La inseguridad ha alcanzado a la Iglesia Católica; se han dado casos de extorsión telefónica, aquejan a comunidades de religiosas, y el año pasado un sacerdote fue víctima de extorsión, pero afortunadamente ni un hecho de violencia, reconoció el padre Tomás Toral Nájera, vicario de la Diócesis de Cuernavaca, quien dijo que han advertido a la comunidad religiosa seguir protocolo de seguridad.
Indicó que, como ya lo habían informado a principios de mes, se han dado unos casos de extorsión telefónica a comunidades religiosas, sobre todo a hermanas religiosas; "el modo de actuar es hacerse pasar por alguien de la Diócesis; a veces, hasta por el señor obispo y entonces pedir un depósito de dinero, porque tiene algún problema; algunas hermanas han sido extorsionadas de esa manera", comentó.
Señaló que a través del vicario de religiosas, en su momento, se dio a conocer esta situación para que todas las comunidades religiosas tuvieran los cuidados pertinentes, puesto que el año pasado un sacerdote fue víctima de extorsión y depositó una cantidad de dinero.
No obstante, indicó que afortunadamente no se ha registrado un acto de violencia física en contra de algún sacerdote o comunidad religiosa, ni tampoco se ha destinado seguridad especial a algún párroco. En el tema de inseguridad, refirió que el propio Gobierno del Estado ha aceptado la existencia de la violencia y en qué magnitud.