/ domingo 27 de junio de 2021

Violencia, enfermedad y muerte, cotidianas en cárceles

Registra CDHEM más de 3 mil 700 incidentes en los cinco reclusorios de Morelos

Reprobados, con baja calificación y con sobrepoblación se encuentran los distintos Centros de Reinserción Social en el estado, de acuerdo con el Diagnóstico Estatal de Reinserción Social 2020 emitido por la Comisión Estatal de los Derechos Humanos.

En dicho diagnóstico se señala que en total se registraron cuatro riñas: dos en el Centro Varonil de Atlacholoaya, en Xochitepec, uno en la cárcel distrital de Jojutla y una riña más en la cárcel distrital de Cuautla; el saldo, 20 heridos en el Centro Varonil de Atlacholoaya; seis en la cárcel de Cuautla, y cuatro en Jojutla.

En un año, el penal varonil de Atlacholoaya reportó tres mítines, la fuga de dos internos, tres suicidios, 17 muertes violentas, una accidental, 22 por enfermedad y 11 internos tienen VIH, mientras que en el femenil, sólo una protesta se registró en 2020. En la cárcel de Cuautla se reportó una riña con seis heridos y dos personas con VIH, mientras en Jojutla se reporta una muerte violenta y un deceso por enfermedad.

Hacinamiento, problema sin resolver

En cuatro de los cinco Centros de Reinserción Social de la entidad prevalece la sobrepoblación; la situación más grave se encuentra en Jojutla, que supera el 305 por ciento su capacidad, seguido de Cuautla, con 287 por ciento, mientras que los centros varonil y femenil de Atlacholoaya con 114 por ciento y 140 por ciento, respectivamente.

Al respecto, la Comisión de Derechos Humanos del Estado de Morelos (CDHEM) señaló que es necesario establecer directrices y medidas que permitan una correcta distribución de la población, considerando el número de personas privadas de la libertad con la capacidad instalada de cada centros, al referir que la sobrepoblación provoca condiciones de hacinamiento, situación que de manera directa repercute en todas las demás áreas evaluadas, trayendo consigo insuficiencia en los servicios y problemas de gobernabilidad.

Al hacer la suma de la población excedente de los cuatro centros que se encuentran saturados, se advierte que son mil 64 personas privadas de la libertad que no cuentan con espacios que garanticen un proceso de reinserción social apegado a los estándares establecidos en el marco normativo.

Reprobados, centros de reinserción

De acuerdo con el diagnoóstico de la CDHEM, en 2020 fue posible contrastar los resultados obtenidos con los resultados del diagnóstico anterior, permitiendo conocer que algunas observaciones fueron atendidas por la autoridad y otras no.

Por ejemplo, el centro de Cuautla muestra una tendencia de calificación a la baja en diferentes rubros como: aspectos que garantizan la integridad física, psicológica y moral de la persona privada de la libertad, aspectos que garantizan una estancia digna, condiciones de gobernabilidad, reinserción social de las personas privadas de la libertad y grupos en situación de vulnerabilidad.

El Centro Jonacatepec también mostró tendencia a la baja en calificación en aspectos que garantizan la integridad física, psicológica y moral de la PPL, aspectos que garantizan una estancia digna, reinserción social de las personas privadas de la libertad y grupos en situación de vulnerabilidad; sin embargo, tuvo calificación a la alta en condiciones de gobernabilidad.

En tanto en el Centro Varonil de Atlacholoaya presentó una alza en calificación en aspectos que garantizan la integridad física, psicológica y moral de la PPL; aspectos que garantizan una estancia digna; reinserción social de las personas privadas de la libertad; y grupos en situación de vulnerabilidad; y a la baja, en condiciones de gobernabilidad.

En el Centro Femenil de Atlacholoaya en donde muestra calificación a la alta en dos rubros, como son: en aspectos que garantizan la integridad física y psicológica y moral de la PPL; y grupos en situación de vulnerabilidad; mientras que tuvieron calificación a la baja en aspectos que garantizan una estancia digna; condiciones de gobernabilidad; reinserción social de las personas privadas de la libertad.

Mientras que el CEMPLA tuvo calificación a la alza en aspectos que garantizan la integridad física, psicológica y moral de la PPL; aspectos que garantizan una estancia digna; condiciones de gobernabilidad; pero tuvo calificación a la baja en reinserción social de las personas privadas de la libertad; y grupos en situación de vulnerabilidad.

Por lo que de acuerdo a este diagnóstico y sus resultados en calificación es que la CDHEM advirtió que las autoridades a cargo del Sistema de Reinserción Social en el estado han sido omisas en atender de manera pronta, adecuada, suficiente y en apego al marco legal local, nacional e internacional, las observaciones y propuestas emitidas por este Organismo con anterioridad.

Destacando que el Centro Varonil de Atlacholoaya y el Centro Distrital de Cuautla, continuaron en el 2020 con una calificación reprobatoria; por su parte el Centro de Jojutla, permaneció con la misma calificación; mientras que los Centros femenil, el Centro Distrital de Jonacatepec y el CEMPLA, sumaron unas cuantas décimas de su calificación anterior.

NULA, ATENCIÓN MÉDICA

Familiares de personas privadas de la libertad en centros como Atlacholoaya y Cuautla acusaron de nula atención por parte de las autoridades a sus familiares que permanecen internados en ambos centros de reinserción social, al señalar que si presentan malestares de salud o enfermedad no se les brinda la atención adecuada, poniendo en riesgo su integridad física y hasta su vida.

De acuerdo a una entrevista obtenida a familiares de personas privadas de la libertad, quienes pidieron el anonimato al señalar que de ser pública sus denuncias con nombres y apellidos sus familiares son hostigados, amenazados y hasta maltratados por las propias autoridades de los Centros de Reinserción.

María señala que en uno de estos centros tiene recluido a su padre y hermano, señalados por el delito de secuestro; manifestó que su padre presenta problemas de salud como diabetes e hipertensión, por lo que requiere medicamento, en donde a pesar de que él pueda acudir al servicio de salud para que le brinden atención, lo único que se le otorga es paracetamol.

Por lo que su hija cada tres semanas le lleva medicamento para atender su problema de diabetes y de la presión arterial alta, sin embargo, acusa que ésta no se la entregan de manera inmediata y llegan a pasar en ocasiones semanas o hasta un mes para que el medicamento llegue a su familiar.

Reprobados, con baja calificación y con sobrepoblación se encuentran los distintos Centros de Reinserción Social en el estado, de acuerdo con el Diagnóstico Estatal de Reinserción Social 2020 emitido por la Comisión Estatal de los Derechos Humanos.

En dicho diagnóstico se señala que en total se registraron cuatro riñas: dos en el Centro Varonil de Atlacholoaya, en Xochitepec, uno en la cárcel distrital de Jojutla y una riña más en la cárcel distrital de Cuautla; el saldo, 20 heridos en el Centro Varonil de Atlacholoaya; seis en la cárcel de Cuautla, y cuatro en Jojutla.

En un año, el penal varonil de Atlacholoaya reportó tres mítines, la fuga de dos internos, tres suicidios, 17 muertes violentas, una accidental, 22 por enfermedad y 11 internos tienen VIH, mientras que en el femenil, sólo una protesta se registró en 2020. En la cárcel de Cuautla se reportó una riña con seis heridos y dos personas con VIH, mientras en Jojutla se reporta una muerte violenta y un deceso por enfermedad.

Hacinamiento, problema sin resolver

En cuatro de los cinco Centros de Reinserción Social de la entidad prevalece la sobrepoblación; la situación más grave se encuentra en Jojutla, que supera el 305 por ciento su capacidad, seguido de Cuautla, con 287 por ciento, mientras que los centros varonil y femenil de Atlacholoaya con 114 por ciento y 140 por ciento, respectivamente.

Al respecto, la Comisión de Derechos Humanos del Estado de Morelos (CDHEM) señaló que es necesario establecer directrices y medidas que permitan una correcta distribución de la población, considerando el número de personas privadas de la libertad con la capacidad instalada de cada centros, al referir que la sobrepoblación provoca condiciones de hacinamiento, situación que de manera directa repercute en todas las demás áreas evaluadas, trayendo consigo insuficiencia en los servicios y problemas de gobernabilidad.

Al hacer la suma de la población excedente de los cuatro centros que se encuentran saturados, se advierte que son mil 64 personas privadas de la libertad que no cuentan con espacios que garanticen un proceso de reinserción social apegado a los estándares establecidos en el marco normativo.

Reprobados, centros de reinserción

De acuerdo con el diagnoóstico de la CDHEM, en 2020 fue posible contrastar los resultados obtenidos con los resultados del diagnóstico anterior, permitiendo conocer que algunas observaciones fueron atendidas por la autoridad y otras no.

Por ejemplo, el centro de Cuautla muestra una tendencia de calificación a la baja en diferentes rubros como: aspectos que garantizan la integridad física, psicológica y moral de la persona privada de la libertad, aspectos que garantizan una estancia digna, condiciones de gobernabilidad, reinserción social de las personas privadas de la libertad y grupos en situación de vulnerabilidad.

El Centro Jonacatepec también mostró tendencia a la baja en calificación en aspectos que garantizan la integridad física, psicológica y moral de la PPL, aspectos que garantizan una estancia digna, reinserción social de las personas privadas de la libertad y grupos en situación de vulnerabilidad; sin embargo, tuvo calificación a la alta en condiciones de gobernabilidad.

En tanto en el Centro Varonil de Atlacholoaya presentó una alza en calificación en aspectos que garantizan la integridad física, psicológica y moral de la PPL; aspectos que garantizan una estancia digna; reinserción social de las personas privadas de la libertad; y grupos en situación de vulnerabilidad; y a la baja, en condiciones de gobernabilidad.

En el Centro Femenil de Atlacholoaya en donde muestra calificación a la alta en dos rubros, como son: en aspectos que garantizan la integridad física y psicológica y moral de la PPL; y grupos en situación de vulnerabilidad; mientras que tuvieron calificación a la baja en aspectos que garantizan una estancia digna; condiciones de gobernabilidad; reinserción social de las personas privadas de la libertad.

Mientras que el CEMPLA tuvo calificación a la alza en aspectos que garantizan la integridad física, psicológica y moral de la PPL; aspectos que garantizan una estancia digna; condiciones de gobernabilidad; pero tuvo calificación a la baja en reinserción social de las personas privadas de la libertad; y grupos en situación de vulnerabilidad.

Por lo que de acuerdo a este diagnóstico y sus resultados en calificación es que la CDHEM advirtió que las autoridades a cargo del Sistema de Reinserción Social en el estado han sido omisas en atender de manera pronta, adecuada, suficiente y en apego al marco legal local, nacional e internacional, las observaciones y propuestas emitidas por este Organismo con anterioridad.

Destacando que el Centro Varonil de Atlacholoaya y el Centro Distrital de Cuautla, continuaron en el 2020 con una calificación reprobatoria; por su parte el Centro de Jojutla, permaneció con la misma calificación; mientras que los Centros femenil, el Centro Distrital de Jonacatepec y el CEMPLA, sumaron unas cuantas décimas de su calificación anterior.

NULA, ATENCIÓN MÉDICA

Familiares de personas privadas de la libertad en centros como Atlacholoaya y Cuautla acusaron de nula atención por parte de las autoridades a sus familiares que permanecen internados en ambos centros de reinserción social, al señalar que si presentan malestares de salud o enfermedad no se les brinda la atención adecuada, poniendo en riesgo su integridad física y hasta su vida.

De acuerdo a una entrevista obtenida a familiares de personas privadas de la libertad, quienes pidieron el anonimato al señalar que de ser pública sus denuncias con nombres y apellidos sus familiares son hostigados, amenazados y hasta maltratados por las propias autoridades de los Centros de Reinserción.

María señala que en uno de estos centros tiene recluido a su padre y hermano, señalados por el delito de secuestro; manifestó que su padre presenta problemas de salud como diabetes e hipertensión, por lo que requiere medicamento, en donde a pesar de que él pueda acudir al servicio de salud para que le brinden atención, lo único que se le otorga es paracetamol.

Por lo que su hija cada tres semanas le lleva medicamento para atender su problema de diabetes y de la presión arterial alta, sin embargo, acusa que ésta no se la entregan de manera inmediata y llegan a pasar en ocasiones semanas o hasta un mes para que el medicamento llegue a su familiar.

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