Para Gerardo Becerra Chávez de Ita, activista e integrante de la Coordinadora Morelense de Movimientos Ciudadanos, la situación de seguridad en la entidad comenzó a descomponerse en la época de Jorge Carrillo Olea, tras la detención del comandante Armando Martínez, “que supuestamente le habría quitado la vida al 'Moles' y pretendía tirarlo en Iguala. Ese fue el inicio de la debacle del general y con eso se daba cuenta que los policías estaban inmiscuidos con la delincuencia. Yo no sé si en esa época ya se le llamaba organizada o no, pero era evidente que estaban involucrados en asuntos muy graves, sobre todo en asuntos de secuestro”.
“De esto hay muestras en Morelos, donde se habla de personajes muy importantes que vivían aquí, como Rafael Aguilar Guajardo (presunto líder de una organización criminal) y Amado Carrillo Fuentes, que vivía atrás de la Casa de Gobierno y el propio Carrillo Olea dijo que no sabía, o como se dice vulgarmente, les hacía chillar la mosca como tal”.
Agregó que lo mismo sucedió en los gobiernos panistas de Marco Adame Castillo, con su secretario de Seguridad Pública, Luis Ángel Cabeza de Vaca, y con Sergio Estrada Cajigal y su jefe policiaco, Agustín Montiel. En ambos casos se ligó a los encargados de la seguridad pública con la delincuencia organizada, lo que para Chávez de Ita resulta preocupante porque afecta todo el entramado social, económico y político.
El hasta hace poco asesor anticorrupción estatal dijo que desafortunadamente los ciudadanos poco pueden hacer para acabar con esto, lo que sí se puede garantizar en un momento dado es que el gobernante, sin importar cómo se llame y del partido que sea, gobierne con el ejemplo y sea el principal impulsor de lo que debe ser la ética, pero parece que en Morelos estamos muy lejos de tenerlo.
A su vez, Jorge Meade Ocaranza, excandidato a gobernador, dijo que “en el gobierno estatal no tienen idea de lo que van a hacer y no participan en nada para prevenir el delito”.
La mala fortuna persigue a los morelenses, agregó, porque hay un gobernador peleándose con todos: “Pero pone por encima de todas las diferencias personales que tiene con ellos, y en medio a la gente y al estado, y en esa disputa la delincuencia está creciendo, pero nadie asume la responsabilidad, que es del gobernador, porque eso marca la Constitución, y como jefe operativo tiene que ser el responsable, con la ayuda de los municipios”.
Lamentó: “No hay una estrategia de prevención del delito y menos coordinación, y quienes están en la peor situación son los ciudadanos. Tienen que comprometerse los responsables de la seguridad, pues ya tienen tres años al frente de su cargo y deben replantearse qué es lo que está pasando, pero, sobre todo, algo que quieren escuchar los ciudadanos es qué se va a hacer concretamente en los siguientes meses, y a qué se compromete el gobernador y en cuánto tiempo, pero nadie quiere asumir su responsabilidad”.
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