la falta de diálogo no sólo es un problema simbólico, sino funcional del Poder en Morelos.

Luz Dary Quevedo, Andrea Gordillo, Verónica Anrubio, Mirna Zavala, Alberto Sánchez, Agustín Alonso, Francisco Sánchez fueron de los diputados más activos en el primer día de comparecencias. Los reclamos venían en torno a lo técnico, económico y funcional, pero los de Agustín Alonso llevaron los temas a lo político; que según parece resultan fundamentales para todo lo demás. El diputado presidente de la Comisión de Hacienda acusó al Ejecutivo de mentir cuando refiere que no hay recursos, y advirtió “no hay responsabilidad para hacer las cosas”, aseguró que hay la disposición en el Congreso de autorizar transferencias presupuestales bien justificadas y destinar hasta mil millones de pesos más para obras en municipios. También acusó el diputado la falta de interés por el estado que ha evidenciado el Ejecutivo: “hay una discrepancia entre el poder Ejecutivo y su servidor” y sentenció “si no nos ponemos de acuerdo, si no nos empezamos a respetar, poco vamos a poder avanzar”. El diputado Alonso esbozó en ambas comparecencias un escenario en que el equipo del Ejecutivo y sus aliados ven un Morelos diferente al que realmente existe. Alonso y Jaime Juárez se tendieron la mano para trabajar en conjunto Ejecutivo y Legislativo, pero no pusieron fecha para el inicio de los trabajos.

Además del tono político y el cálculo electoral que contamina el debate en Morelos, el problema central en la relación es el presupuesto y lo que se puede hacer con él, es decir, en esencia es un problema de poder público que se ha ido personalizado. Por lo menos cuatro diputados defendieron la postura del Congreso respecto al gasto proyectado para el 2023 y expusieron que el Ejecutivo debe empezar a diseñar presupuestos reales.

Los diputados están en su derecho de defender su posición en los frentes que quieran y en los que necesiten, aunque Ángel Adame, del PAN, parece haberse volado la barda, al más puro estilo del lopezobradorismo (doctrina que seguro no profesa) espetó: ¿De qué lado de la historia quieres estar? Tampoco es para tanto. La historia no tiene sólo dos lados, tampoco (y aún reconociendo la existencia de un espíritu de los tiempos) uno solo. Convendría una dosis de humildad, y leer a E.H. Carr.


@martinellito

dmartinez@elsoldecuernavaca.com.mx


Los diputados del G15 en el Congreso se han portado rudos en las dos primeras comparecencias de la glosa del informe de la administración de Cuauhtémoc Blanco. Ni Patricia Nolasco, encargada de despacho de la Secretaría de Obras Públicas, ni Jaime Juárez, encargado de despacho de la Comisión Estatal del Agua, pueden presumir haber salido ilesos de sus encuentros con diputados en el salón de comisiones del Legislativo. Tampoco es totalmente su culpa, el ambiente tenso entre el Ejecutivo y el Congreso ha existido casi desde la instalación de la actual legislatura y el gobernador Cuauhtémoc Blanco no ha hecho sino atizar la hoguera en cada declaración que hace aludiendo a los diputados.

En ese ambiente, Patricia Nolasco y Jaime Juárez enfrentaron señalamientos decentes y duros de los diputados. La falta de resultados de la administración estatal es el origen de los apuntes del Legislativo, en ese sentido, los diputados parecen ejercer de forma bastante efectiva la representación ciudadana. Las preguntas y quejas de los legisladores fueron mayormente las que hacen los habitantes de Morelos cada día y las respuestas no han sido del todo satisfactorias. Acaso la diferencia con la opinión ciudadana está en el reclamo sobre las faltas de diálogo con y de respeto al Legislativo, poder al que pocos ciudadanos respetan, probablemente por sabiduría histórica o porque falta de entendimiento de cómo funcionan los colegiados. Pero en términos generales, el reclamo de los legisladores a los colaboradores de Cuauhtémoc Blanco parece bastante justo.

En todo caso, lo que podría indignar a la ciudadanía es que ante las explicaciones de falta de resultados por carencia de recursos, en más de una ocasión los diputados hayan pedido a los funcionarios acercarse al Congreso para tratar de resolverlo. Es decir, la falta de diálogo no sólo es un problema simbólico, sino funcional del Poder en Morelos.

Luz Dary Quevedo, Andrea Gordillo, Verónica Anrubio, Mirna Zavala, Alberto Sánchez, Agustín Alonso, Francisco Sánchez fueron de los diputados más activos en el primer día de comparecencias. Los reclamos venían en torno a lo técnico, económico y funcional, pero los de Agustín Alonso llevaron los temas a lo político; que según parece resultan fundamentales para todo lo demás. El diputado presidente de la Comisión de Hacienda acusó al Ejecutivo de mentir cuando refiere que no hay recursos, y advirtió “no hay responsabilidad para hacer las cosas”, aseguró que hay la disposición en el Congreso de autorizar transferencias presupuestales bien justificadas y destinar hasta mil millones de pesos más para obras en municipios. También acusó el diputado la falta de interés por el estado que ha evidenciado el Ejecutivo: “hay una discrepancia entre el poder Ejecutivo y su servidor” y sentenció “si no nos ponemos de acuerdo, si no nos empezamos a respetar, poco vamos a poder avanzar”. El diputado Alonso esbozó en ambas comparecencias un escenario en que el equipo del Ejecutivo y sus aliados ven un Morelos diferente al que realmente existe. Alonso y Jaime Juárez se tendieron la mano para trabajar en conjunto Ejecutivo y Legislativo, pero no pusieron fecha para el inicio de los trabajos.

Además del tono político y el cálculo electoral que contamina el debate en Morelos, el problema central en la relación es el presupuesto y lo que se puede hacer con él, es decir, en esencia es un problema de poder público que se ha ido personalizado. Por lo menos cuatro diputados defendieron la postura del Congreso respecto al gasto proyectado para el 2023 y expusieron que el Ejecutivo debe empezar a diseñar presupuestos reales.

Los diputados están en su derecho de defender su posición en los frentes que quieran y en los que necesiten, aunque Ángel Adame, del PAN, parece haberse volado la barda, al más puro estilo del lopezobradorismo (doctrina que seguro no profesa) espetó: ¿De qué lado de la historia quieres estar? Tampoco es para tanto. La historia no tiene sólo dos lados, tampoco (y aún reconociendo la existencia de un espíritu de los tiempos) uno solo. Convendría una dosis de humildad, y leer a E.H. Carr.


@martinellito

dmartinez@elsoldecuernavaca.com.mx