La madrugada de ayer arribó a Jojutla el cuerpo del joven Óscar Santiago Rodríguez Landa, quien fue encontrado sin vida en Tijuana.
Brisa Landa Palomino, madre de la víctima, contó que su hijo partió a Tijuana hace tres años, con la esperanza de buscar mejores oportunidades en el país del norte, de tal manera que pudiera obtener recursos para la reconstrucción de su hogar, afectado por el sismo del 2017.
"Nos quedamos sin casa, prácticamente perdimos todo y él dejó de estudiar; hace casi tres años decidió irse al 'norte', pues quería pasar la frontera a los 18 años, y se quedó trabajando en Tijuana… él quería venir, estaba trabajado para juntar dinero y poner esta ventana (señaló el hueco de la habitación)", expresó Brisa.
Y es que hace siete días recibió una llamada en la que se le pedía ir a reconocer el cuerpo de su hijo, el cual el Servicio Médico Forense de Tijuana levantó en calidad de desconocido, en la orilla de una calle, junto a una banqueta muy cercana al que fuera su domicilio provisional.
Una vez reconocido el cuerpo le urgieron a llevárselo, ya que estaba fallando la cámara frigorífica del Semefo, pero la humilde familia, que aún hace sacrificios para construir su vivienda, ahora se enfrentaba a otro gasto: 60 mil pesos para trasladar el cadáver y darle sepultura en Jojutla.
El cuerpo llegó a las 5 de la mañana y lo colocaron en el primer cuarto de la entrada de la casa, que sigue en obra negra.
Mercedes Landa Palomino, tía del joven difunto, recuerda que su sobrino se fue con planes de ayudar a sus padres. "Nos hubiera gustado que regresara vivo, y no fue así", lamentó.