Desde diciembre del 2015 no se había registrado una jornada tan alta de asesinatos de mujeres en el estado; en esa mensualidad la cifra llegó hasta 16, mientras que en este mes suman ya van 14 y aún no concluye abril, así que la Comisión Independiente de Derechos Humanos (CIDH) pidió un alto a la violencia feminicida en el estado.
Y es que desde la activación de la Alerta de Violencia de Género (AVG) para ocho municipios de la entidad, el 10 de agosto de 2015, los crímenes contra ellas no han cesado. Desde el inicio del protocolo a la fecha suman ya 480 en seis años y ocho meses.
Estas cifras reflejan que en Morelos, desde la activación de la AVG, han matado en promedio a una mujer cada cinco días, lo que es considerado como una cifra alarmante para las organizaciones civiles que constantemente han afirmado que ese protocolo no sirve de mucho para contener la inseguridad que todos los días viven las mujeres.
Los meses en los que se ha reportado mayor violencia para ellas en todo este tiempo son diciembre del 2015 con 16 casos, enero del 2018 y octubre del 2019 con 14 asesinatos cada uno y ahora abril con 14 también en sólo 22 días.
José Martinez Cruz, integrante de la CIDH, aseveró que esto “nos indica que las medidas que se decretaron para prevenir, atender, sancionar y erradicar el feminicidio, en ese momento debieron haber empezado a aplicarse, o sea, a solo cuatro meses de la alerta de género”.
“Pero qué ocurre en la situación actual, pues ya se tienen más de seis años y nunca se aplicaron las medidas que debieron ser extraordinarias y emergentes. Las autoridades no le han dado ese carácter y por esa razón continúan esos niveles de violencia, por lo tanto, el hecho en que estemos en esos niveles feminicida muestra las negligencias, falta de continuidad, descoordinación y falta de acciones de las autoridades, que es algo lamentable”, continuó.
El más reciente caso
El último caso en este mes se reportó en el Paseo Tlahuica, de la colonia Emiliano Zapata de Yautepec, justo frente al hospital de la mujer y a unos metros de la tienda Bodega Aurrera.
La víctima era una vendedora de zapatos que todas las mañanas se colocaba en la vía pública y que según sus vecinos, era cristiana y todos los días al salir del trabajo visitaba un templo.
El asunto fue atendido por la Policía Preventiva pero no se reportaron lesionados; mientras tanto, agentes de la Fiscalía Regional Oriente (FRO) llevaron a cabo las indagatorias del caso después de llevar a cabo el levantamiento del cuerpo.
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