/ miércoles 25 de octubre de 2023

Economías emergentes avanzan en pagos móviles. México se queda atrás

Andrés Salinas Nolasco

La última década ha traído grandes cambios en la digitalización del ecosistema de pagos. Cambios que se han acelerado tras la pandemia y que han revolucionado el mundo en vías de desarrollo. Desde el subcontinente indio, hasta África y Sudamérica, gobiernos y empresas, han aprovechado distintas tecnologías para reducir la dependencia del efectivo entre sus habitantes. Hoy, países como Kenia, India y Perú, han logrado convertir transacciones cotidianas como la de comprar fruta en la tienda de la esquina, pagar al peluquero, o comprar un antojo en el puesto callejero, en transacciones sin efectivo donde simplemente se utiliza un celular. México, desafortunadamente, se ha quedado atrás, pero aún puede ponerse al corriente aprendiendo de las experiencias de estos países.

En Kenia, Esther, una mujer de 60 años, se prepara para hacer compras en la tienda de abarrotes más cercana. Al vivir en una zona rural, Esther no dispone de un banco cercano, por lo que no tiene efectivo al momento. La situación no le inquieta, pues decide utilizar su celular para llamar a su hijo en Nairobi, la capital, para pedirle unos cuantos chelines kenianos. Tras colgar la llamada, recibe de inmediato un mensaje de texto acreditando una transferencia de dinero a su favor. Se dirige inmediatamente a la tienda de abarrotes, recoge lo que desea llevarse, acude al mostrador y el dependiente le solicita su número telefónico, ella se lo da y le pide que además le sume a la cuenta mil chelines kenianos para recibirlos en efectivo. Inmediatamente recibe un SMS en su teléfono pidiéndole confirmar la transacción. Esther sale de la tienda no sólo con los abarrotes que ha comprado, sino con mil chelines en efectivo. Todo gracias al esquema de dinero móvil M-Pesa.

Lanzada en 2007 por Safaricom, la compañía más grande de telecomunicaciones del país, M-Pesa lograría no solo transformar la vida de millones de kenianos, sino cambiar el rostro de las transacciones en el continente. Tras 5 años operando, M-Pesa había logrado registrar ya 17 millones de cuentas. Hoy, el 90% de los kenianos reporta haber utilizado dinero móvil por lo menos una vez en el último mes de acuerdo con datos de la organización GSMA. El modelo se ha replicado a lo largo del continente, y es uno de los métodos de pago favoritos en más de una decena de países. Los gigantes de telecomunicaciones en África han sabido aprovechar un mercado desatendido, el de la población no bancarizada. Con tan sólo un teléfono móvil sencillo, una persona puede transferir dinero sin siquiera estar conectado a internet, utilizando su número de celular cómo cuenta de depósito. El sistema se sostiene de igual manera gracias a miles de agentes repartidos en cada país que disponen de efectivo para cambiar el dinero digital en cualquier momento.

En India, las calles de Delhi se han inundado con códigos QR impresos y colocados en mostradores de tiendas, puestos ambulantes y restaurantes. Delhi no es la excepción, el sistema de pago con celular a través de QR se puede encontrar a lo largo de todo el país. Esta revolución digital iniciaría con el lanzamiento del Unified Payments Interface (UPI) en 2016, un sistema que permite transacciones en tiempo real desde el celular. No obstante, la adopción de este sistema requeriría de un impulso, el cuál fue dado en gran medida gracias a la desmonetización de los billetes de mayor denominación en el mismo año, una iniciativa del gobierno indio que buscaba frenar el mercado negro a la vez que reducía la dependencia en el efectivo. Otros elementos claves en el éxito del UPI fueron la caída en los precios de los paquetes de datos móviles, el surgimiento de numerosas fintech y el miedo al uso de dinero físico durante la pandemia.

El sistema ha sido aprovechado por billeteras digitales como Paytm, Google Pay y PhonePe, que se han asegurado de enlistar a millones de comerciantes, a la vez de que llegan a millones de usuarios, en una India que vio crecer rápidamente la adopción de teléfonos inteligentes. Como resultado, el país ahora concentra el 40% de las transacciones digitales a nivel global de acuerdo con cifras del gobierno indio. Además, el país ha aumentado su tasa de bancarización en 18.7 puntos porcentuales en los últimos 5 años para llegar a 94% en 2022. Durante el mismo período México se ha quedado prácticamente estancado al solo mover su tasa de 58% en 2017 a 60% en 2022 de acuerdo con cifras oficiales recopiladas por la empresa de investigación de mercados, Euromonitor International.

Por su parte, Perú, con un sistema similar al de la India, ha logrado ser tan exitoso que la marca que lidera el mercado ha logrado incorporar un nuevo verbo entre los peruanos, el de “yapear”, que significa simplemente transferir a través de Yape, el nombre mismo de la marca, que ahora se ha convertido en la marca más reconocida del Perú. Lanzada en 2017 por el Banco de Crédito del Perú, originalmente buscaba solo posicionarse cómo un método ágil y sencillo para hacer transacciones P2P desde el celular, hoy códigos QR y publicidad de la marca se pueden ver en taxis, restaurantes y negocios a través de todo el país. Una de las particularidades de Yape han sido las constantes iteraciones, algunas de sus más relevantes serían el desechar la necesidad de una cuenta bancaria para poder abrir una cuenta, el escalamiento de los QR para facilitar los pagos a comerciantes y finalmente la interoperabilidad entre billeteras digitales, esta última encabezada por una disposición del Banco Central.

Actualmente Yape cuenta con 12 millones de suscriptores, de los cuales se enorgullece de haber sumado a más de 2.5 millones de ellos por primera vez al sistema financiero. El principal competidor de Yape, Plin de BBVA, ya también acumula cerca de 10 millones de usuarios. Se estima que actualmente más del 70% de los peruanos usa billeteras digitales según un reporte del propio BBVA.

Independientemente de la tecnología que se utilice, ya sea contactless, QR, o SMS, el desarrollo de pagos móviles sigue sin despegar en México, beneficiando indirectamente al dominio del efectivo. De acuerdo con un listado de Euromonitor de 45 países para los que se tienen datos de pagos móviles, México se encuentra en la posición número 41 en la proporción de los pagos en retail que se hacen por este medio, además de ser el último de los 6 países incluidos de Latinoamérica. Ante este retraso, hoy el efectivo representa el 65% del valor de las transacciones de retail en México, muy por detrás del 39% que se tiene por promedio en Latinoamérica de acuerdo con estimaciones de Euromonitor para 2023.

Hay dos lecciones relevantes que México puede aprender de los países arriba mencionados: la del imperativo de atender directamente a la población no bancarizada y la de la colaboración entre iniciativa privada y gobierno. Como se mencionó arriba, 40% de la población adulta en México no está bancarizada, y un elemento clave en el éxito de todos los casos citados fue la masificación del servicio, si está no existe, difícilmente despegará el uso de una nueva plataforma de pagos. De igual manera, en cada ejemplo, las empresas privadas jugaron un rol fundamental en la distribución de los servicios de pago con celular, desde gigantes de telecomunicaciones hasta bancos y fintech, todas contribuyeron de cierta manera para facilitar esta revolución, con medidas que van desde la accesibilidad a los datos móviles hasta el realizar la distribución del servicio entre comerciantes y usuarios.

Con el lanzamiento de CODI y recientemente Dimo, el Banco de México ha ofrecido nuevas plataformas que son operacionalmente eficientes, pero que sólo llegan a la población bancarizada, aquella que ya está cómoda con el uso de tarjetas. Además, aunque estas plataformas están disponibles a través de la banca privada, ha existido poco o nulo esfuerzo comercial por parte de los bancos para promoverlas, y desde luego, por hacerlas llegar a la población que aún no se ha sumado al sistema financiero. Sin esfuerzos claves en conjunto para distribuir, y promover las ventajas del pago con celular, el efectivo seguirá siendo en gran medida el rey de los pagos en el país, con todo lo que ello implica en opacidad, corrupción y actividades ilícitas.

ANDRÉS SALINAS NOLASCO es licenciado en Negocios Internacionales por el Tecnológico de Monterrey. Se desempeña como Research Associate en Euromonitor International. Sígalo en X (antes Twitter) como @andresnolasco17

Andrés Salinas Nolasco

La última década ha traído grandes cambios en la digitalización del ecosistema de pagos. Cambios que se han acelerado tras la pandemia y que han revolucionado el mundo en vías de desarrollo. Desde el subcontinente indio, hasta África y Sudamérica, gobiernos y empresas, han aprovechado distintas tecnologías para reducir la dependencia del efectivo entre sus habitantes. Hoy, países como Kenia, India y Perú, han logrado convertir transacciones cotidianas como la de comprar fruta en la tienda de la esquina, pagar al peluquero, o comprar un antojo en el puesto callejero, en transacciones sin efectivo donde simplemente se utiliza un celular. México, desafortunadamente, se ha quedado atrás, pero aún puede ponerse al corriente aprendiendo de las experiencias de estos países.

En Kenia, Esther, una mujer de 60 años, se prepara para hacer compras en la tienda de abarrotes más cercana. Al vivir en una zona rural, Esther no dispone de un banco cercano, por lo que no tiene efectivo al momento. La situación no le inquieta, pues decide utilizar su celular para llamar a su hijo en Nairobi, la capital, para pedirle unos cuantos chelines kenianos. Tras colgar la llamada, recibe de inmediato un mensaje de texto acreditando una transferencia de dinero a su favor. Se dirige inmediatamente a la tienda de abarrotes, recoge lo que desea llevarse, acude al mostrador y el dependiente le solicita su número telefónico, ella se lo da y le pide que además le sume a la cuenta mil chelines kenianos para recibirlos en efectivo. Inmediatamente recibe un SMS en su teléfono pidiéndole confirmar la transacción. Esther sale de la tienda no sólo con los abarrotes que ha comprado, sino con mil chelines en efectivo. Todo gracias al esquema de dinero móvil M-Pesa.

Lanzada en 2007 por Safaricom, la compañía más grande de telecomunicaciones del país, M-Pesa lograría no solo transformar la vida de millones de kenianos, sino cambiar el rostro de las transacciones en el continente. Tras 5 años operando, M-Pesa había logrado registrar ya 17 millones de cuentas. Hoy, el 90% de los kenianos reporta haber utilizado dinero móvil por lo menos una vez en el último mes de acuerdo con datos de la organización GSMA. El modelo se ha replicado a lo largo del continente, y es uno de los métodos de pago favoritos en más de una decena de países. Los gigantes de telecomunicaciones en África han sabido aprovechar un mercado desatendido, el de la población no bancarizada. Con tan sólo un teléfono móvil sencillo, una persona puede transferir dinero sin siquiera estar conectado a internet, utilizando su número de celular cómo cuenta de depósito. El sistema se sostiene de igual manera gracias a miles de agentes repartidos en cada país que disponen de efectivo para cambiar el dinero digital en cualquier momento.

En India, las calles de Delhi se han inundado con códigos QR impresos y colocados en mostradores de tiendas, puestos ambulantes y restaurantes. Delhi no es la excepción, el sistema de pago con celular a través de QR se puede encontrar a lo largo de todo el país. Esta revolución digital iniciaría con el lanzamiento del Unified Payments Interface (UPI) en 2016, un sistema que permite transacciones en tiempo real desde el celular. No obstante, la adopción de este sistema requeriría de un impulso, el cuál fue dado en gran medida gracias a la desmonetización de los billetes de mayor denominación en el mismo año, una iniciativa del gobierno indio que buscaba frenar el mercado negro a la vez que reducía la dependencia en el efectivo. Otros elementos claves en el éxito del UPI fueron la caída en los precios de los paquetes de datos móviles, el surgimiento de numerosas fintech y el miedo al uso de dinero físico durante la pandemia.

El sistema ha sido aprovechado por billeteras digitales como Paytm, Google Pay y PhonePe, que se han asegurado de enlistar a millones de comerciantes, a la vez de que llegan a millones de usuarios, en una India que vio crecer rápidamente la adopción de teléfonos inteligentes. Como resultado, el país ahora concentra el 40% de las transacciones digitales a nivel global de acuerdo con cifras del gobierno indio. Además, el país ha aumentado su tasa de bancarización en 18.7 puntos porcentuales en los últimos 5 años para llegar a 94% en 2022. Durante el mismo período México se ha quedado prácticamente estancado al solo mover su tasa de 58% en 2017 a 60% en 2022 de acuerdo con cifras oficiales recopiladas por la empresa de investigación de mercados, Euromonitor International.

Por su parte, Perú, con un sistema similar al de la India, ha logrado ser tan exitoso que la marca que lidera el mercado ha logrado incorporar un nuevo verbo entre los peruanos, el de “yapear”, que significa simplemente transferir a través de Yape, el nombre mismo de la marca, que ahora se ha convertido en la marca más reconocida del Perú. Lanzada en 2017 por el Banco de Crédito del Perú, originalmente buscaba solo posicionarse cómo un método ágil y sencillo para hacer transacciones P2P desde el celular, hoy códigos QR y publicidad de la marca se pueden ver en taxis, restaurantes y negocios a través de todo el país. Una de las particularidades de Yape han sido las constantes iteraciones, algunas de sus más relevantes serían el desechar la necesidad de una cuenta bancaria para poder abrir una cuenta, el escalamiento de los QR para facilitar los pagos a comerciantes y finalmente la interoperabilidad entre billeteras digitales, esta última encabezada por una disposición del Banco Central.

Actualmente Yape cuenta con 12 millones de suscriptores, de los cuales se enorgullece de haber sumado a más de 2.5 millones de ellos por primera vez al sistema financiero. El principal competidor de Yape, Plin de BBVA, ya también acumula cerca de 10 millones de usuarios. Se estima que actualmente más del 70% de los peruanos usa billeteras digitales según un reporte del propio BBVA.

Independientemente de la tecnología que se utilice, ya sea contactless, QR, o SMS, el desarrollo de pagos móviles sigue sin despegar en México, beneficiando indirectamente al dominio del efectivo. De acuerdo con un listado de Euromonitor de 45 países para los que se tienen datos de pagos móviles, México se encuentra en la posición número 41 en la proporción de los pagos en retail que se hacen por este medio, además de ser el último de los 6 países incluidos de Latinoamérica. Ante este retraso, hoy el efectivo representa el 65% del valor de las transacciones de retail en México, muy por detrás del 39% que se tiene por promedio en Latinoamérica de acuerdo con estimaciones de Euromonitor para 2023.

Hay dos lecciones relevantes que México puede aprender de los países arriba mencionados: la del imperativo de atender directamente a la población no bancarizada y la de la colaboración entre iniciativa privada y gobierno. Como se mencionó arriba, 40% de la población adulta en México no está bancarizada, y un elemento clave en el éxito de todos los casos citados fue la masificación del servicio, si está no existe, difícilmente despegará el uso de una nueva plataforma de pagos. De igual manera, en cada ejemplo, las empresas privadas jugaron un rol fundamental en la distribución de los servicios de pago con celular, desde gigantes de telecomunicaciones hasta bancos y fintech, todas contribuyeron de cierta manera para facilitar esta revolución, con medidas que van desde la accesibilidad a los datos móviles hasta el realizar la distribución del servicio entre comerciantes y usuarios.

Con el lanzamiento de CODI y recientemente Dimo, el Banco de México ha ofrecido nuevas plataformas que son operacionalmente eficientes, pero que sólo llegan a la población bancarizada, aquella que ya está cómoda con el uso de tarjetas. Además, aunque estas plataformas están disponibles a través de la banca privada, ha existido poco o nulo esfuerzo comercial por parte de los bancos para promoverlas, y desde luego, por hacerlas llegar a la población que aún no se ha sumado al sistema financiero. Sin esfuerzos claves en conjunto para distribuir, y promover las ventajas del pago con celular, el efectivo seguirá siendo en gran medida el rey de los pagos en el país, con todo lo que ello implica en opacidad, corrupción y actividades ilícitas.

ANDRÉS SALINAS NOLASCO es licenciado en Negocios Internacionales por el Tecnológico de Monterrey. Se desempeña como Research Associate en Euromonitor International. Sígalo en X (antes Twitter) como @andresnolasco17