/ jueves 5 de agosto de 2021

Dejemos de quemar gas para bañarnos y cocinar

Desde hace más de una década dejé de comprar gas LP. Es un caso modesto y particular de reconversión energética doméstica. Desde entonces el agua para el baño se calienta con el Sol a través de un calentador solar de esos que hoy en día se pueden compran a precios muy accesibles en muchísimos lugares. Aquí en Morelos tenemos la fortuna de contar con una magnífica radiación solar prácticamente todos los días del año, además se encuentra una de las fábricas de calentadores solares pioneras en México, también hay importados. El avance tecnológico ha hecho que hoy tengamos calentadores que garantizan al agua caliente hasta en días nublados. En el caso de la estufa, se puede reemplazar el gas por la electricidad, ya sea estufas eléctricas tradicionales o bien de inducción, las cuales son sumamente eficientes y cada vez más económicas. En diez años de no comprar gas LP, he tenido un ahorro de casi 4 veces la inversión inicial.

Actualmente el gas ha tenido aumentos de precio constantes, debido principalmente a factores externos; gran parte del gas que se usa para consumo doméstico se importa de Estados Unidos, México no es autosuficiente en la producción de gas. El impacto sobre la economía familiar es altísimo, golpea especialmente a los sectores de más bajos ingresos.

El gobierno federal ha implementado una política temporal de control de precios, es decir, establecer precios máximos, lo que ha traído como consecuencia el desabasto del producto afectando a miles de familias. Los distribuidores de gas han suspendido el abasto en toda la región centro del país.

Se pretende crear una empresa estatal llamada “Gas Bienestar”, dependiente de Pemex, para que distribuya gas doméstico a precios accesibles. Una iniciativa bien intencionada, sin embargo, es poco factible que pueda resolver el tema por múltiples razones, sólo por mencionar la más importante: no hay capacidad operativa ni disponibilidad de gas

La solución al problema del abasto de gas doméstico no se va a dar con políticas de control de precios, eso está probado que no funciona en una economía de mercado, ni tampoco pretender castigar a las empresas gaseras; la posible solución deberá buscarse mediante el diálogo que lleve a la regulación del mercado del gas para evitar incrementos desproporcionados que afecten a la economía de la mayoría de la población.

Finalmente me parece que la política de futuro para evitar los constantes aumentos del precio del gas es la reconversión energética a nivel doméstico. Implementar políticas de apoyo a los hogares para adquirir un calentador solar y dejar de quemar gas para calentar el agua del baño. Esto repercutiría directamente no sólo en la economía familiar, sino en el cuidado del medio ambiente.

A nivel municipal se debe incluir en los reglamentos de construcción la obligatoriedad para los desarrolladores de vivienda, de implementar el uso de calentadores solares domésticos y estufas eléctricas, sólo así empezaremos a cambiar la cultura de la quema de gas y valoraremos las energías limpias. Algunos constructores en Morelos ya lo están haciendo por decisión propia, enhorabuena.

Este es el gran cambio que está demandando el planeta expresado en el cambio climático.

Actuemos en lo local para impactar en lo global.

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