/ miércoles 8 de agosto de 2018

De Michoacán para Morelos

Las dos últimas semanas hemos opinado sobre las autodefensas en Morelos, ya que nos parece que el tema no debe abordarse como un asunto coyuntural. Detrás del alzamiento de grupos civiles, tenemos que reconocer que existen ambientes de inseguridad, desconfianza en las instituciones de seguridad y justicia; e históricos procesos de pulverización de las relaciones sociales.

Si el proceso de formación de las policías comunitarias en Guerrero tiene varios signos distintivos, considero que el caso de Michoacánes más parecido a lo que actualmente ocurre en Morelos.

En Michoacán se asedió a los productores agrícolas y ganaderos de las rancherías a tal grado que las huertas y establos se fueron quedandopoco a poco sin recursos,dejando a sus dueños sin dinero ni siquiera para comer. La delincuencia acosó, amenazó,robó, secuestróy asesinó familias, aún y cuando se cumplíancon sus exigencias.

Por lo menos 5 años antes de su levantamiento, en muchos lugares la gente ya no salía a las calles, a las ferias populares ni organizaba sus propias fiestas, por temor a queun comando pudiera llegar en cualquier momento.Se temía por ver personas en coches con vidrios oscuros o en motocicletas. Los territorios eran vigiladosy poco a pococrecían otro tipo de delitos, como el abuso sexual contra niñas y adolescentes.

En Michoacán,la gente de las comunidades buscaba recuperar la tranquilidad y la certidumbre presente y futura. Saber que su familia estaría a salvo y que podía dedicarse a sus actividades productivascon certidumbre, es decir, lo que estaba en juego era la viabilidad de su propia vida.

Las autodefensas se convirtieron en un verdadero movimiento durante los 10 meses de lucha civil, los retenes estaban integrados por hombres y mujeres, jóvenes, adultos y mayores.Lograron el apoyo de la gente de sus pueblos y en algunos lugares de la iglesia, para que al tronar cohetes o tocar las campanas todos salieran con sus armas. Además, formaron un Consejo General de Autodefensas y Guardias Comunitarias para la coordinación de todas las fuerzas.

Las autodefensas ganaron la batalla al poder controlar la delincuencia en sus territorios.Más tarde, un acuerdo de institucionalización convirtió a las autodefensasen policías comunitarios, creando la Fuerza Rural, con armas oficiales y/o registradas para poder seguir vigilando sus pueblos. El gobierno los consideró como delincuentes, los persiguió y los formalizó, a pesar de que la seguridad tradicional nunca pudo detener la violencia.En las autoridades no se podía confiar ya sea por su omisión o por su complicidad.

La experiencia de Michoacán es diversa, hay ausencia de información y un análisis más integral de todas las experiencias. Lo cierto es que no podemos acostumbrarnos a la violencia.

En Morelos, las autodefensas surgen no sólo por la llamada de amenaza telefónica por no cumplir con el pago solicitado. La gente que se preparó lo hizo, por todos los años previos que poco a poco fue ocupando espacio en la vida cotidiana del estado sin que ninguna autoridad pudiera frenarla. En Morelos, las autodefensasno sólo se detonaronpor el cobro de piso a bases de taxis y transporte público.

Las dos últimas semanas hemos opinado sobre las autodefensas en Morelos, ya que nos parece que el tema no debe abordarse como un asunto coyuntural. Detrás del alzamiento de grupos civiles, tenemos que reconocer que existen ambientes de inseguridad, desconfianza en las instituciones de seguridad y justicia; e históricos procesos de pulverización de las relaciones sociales.

Si el proceso de formación de las policías comunitarias en Guerrero tiene varios signos distintivos, considero que el caso de Michoacánes más parecido a lo que actualmente ocurre en Morelos.

En Michoacán se asedió a los productores agrícolas y ganaderos de las rancherías a tal grado que las huertas y establos se fueron quedandopoco a poco sin recursos,dejando a sus dueños sin dinero ni siquiera para comer. La delincuencia acosó, amenazó,robó, secuestróy asesinó familias, aún y cuando se cumplíancon sus exigencias.

Por lo menos 5 años antes de su levantamiento, en muchos lugares la gente ya no salía a las calles, a las ferias populares ni organizaba sus propias fiestas, por temor a queun comando pudiera llegar en cualquier momento.Se temía por ver personas en coches con vidrios oscuros o en motocicletas. Los territorios eran vigiladosy poco a pococrecían otro tipo de delitos, como el abuso sexual contra niñas y adolescentes.

En Michoacán,la gente de las comunidades buscaba recuperar la tranquilidad y la certidumbre presente y futura. Saber que su familia estaría a salvo y que podía dedicarse a sus actividades productivascon certidumbre, es decir, lo que estaba en juego era la viabilidad de su propia vida.

Las autodefensas se convirtieron en un verdadero movimiento durante los 10 meses de lucha civil, los retenes estaban integrados por hombres y mujeres, jóvenes, adultos y mayores.Lograron el apoyo de la gente de sus pueblos y en algunos lugares de la iglesia, para que al tronar cohetes o tocar las campanas todos salieran con sus armas. Además, formaron un Consejo General de Autodefensas y Guardias Comunitarias para la coordinación de todas las fuerzas.

Las autodefensas ganaron la batalla al poder controlar la delincuencia en sus territorios.Más tarde, un acuerdo de institucionalización convirtió a las autodefensasen policías comunitarios, creando la Fuerza Rural, con armas oficiales y/o registradas para poder seguir vigilando sus pueblos. El gobierno los consideró como delincuentes, los persiguió y los formalizó, a pesar de que la seguridad tradicional nunca pudo detener la violencia.En las autoridades no se podía confiar ya sea por su omisión o por su complicidad.

La experiencia de Michoacán es diversa, hay ausencia de información y un análisis más integral de todas las experiencias. Lo cierto es que no podemos acostumbrarnos a la violencia.

En Morelos, las autodefensas surgen no sólo por la llamada de amenaza telefónica por no cumplir con el pago solicitado. La gente que se preparó lo hizo, por todos los años previos que poco a poco fue ocupando espacio en la vida cotidiana del estado sin que ninguna autoridad pudiera frenarla. En Morelos, las autodefensasno sólo se detonaronpor el cobro de piso a bases de taxis y transporte público.

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