/ lunes 20 de mayo de 2024

Continuidad o cambio

En toda elección hay dos opciones que se disputan los votos de los electores: continuidad o cambio.

Así el dos de junio las ciudadanas y ciudadanos mexicanos tomaremos una decisión: seguir con la farsa de transformación o retomar el rumbo de la social democracia del siglo XXI.

El discurso de la continuidad se basa exclusivamente en la permanencia de los programas sociales, que obviamente son un pilar muy importante para muchas familias, para adultos mayores especialmente.

El oficialismo ha querido sembrar el miedo entre la población votante diciendo que si gana la oposición les van a quitar los programas sociales, esto es totalmente falso ya que estos apoyos se encuentran legislados en la propia Constitución de la república y reglamentados en leyes secundarias. Los programas sociales nadie los puede quitar de manera unilateral, solamente las dos terceras partes del Congreso, y eso no va a pasar.

La candidata de Morena ha hecho suyas las propuestas que lanzó el presidente el 5 de febrero, entre las que se encuentran el control de la SCJN, el desmantelamiento del INE, de los organismos autónomos como el INAI, le elección en urnas de jueces, magistrados y ministros de Corte, entre otras reformas encaminadas a destruir el régimen democrático de pesos y contrapesos y transitar hacia un estado controlado más parecido a Venezuela de Maduro, la Cuba de Diaz-Canel o la Nicaragua de Ortega.

La continuidad que nos ofrece la candidata de Morena es en realidad un viaje a la restauración de un régimen presidencialista concentrador del poder similar a lo que teníamos antes de la alternancia democrática.

Lo paradójico es que esa transición hizo posible tener instituciones electorales autónomas como el INE, más transparencia a través del INAI y una SCJN más independiente del ejecutivo resguardando realmente el orden constitucional.

Gracias a esas instituciones López Obrador y su movimiento pudieron llegar a la presidencia; es contradictorio que hoy pretendan destruir ese andamiaje democrático que les permitió llegar al poder y además nos lo vendan como transformación. ¡Es una regresión!

El cambio, sin duda, lo representa Xóchitl Gálvez arropada por millones de ciudadanos que no están de acuerdo ni comparten las políticas del “obradorato”. Algunos descalifican el cambio que propone Xóchitl por el tema de los partidos que arropan a la candidata.

Algo de razón hay en ello, sin embargo, lo que tenemos es un sistema de partidos y es a través de estos como podemos participar, no hay de otra.

Eso no significa que Xóchitl tenga que someterse a la voluntad de los partidos, en realidad lo que obliga es a construir un gobierno de coalición y a impulsar reformas que permitan cambios profundos a través de una ley de partidos políticos y caminar hacia una segunda vuelta en las elecciones presidenciales.

El cambio que plantea la candidata de la oposición tiene que ver con reforzar a las instituciones democráticas, con el respeto a la división de poderes, con el acotamiento del presidencialismo mesiánico,

El cambio tiene que ver con generar energía limpia, con el crecimiento económico basado en la inversión y en el empleo, con incentivar a la pequeña y mediana empresa, con mejorar los programas sociales para convertirlos en instrumentos más efectivos en especial para los jóvenes.

La propaganda oficial habla de seguir haciendo historia cuando en la realidad lo que hay que hacer es cambiar la historia.

Sin duda la moneda está en el aire, la elección no es un trámite, se decide el 2 de junio con tu voto. Si quieres regresión envuelta en continuidad ya sabes por quien, si quieres un México más seguro, libre y democrático, la opción es X.

La próxima marcha de la Marea Rosa es de tu casa a la urna, no faltes.

En toda elección hay dos opciones que se disputan los votos de los electores: continuidad o cambio.

Así el dos de junio las ciudadanas y ciudadanos mexicanos tomaremos una decisión: seguir con la farsa de transformación o retomar el rumbo de la social democracia del siglo XXI.

El discurso de la continuidad se basa exclusivamente en la permanencia de los programas sociales, que obviamente son un pilar muy importante para muchas familias, para adultos mayores especialmente.

El oficialismo ha querido sembrar el miedo entre la población votante diciendo que si gana la oposición les van a quitar los programas sociales, esto es totalmente falso ya que estos apoyos se encuentran legislados en la propia Constitución de la república y reglamentados en leyes secundarias. Los programas sociales nadie los puede quitar de manera unilateral, solamente las dos terceras partes del Congreso, y eso no va a pasar.

La candidata de Morena ha hecho suyas las propuestas que lanzó el presidente el 5 de febrero, entre las que se encuentran el control de la SCJN, el desmantelamiento del INE, de los organismos autónomos como el INAI, le elección en urnas de jueces, magistrados y ministros de Corte, entre otras reformas encaminadas a destruir el régimen democrático de pesos y contrapesos y transitar hacia un estado controlado más parecido a Venezuela de Maduro, la Cuba de Diaz-Canel o la Nicaragua de Ortega.

La continuidad que nos ofrece la candidata de Morena es en realidad un viaje a la restauración de un régimen presidencialista concentrador del poder similar a lo que teníamos antes de la alternancia democrática.

Lo paradójico es que esa transición hizo posible tener instituciones electorales autónomas como el INE, más transparencia a través del INAI y una SCJN más independiente del ejecutivo resguardando realmente el orden constitucional.

Gracias a esas instituciones López Obrador y su movimiento pudieron llegar a la presidencia; es contradictorio que hoy pretendan destruir ese andamiaje democrático que les permitió llegar al poder y además nos lo vendan como transformación. ¡Es una regresión!

El cambio, sin duda, lo representa Xóchitl Gálvez arropada por millones de ciudadanos que no están de acuerdo ni comparten las políticas del “obradorato”. Algunos descalifican el cambio que propone Xóchitl por el tema de los partidos que arropan a la candidata.

Algo de razón hay en ello, sin embargo, lo que tenemos es un sistema de partidos y es a través de estos como podemos participar, no hay de otra.

Eso no significa que Xóchitl tenga que someterse a la voluntad de los partidos, en realidad lo que obliga es a construir un gobierno de coalición y a impulsar reformas que permitan cambios profundos a través de una ley de partidos políticos y caminar hacia una segunda vuelta en las elecciones presidenciales.

El cambio que plantea la candidata de la oposición tiene que ver con reforzar a las instituciones democráticas, con el respeto a la división de poderes, con el acotamiento del presidencialismo mesiánico,

El cambio tiene que ver con generar energía limpia, con el crecimiento económico basado en la inversión y en el empleo, con incentivar a la pequeña y mediana empresa, con mejorar los programas sociales para convertirlos en instrumentos más efectivos en especial para los jóvenes.

La propaganda oficial habla de seguir haciendo historia cuando en la realidad lo que hay que hacer es cambiar la historia.

Sin duda la moneda está en el aire, la elección no es un trámite, se decide el 2 de junio con tu voto. Si quieres regresión envuelta en continuidad ya sabes por quien, si quieres un México más seguro, libre y democrático, la opción es X.

La próxima marcha de la Marea Rosa es de tu casa a la urna, no faltes.

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