/ miércoles 1 de abril de 2020

Magisterio y votos...

La incapacidad para cumplir acuerdos del área educativa del gobierno estatal le están complicando las cosas al gobernador que desde ahora tendría que estar pensando, además de en la contingencia sanitaria y sus efectos en lo económico y social, en su futuro político. Porque si bien las elecciones de este año en otros estados se aplazarán, las del 2021 no y el proceso electoral iniciaría el próximo septiembre aunque sea bajo medidas de repliegue sanitario y la ruptura de alianzas con grandes grupos del magisterio (los mismos que ayudaron a su triunfo contundente en el 2018) podría costar a los candidatos del gobernador miles de votos.

En la elección del 2021, Cuauhtémoc Blanco no estará en las boletas, habrá candidatos del PES, de Morena, del PT, del PAN, del PRI, y por lo menos otros seis partidos (más los que lograran registros nacionales y locales); pero el ídolo futbolero no aparecerá en ninguna boleta, tampoco estará el presidente López Obrador. La caída en popularidad del gobernador de Morelos ha sido devastadora, más del 50% de los morelenses votaron por él en el 2018, y actualmente su aprobación es de poco menos del 10%, si promediamos las encuestas. Al presidente tampoco le ha ido bien, por primera vez desde que inició su mandato quienes lo respaldan son apenas la mitad de los encuestados y hay zonas del país donde su aprobación es mucho menor, la crisis sanitaria actual y sus efectos económicos posteriores, podrían hacer caer aún más la popularidad de las dos figuras en quienes se habría calculado depositar la esperanza de los votantes para el 2021.

En ese cóctel de malas señales, el desaguisado provocado por el Instituto de la Educación Básica y la Secretaría de Educación Pública con el descuento en los pagos de trabajadores de la educación de los niveles medio superior y superior, le resulta muy caro al gobierno estatal porque si bien es cierto que difícilmente los profes se ponen de acuerdo para respaldar a una opción política, son extraordinariamente buenos al lograr consensos de rechazo, como el que parecen ya tener en contra del gobierno estatal y, más particularmente, del PES y los candidatos que podría impulsar (o que ya desde ahora impulsa) el gobernador.

Mucho más complicado es que el magisterio acusa a uno de los suyos de la afrenta, y ése sujeto es precisamente el director del IEBEM, Eliacín Salgado de la Paz, quien fue el más visible operador de Cuauhtémoc Blanco en la campaña electoral del 2018, lo que significa otro elemento de distanciamiento, que habría que sumar al desgaste que, por el propio ejercicio de gobierno, se ha registrado en las relaciones entre el gobernador y el magisterio.

En política, dicen algunos, nada es permanente no hay cosas irreversibles si se toma el tiempo para atenderlas. El problema es que no hay señal alguna de que el gobierno estatal tenga una preocupación especial por hacer los cambios necesarios (hasta de funcionarios) para resolver los problemas que le desgastan día a día. El electorado tiene reacciones atípicas de cuando en cuando, pero apostarle a que sean en dos elecciones seguidas es absurdo.


@martinellito

dmartinez@elsoldecuernavaca.com.mx

La incapacidad para cumplir acuerdos del área educativa del gobierno estatal le están complicando las cosas al gobernador que desde ahora tendría que estar pensando, además de en la contingencia sanitaria y sus efectos en lo económico y social, en su futuro político. Porque si bien las elecciones de este año en otros estados se aplazarán, las del 2021 no y el proceso electoral iniciaría el próximo septiembre aunque sea bajo medidas de repliegue sanitario y la ruptura de alianzas con grandes grupos del magisterio (los mismos que ayudaron a su triunfo contundente en el 2018) podría costar a los candidatos del gobernador miles de votos.

En la elección del 2021, Cuauhtémoc Blanco no estará en las boletas, habrá candidatos del PES, de Morena, del PT, del PAN, del PRI, y por lo menos otros seis partidos (más los que lograran registros nacionales y locales); pero el ídolo futbolero no aparecerá en ninguna boleta, tampoco estará el presidente López Obrador. La caída en popularidad del gobernador de Morelos ha sido devastadora, más del 50% de los morelenses votaron por él en el 2018, y actualmente su aprobación es de poco menos del 10%, si promediamos las encuestas. Al presidente tampoco le ha ido bien, por primera vez desde que inició su mandato quienes lo respaldan son apenas la mitad de los encuestados y hay zonas del país donde su aprobación es mucho menor, la crisis sanitaria actual y sus efectos económicos posteriores, podrían hacer caer aún más la popularidad de las dos figuras en quienes se habría calculado depositar la esperanza de los votantes para el 2021.

En ese cóctel de malas señales, el desaguisado provocado por el Instituto de la Educación Básica y la Secretaría de Educación Pública con el descuento en los pagos de trabajadores de la educación de los niveles medio superior y superior, le resulta muy caro al gobierno estatal porque si bien es cierto que difícilmente los profes se ponen de acuerdo para respaldar a una opción política, son extraordinariamente buenos al lograr consensos de rechazo, como el que parecen ya tener en contra del gobierno estatal y, más particularmente, del PES y los candidatos que podría impulsar (o que ya desde ahora impulsa) el gobernador.

Mucho más complicado es que el magisterio acusa a uno de los suyos de la afrenta, y ése sujeto es precisamente el director del IEBEM, Eliacín Salgado de la Paz, quien fue el más visible operador de Cuauhtémoc Blanco en la campaña electoral del 2018, lo que significa otro elemento de distanciamiento, que habría que sumar al desgaste que, por el propio ejercicio de gobierno, se ha registrado en las relaciones entre el gobernador y el magisterio.

En política, dicen algunos, nada es permanente no hay cosas irreversibles si se toma el tiempo para atenderlas. El problema es que no hay señal alguna de que el gobierno estatal tenga una preocupación especial por hacer los cambios necesarios (hasta de funcionarios) para resolver los problemas que le desgastan día a día. El electorado tiene reacciones atípicas de cuando en cuando, pero apostarle a que sean en dos elecciones seguidas es absurdo.


@martinellito

dmartinez@elsoldecuernavaca.com.mx