/ miércoles 1 de marzo de 2023

Las vagonetas como transporte público en el municipio de Nezahualcóyotl

Luis David Berrones Sanz

Las vagonetas del transporte público, mejor conocidas como “combis” o “peseras”, son un modo de transporte que únicamente deberían ser utilizadas como apoyo en caso de un crecimiento moderado de la demanda de pasajeros y que no diera tiempo de habilitar o comprar otro vehículo. Esto debido a que los vehículos se comportan de manera discreta, es decir, por ejemplo, si se requieren transportar diez personas adicionales en un vehículo de 40 pasajeros -un total de 50- no se puede comprar sólo un cuarto de camión, sino que deben ser camiones completos. En este sentido, las combis sólo deberían ser utilizadas para necesidades repentinas de transporte o para servicios ejecutivos de transporte de personal.

Las vagonetas, en promedio, pueden transportar 15 pasajeros, aunque con algunas modificaciones los transportistas aumentan el número de plazas en contravenía de la comodidad de los usuarios. Así, suponiendo un intervalo de paso entre vehículos de un minuto, pasarían 60 combis por hora, por lo que se podrían transportar 900 pasajeros en ese periodo. Una capacidad muy pequeña para una zona tan poblada como el Municipio de Nezahualcóyotl.

Además, la contaminación, la cantidad de combis en las calles, que saturan y contribuyen al congestionamiento vial, hacen que se genere mayor cantidad de contaminación. Sin considerar que, además de ser más contaminantes por pasajero-viaje, no alcanzan economías de escala de la misma forma de otros vehículos de mayor envergadura. Por ejemplo, esas 60 combis se podrían sustituir por nueve autobuses con capacidad de 100 pasajeros; esto, significaría muchos conductores menos, disminuir gastos en sueldos, mayor eficiencia en el uso de combustible, tarifas más bajas y menor invasión del espacio público, es decir menor congestión vial.

En un estudio elaborado en la Universidad Autónoma de la Ciudad de México (UACM), se indica que la energía consumida por persona-vehículo en las vagonetas es 2.55 veces mayor que la de los autobuses y 1.07 veces mayor que la de los microbuses. Por supuesto, esto se ve reflejado en las emisiones contaminantes; en promedio, las vagonetas generan 63.94 toneladas de CO2-equivalente; y en el costo por pasajero que es 2.32 y 1.41 veces mayor en comparación con los autobuses y microbuses.

Asimismo, en el municipio de Nezahualcóyotl, además de estar atestado de vagonetas y las externalidades que estas generan; los usuarios se enfrentan a problemas de falta de cultura vial y abusos de los conductores, vehículos modificados para poder transportar mayor cantidad de personas y en condiciones precarias, con falta de mantenimiento o vehículos con más de diez años de antigüedad. Esto, aunado a la falta de capacitación de los conductores y la corrupción, generan más de 4000 accidentes viales por año que, ligado a los más de 100 delitos de robo diarios que se generan -principalmente en puntos como la Av. Pantitlán y Av. Vicente Villada, Av. Pantitlán y Av. Tepozanes y, Av. Tepozanes y Av. Chimalhuacán, hacen un verdadero calvario para los miles de pasajeros que se trasladan día con día.

Realizar el cambio de vagonetas por sistemas de transporte masivo, a pesar de los beneficios que esto impondría, se contrapone a intereses de los agentes implicados. Por un lado, están los conductores que se quedarían sin empleo; siguiendo el ejemplo de párrafos anteriores, nueve autobuses pudieran contratar de 25 a 30 conductores -con la previa capacitación que esto implica- a pesar de regular los horarios y ofrecer mejores condiciones laborales, los conductores suelen estar renuentes en la contratación durante la transformación de las rutas conformadas por hombres-camión a empresas de servicios de autobuses; esto debido a la pérdida de autonomía, la exigencia de horarios y la supervisión que la contratación les impone.

Por otro lado, se encuentran los grupos que dominan el transporte en el municipio y, en general, en el Estado de México. Se sabe que, de los viajes que se realizan en transporte público en la entidad, 70% se realizan en un mercado controlado por cuatro organizaciones que controlan el centro, norte, oeste y sur de la entidad. Este tipo de conformación de mercado oligopólico, la falta de voluntad política o la alineación de los intereses gubernativos con los transportistas, hacen que las tarifas de transporte sean de las más altas en América Latina, incluso, superando las de servicios de transporte urbano en países como Costa Rica, Perú y Venezuela.

Específicamente para el municipio de Nezahualcóyotl, junto con el oriente de la entidad, se encuentra el Grupo Antorcha Campesina, una organización en la que se pueden encontrar relaciones con el Partido Revolucionario Institucional (PRI) y donde actualmente hay cerca de 2.8 millones de agremiados en la entidad. Algunas rutas de transporte, que pertenecen al Grupo Antorcha Campesina, han impuesto sus propias pirámides tarifarias -propuestas por socios y dirigentes de las empresas- sin que sean establecidas y reguladas por el Gobierno del Estado de México. Esto, además de tener algunos vehículos de forma tolerada, es decir, que no están registrados de forma oficial, que sólo tienen permiso de los grupos en el poder y que, por tanto, provocan la mala calidad en el servicio, característica de los sistemas de transporte de la localidad.

De esta forma, las vagonetas, con tarifas altas, choferes explotados que llegan a laborar más de 14 horas, y que pagan a los dueños altas cantidades por el uso de los vehículos (las denominadas cuentas) hacen que las vagonetas sean un negocio muy rentable para los grupos en el poder. Actualmente, en el municipio de Nezahualcóyotl, y en general en toda la entidad, deben realizarse estudios de ingeniería en transporte para reorganizar las rutas, establecer las necesidades en materia de los vehículos, y mejorar la operación de los corredores de transporte -lo que se conoce como el dimensionamiento de las rutas- para poder mejorar el servicio y promover el desarrollo de sistemas de transporte sostenible. No obstante, para que esto se realice, la voluntad política es determinante.

LUIS DAVID BERRONES SANZ es experto en transporte y logística, actualmente es Doctor en Ciencias Administrativas por la ESCA-ST, SNI-I, y durante 2022 recibió el Premio a la Mejor Tesis de Posgrado, y la Medalla Lázaro Cárdenas en el IPN. Síganlo en @lberrones


Luis David Berrones Sanz

Las vagonetas del transporte público, mejor conocidas como “combis” o “peseras”, son un modo de transporte que únicamente deberían ser utilizadas como apoyo en caso de un crecimiento moderado de la demanda de pasajeros y que no diera tiempo de habilitar o comprar otro vehículo. Esto debido a que los vehículos se comportan de manera discreta, es decir, por ejemplo, si se requieren transportar diez personas adicionales en un vehículo de 40 pasajeros -un total de 50- no se puede comprar sólo un cuarto de camión, sino que deben ser camiones completos. En este sentido, las combis sólo deberían ser utilizadas para necesidades repentinas de transporte o para servicios ejecutivos de transporte de personal.

Las vagonetas, en promedio, pueden transportar 15 pasajeros, aunque con algunas modificaciones los transportistas aumentan el número de plazas en contravenía de la comodidad de los usuarios. Así, suponiendo un intervalo de paso entre vehículos de un minuto, pasarían 60 combis por hora, por lo que se podrían transportar 900 pasajeros en ese periodo. Una capacidad muy pequeña para una zona tan poblada como el Municipio de Nezahualcóyotl.

Además, la contaminación, la cantidad de combis en las calles, que saturan y contribuyen al congestionamiento vial, hacen que se genere mayor cantidad de contaminación. Sin considerar que, además de ser más contaminantes por pasajero-viaje, no alcanzan economías de escala de la misma forma de otros vehículos de mayor envergadura. Por ejemplo, esas 60 combis se podrían sustituir por nueve autobuses con capacidad de 100 pasajeros; esto, significaría muchos conductores menos, disminuir gastos en sueldos, mayor eficiencia en el uso de combustible, tarifas más bajas y menor invasión del espacio público, es decir menor congestión vial.

En un estudio elaborado en la Universidad Autónoma de la Ciudad de México (UACM), se indica que la energía consumida por persona-vehículo en las vagonetas es 2.55 veces mayor que la de los autobuses y 1.07 veces mayor que la de los microbuses. Por supuesto, esto se ve reflejado en las emisiones contaminantes; en promedio, las vagonetas generan 63.94 toneladas de CO2-equivalente; y en el costo por pasajero que es 2.32 y 1.41 veces mayor en comparación con los autobuses y microbuses.

Asimismo, en el municipio de Nezahualcóyotl, además de estar atestado de vagonetas y las externalidades que estas generan; los usuarios se enfrentan a problemas de falta de cultura vial y abusos de los conductores, vehículos modificados para poder transportar mayor cantidad de personas y en condiciones precarias, con falta de mantenimiento o vehículos con más de diez años de antigüedad. Esto, aunado a la falta de capacitación de los conductores y la corrupción, generan más de 4000 accidentes viales por año que, ligado a los más de 100 delitos de robo diarios que se generan -principalmente en puntos como la Av. Pantitlán y Av. Vicente Villada, Av. Pantitlán y Av. Tepozanes y, Av. Tepozanes y Av. Chimalhuacán, hacen un verdadero calvario para los miles de pasajeros que se trasladan día con día.

Realizar el cambio de vagonetas por sistemas de transporte masivo, a pesar de los beneficios que esto impondría, se contrapone a intereses de los agentes implicados. Por un lado, están los conductores que se quedarían sin empleo; siguiendo el ejemplo de párrafos anteriores, nueve autobuses pudieran contratar de 25 a 30 conductores -con la previa capacitación que esto implica- a pesar de regular los horarios y ofrecer mejores condiciones laborales, los conductores suelen estar renuentes en la contratación durante la transformación de las rutas conformadas por hombres-camión a empresas de servicios de autobuses; esto debido a la pérdida de autonomía, la exigencia de horarios y la supervisión que la contratación les impone.

Por otro lado, se encuentran los grupos que dominan el transporte en el municipio y, en general, en el Estado de México. Se sabe que, de los viajes que se realizan en transporte público en la entidad, 70% se realizan en un mercado controlado por cuatro organizaciones que controlan el centro, norte, oeste y sur de la entidad. Este tipo de conformación de mercado oligopólico, la falta de voluntad política o la alineación de los intereses gubernativos con los transportistas, hacen que las tarifas de transporte sean de las más altas en América Latina, incluso, superando las de servicios de transporte urbano en países como Costa Rica, Perú y Venezuela.

Específicamente para el municipio de Nezahualcóyotl, junto con el oriente de la entidad, se encuentra el Grupo Antorcha Campesina, una organización en la que se pueden encontrar relaciones con el Partido Revolucionario Institucional (PRI) y donde actualmente hay cerca de 2.8 millones de agremiados en la entidad. Algunas rutas de transporte, que pertenecen al Grupo Antorcha Campesina, han impuesto sus propias pirámides tarifarias -propuestas por socios y dirigentes de las empresas- sin que sean establecidas y reguladas por el Gobierno del Estado de México. Esto, además de tener algunos vehículos de forma tolerada, es decir, que no están registrados de forma oficial, que sólo tienen permiso de los grupos en el poder y que, por tanto, provocan la mala calidad en el servicio, característica de los sistemas de transporte de la localidad.

De esta forma, las vagonetas, con tarifas altas, choferes explotados que llegan a laborar más de 14 horas, y que pagan a los dueños altas cantidades por el uso de los vehículos (las denominadas cuentas) hacen que las vagonetas sean un negocio muy rentable para los grupos en el poder. Actualmente, en el municipio de Nezahualcóyotl, y en general en toda la entidad, deben realizarse estudios de ingeniería en transporte para reorganizar las rutas, establecer las necesidades en materia de los vehículos, y mejorar la operación de los corredores de transporte -lo que se conoce como el dimensionamiento de las rutas- para poder mejorar el servicio y promover el desarrollo de sistemas de transporte sostenible. No obstante, para que esto se realice, la voluntad política es determinante.

LUIS DAVID BERRONES SANZ es experto en transporte y logística, actualmente es Doctor en Ciencias Administrativas por la ESCA-ST, SNI-I, y durante 2022 recibió el Premio a la Mejor Tesis de Posgrado, y la Medalla Lázaro Cárdenas en el IPN. Síganlo en @lberrones