Morelos, si bien no está en el ojo del huracán por la falta de gasolinas y diesel, como otras entidades federativas, el problema del robo del combustible es grave. Y no sólo eso, en nuestra entidad, más que en otras, se ha convertido en problema de salud pública, que si bien aún no alcanza su máxima expresión, podría hacerlo pronto de no tomarse cartas en el asunto.
En este sentido, es que el gobernador del Estado, Cuauhtémoc Blanco Bravo, tiene un gran reto por afrontar, y permítanme –como comercial- presumir que precisamente el día de ayer, al cumplir 46 años de edad, lo hizo con nuestra edición hermana de la Organización Editorial Mexicana (OEM) “El Esto”; al abrirle las puertas de la residencia oficial del Gobierno del Estado y compartir algunos de los pasajes de su trayectoria como deportista y ahora como político.
Regresando a nuestro tema medular, decíamos que el problema de la ordena de ductos en Morelos no es solo grave por el robo a la nación que se hace por grupos criminales. Sino porque en varias ocasiones ha ocasionado ya graves problema de contaminación ambiental, que tiene impacto en la salud de la población.
Habrá que recordar que precisamente previo al inicio de la guerra contra el huachicoleo por el presidente de la república Andrés Manuel López Obrador, en el norte de Cuernavaca –precisamente entre los poblados de Ocotepec y Ahuatepec- se presentaron ordeñas de combustible directamente de los ductos, que provocaron derrames sobre el subsuelo.
Ello provocó que por días y semanas, varias colonias de la ciudad, quedaran sin el servicio del vital líquido, puesto que éste estaba contaminado con las gasolinas. Por eso es que el Gobernador del Estado debe asumir este combate de manera frontal no solo por el asunto de la ordeña de los ductos y que corresponde al ámbito federal, sino por la contaminación que se hace a los subsuelo y con ello a los mantos freáticos que abastecen a las colonias de Cuernavaca.
Y sobre todo, porque de acuerdo a un informe del Ejército, difundido en días pasados en una de las conferencias matutinas del presidente López Obrador, se hizo referencia a las principales zonas donde se ordeñan los ductos.
Y en ese mapeo, acertó amable lector, aparece el estado de Morelos. Y el principal municipio donde se tienen contabilizadas un total de 212 tomas clandestinas. Es decir, Huitzilac está dentro del Top de los 40 municipios del país considerados como focos rojos por parte del ejército, Baja California, en el municipio de Tecate se reportan 86 tomas, en Sinaloa, en Salvador Alvarado 99, y así hay otros tres municipios de tres entidades diferentes que presentan un menor número de tomas clandestinas, con respecto a lo reportado en el caso de Morelos, que al ser un municipio pequeño, es alarmante el número de tomas clandestinas existentes.
Otra ruta crítica del huahicoleo es el de Cuernavaca-Jiutepec-Yautepec. Donde por cierto, tras el anuncio de la puesta en marcha de la Guardia Nacional, se tiene contemplado hacer un frente total a los grupos criminales que se dedican a la ordeña de los ductos de Petróleos Mexicanos (Pemex).
Sin embargo el principal foco a atacar debería ser Huitzilac, donde el crimen organizado ha sentado sus reales. Ahí pasa de todo, secuestros, tala clandestina, ordeña de ductos, ejecuciones y el principal atractivo de la zona “Las Lagunas de Zempoala”, y algunos otras áreas de esparcimiento, han dejado de ser un atractivo para morelenses y turistas, debido a los continuos robos y atracos, por decir lo menos, que sucede en esos sitios. Pues las violaciones y asesinatos son cada vez más frecuentes.
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