Preocupa a la jerarquía católica en Morelos que los errores del pasado, las nuevas tecnologías y la falta de creencia en los jóvenes ahuyenten de la vida religiosa a las generaciones futuras, puesto que muchos dicen creer en Dios pero no en la iglesia.
Datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) 2020 señalan que en México hay 10 millones 211 mil 52 personas sin religión, esto representa el 8.1 por ciento de la población mexicana. En tanto, tres millones 103 mil 464 se denominan como no creyentes, mientras que 97 millones 864 mil 218 son católicas.
El vicario general de la Diócesis de Cuernavaca, Tomás Toral Nájera, recordó que en muchos momentos de la historia la iglesia católica ha tenido que enfrentar situaciones que parecen críticas en varios frentes, sobre todo después del Siglo XVI con la reforma protestante y demás; posteriormente, en el Siglo XX, en los 60 y 70, cuando todas las sectas protestantes que surgieron en Estados Unidos arribaron a Latinoamérica, la iglesia ha estado en crisis externas e internas, pero en crisis.
Actualmente entran en escena diversos actos que si bien se cometieron en el pasado han dado la vuelta a nivel mundial y que ponen en alerta a los frentes católicos, como son los escándalos de abusos, violencia, la marginación de las mujeres y las políticas ultraconservadoras, lo cual se añade a un panorama donde la juventud ha perdido la fe y confianza en la iglesia como institución.
“En este momento, bajo estas notas que se están dando a nivel mundial, claro que preocupa, siempre preocupa la cuestión de la iglesia, escuchas en muchos jóvenes 'hoy creo en Dios pero no creo en la iglesia' por las situaciones tan diversas y adversas que han sucedido, más aún hoy bajo la tecnología y las redes que se conoce todo al instante, pero sepamos reconocer que la iglesia hoy en día no es aquella que se oculta sino que ve el pasado, como lo de Canadá o cualquier otro país, ve el pasado y ahora a través del Papa pide el perdón, a través de sus palabras por el pasado que ha sucedido y que hoy se mira”.
El vocero de la Diócesis de Cuernavaca señaló que así como se mira una situación del pasado o del presente también se debe observar una iglesia dispuesta, que asume, lo cual, manifestó, beneficiará a la iglesia porque sí sabe reconocer sus errores, también los demás; el mundo debe reconocer sus cualidades y aciertos, contando además con testimonios de verdad, de entrega y de hacer el bien, cumpliendo con la misión que tiene la institución.
No obstante, precisó que los elementos negativos tienen que ayudarlos a mirarse y mirar lo que está haciendo la iglesia con el Papa y mediante las distintas Conferencias Episcopales en México, como ejemplo, mencionó la próxima reunión Latinoamericana para México en noviembre, la cual tratará de hacer que la iglesia se pregunte qué está pasando y por dónde deben de ir.
“Vamos a vivir una etapa de preguntas, la iglesia pregunta, se pregunta a sí misma y le pregunta a los feligreses y a todos qué está pasando, para que todos sean escuchados y se pueda vivir esta iglesia hoy, una iglesia en salida, no una iglesia que vive en sí misma”.
Las redes sociales, reconoció, hoy ayudan o destruyen y muchas veces lo que está sucediendo por medio de las redes es una destrucción porque no se piensa, no se discierne, solo se opina y cuando parece que se tiene la verdad absoluta manejando a las nuevas generaciones a una manera de pensar religiosa diferente.
Por ello, exclamó, es importante tener este discernimiento y pensar si lo que sucede en las redes sociales es verdad o es mentira. La iglesia tiene que seguir pensando de que manera atraer desde el testimonio a las próximas generaciones.