/ lunes 29 de enero de 2024

Agenda 2024 en Medio Oriente y el Norte de África

Por: David Hernández López

De acuerdo con Paul Poast, profesor en ciencia política de la University of Chicago, desde hace dos años el número de conflictos en el mundo es el más alto desde la Segunda Guerra Mundial. A la par, en 2024 se celebrarán alrededor de 70 elecciones, donde votaría más de la mitad de la población mundial; y los resultados podrían impactar en los enfrentamientos vigentes u ocasionar nuevos.

En suma, globalmente 2024 estará marcado por temas electorales y violencia. Desde Ucrania hasta Ecuador, pasando por Armenia-Azerbaiyán, y las tensiones en Taiwán, a la par de las elecciones presidenciales en México y Estados Unidos; por mencionar algunos ejemplos. Medio Oriente y el Norte de África (MONA) no son la excepción. Durante este año, entre los comicios por venir y los conflictos existentes, estas regiones estarán presentes en la agenda global.

El más mediático es la operación militar de Israel en Gaza. Se cree que la lucha contra Hamas será prolongada, por tanto, es poco probable que concluya en los primeros meses del año. Incluso, se ha planteado la posibilidad de que el conflicto se regionalice y países como Irán se sumen. Si bien hay que decirlo, los potenciales actores han sido lo suficientemente prudentes para evitarlo. Al contrario, aunque se concrete el anhelado fin de la violencia, los retos no concluirían. La crisis humanitaria – ya visible – y la continua destrucción de territorio gazatí requerirán atención inmediata.

Por otro lado, dos de las potencias medias más importantes de la región celebrarán elecciones legislativas y locales que configurarán el tablero político: Irán (1 de marzo) y Turquía (31 de marzo).

En Irán se renovarán los 290 miembros del Majlis (poder legislativo) y los 88 de la Asamblea de Expertos. Aunque el primero no tiene mayor influencia, los sufragios podrían reflejar algún rechazo a la actual administración. Tras las manifestaciones populares por la muerte de Mahsa Amini bajo custodia policial y el posterior reforzamiento de las leyes de vestimenta para las mujeres, los resultados electorales podrían ser desfavorables para el movimiento conservador en el poder; aunque no debe subestimarse su capacidad de coerción.

Por otra parte, la configuración resultante en la Asamblea de Expertos sí podría tener un papel muy relevante en los próximos años, dado que designa al líder supremo, figura con mayor poder en el Estado. Debido a la avanzada de edad de Ali Khamenei, quien detenta el cargo vitalicio, es posible que se requiera el nombramiento de un nuevo liderazgo. El rumbo del país dependerá de dicha decisión; en materia internacional, impactará en la relación con el llamado “occidente” y su participación en crisis regionales, incluida la de Gaza.

Por su parte, en Turquía las elecciones presentan una oportunidad para que el presidente Recep Erdoğan recuperé las posiciones que perdió en 2019, especialmente las alcaldías de Ankara y Estambul. Tras su reelección el año pasado, el mandatario turco llega fortalecido a pesar de las dificultades económicas del país. Aunque en 2019 la oposición resultó más difícil de vencer de lo esperado, su fragmentación y diferencias a la par de la fuerza del oficialismo complican el terreno, y así, no será fácil superar al poderoso presidente Erdoğan.

Finalmente, también se celebrarán comicios presidenciales en Túnez, único país que inició su democratización tras las manifestaciones de la conocida Primavera Árabe en 2011. Será la primera elección del ejecutivo tras la crisis política donde el presidente Kais Saied tomó el control político del país, disolvió al legislativo y promulgó otra constitución. Es casi un hecho que el mandatario logrará su reelección, en un proceso altamente cuestionado.

Los resultados de estos comicios podrían impactar en la dinámica regional e incluso internacional. Desde el cambio de política sobre los conflictos existentes, hasta el origen de nuevas disputas por el poder. 2024 será un año muy importante para MONA y la política global.

DAVID HERNÁNDEZ LÓPEZ es investigador del Centro de Estudios Internacionales Gilberto Bosques del Senado de la República. Licenciado en Relaciones Internacionales por la Facultad de Estudios Superiores Acatlán (FES Acatlán) de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y, actualmente, maestreando en el Programa de Posgrado en Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM. A su vez, es miembro asociado del Programa de Jóvenes del Consejo Mexicano de Asuntos Internacional (PJ Comexi) y de la Asociación Mexicana de Estudios Internacionales (AMEI). Twitter@DavidHdzLpz

Por: David Hernández López

De acuerdo con Paul Poast, profesor en ciencia política de la University of Chicago, desde hace dos años el número de conflictos en el mundo es el más alto desde la Segunda Guerra Mundial. A la par, en 2024 se celebrarán alrededor de 70 elecciones, donde votaría más de la mitad de la población mundial; y los resultados podrían impactar en los enfrentamientos vigentes u ocasionar nuevos.

En suma, globalmente 2024 estará marcado por temas electorales y violencia. Desde Ucrania hasta Ecuador, pasando por Armenia-Azerbaiyán, y las tensiones en Taiwán, a la par de las elecciones presidenciales en México y Estados Unidos; por mencionar algunos ejemplos. Medio Oriente y el Norte de África (MONA) no son la excepción. Durante este año, entre los comicios por venir y los conflictos existentes, estas regiones estarán presentes en la agenda global.

El más mediático es la operación militar de Israel en Gaza. Se cree que la lucha contra Hamas será prolongada, por tanto, es poco probable que concluya en los primeros meses del año. Incluso, se ha planteado la posibilidad de que el conflicto se regionalice y países como Irán se sumen. Si bien hay que decirlo, los potenciales actores han sido lo suficientemente prudentes para evitarlo. Al contrario, aunque se concrete el anhelado fin de la violencia, los retos no concluirían. La crisis humanitaria – ya visible – y la continua destrucción de territorio gazatí requerirán atención inmediata.

Por otro lado, dos de las potencias medias más importantes de la región celebrarán elecciones legislativas y locales que configurarán el tablero político: Irán (1 de marzo) y Turquía (31 de marzo).

En Irán se renovarán los 290 miembros del Majlis (poder legislativo) y los 88 de la Asamblea de Expertos. Aunque el primero no tiene mayor influencia, los sufragios podrían reflejar algún rechazo a la actual administración. Tras las manifestaciones populares por la muerte de Mahsa Amini bajo custodia policial y el posterior reforzamiento de las leyes de vestimenta para las mujeres, los resultados electorales podrían ser desfavorables para el movimiento conservador en el poder; aunque no debe subestimarse su capacidad de coerción.

Por otra parte, la configuración resultante en la Asamblea de Expertos sí podría tener un papel muy relevante en los próximos años, dado que designa al líder supremo, figura con mayor poder en el Estado. Debido a la avanzada de edad de Ali Khamenei, quien detenta el cargo vitalicio, es posible que se requiera el nombramiento de un nuevo liderazgo. El rumbo del país dependerá de dicha decisión; en materia internacional, impactará en la relación con el llamado “occidente” y su participación en crisis regionales, incluida la de Gaza.

Por su parte, en Turquía las elecciones presentan una oportunidad para que el presidente Recep Erdoğan recuperé las posiciones que perdió en 2019, especialmente las alcaldías de Ankara y Estambul. Tras su reelección el año pasado, el mandatario turco llega fortalecido a pesar de las dificultades económicas del país. Aunque en 2019 la oposición resultó más difícil de vencer de lo esperado, su fragmentación y diferencias a la par de la fuerza del oficialismo complican el terreno, y así, no será fácil superar al poderoso presidente Erdoğan.

Finalmente, también se celebrarán comicios presidenciales en Túnez, único país que inició su democratización tras las manifestaciones de la conocida Primavera Árabe en 2011. Será la primera elección del ejecutivo tras la crisis política donde el presidente Kais Saied tomó el control político del país, disolvió al legislativo y promulgó otra constitución. Es casi un hecho que el mandatario logrará su reelección, en un proceso altamente cuestionado.

Los resultados de estos comicios podrían impactar en la dinámica regional e incluso internacional. Desde el cambio de política sobre los conflictos existentes, hasta el origen de nuevas disputas por el poder. 2024 será un año muy importante para MONA y la política global.

DAVID HERNÁNDEZ LÓPEZ es investigador del Centro de Estudios Internacionales Gilberto Bosques del Senado de la República. Licenciado en Relaciones Internacionales por la Facultad de Estudios Superiores Acatlán (FES Acatlán) de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y, actualmente, maestreando en el Programa de Posgrado en Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM. A su vez, es miembro asociado del Programa de Jóvenes del Consejo Mexicano de Asuntos Internacional (PJ Comexi) y de la Asociación Mexicana de Estudios Internacionales (AMEI). Twitter@DavidHdzLpz