La elaboración de productos con barro ha sido la herencia que le dejó su madre, quien vendía comales hechos con ese material en la localidad de Cuentepec, en Temixco.
Rutilia Nava Olivares comentó que este oficio nació por la necesidad económica, ya que en su familia se requería de una entrada de dinero les permitiera mayores oportunidades.
Relató que desde los 18 años empezó a dedicarse a esta labor, para la cual debía recoger tierra de un monte cercano a su localidad, con el uso de ayate y cubetas; refirió que a veces tardaba hasta cinco horas en el acarreo. Posteriormente, ponía manos a la obra en la fabricación de cada artesanía, proceso que duraba alrededor de dos horas. Además, precisó que éstas, todos los días, deben pulirlas para que sean útiles.
En los años 70 y gracias al apoyo de una beca para empresarias, la cual rindió por dos meses, aprendió a realizar diferentes figuras, para ello conjugó el conocimiento que adquirió con su madre y técnicas innovadoras. Actualmente, implementa equitativamente ambos aspectos.
Los productos que fabrica los vende en su casa, localizada en Cuentepec, y en el Mercado Verde, aquí cada tercer domingo del mes.
Nava Olivares explicó que su única hija es quien ha seguido con el oficio familiar, aunque no ha podido dedicar todo su tiempo, ya que tiene su propia familia. Comentó que a su nieta le gustaría aprender la labor.
Por otro lado, afirmó que no cambiaría por nada este trabajo, pues éste le ha granjeado grandes satisfacciones.