/ miércoles 30 de septiembre de 2020

[VIDEO] La venta sigue, cambia de giro

María del Rocío tuvo que dejar su amor por los tamales para salir adelante, cambió el comercio de dicho alimento por la fruta de temporada durante la pandemia

Para la señora María del Rocío Gómez Dorantes, como para muchas otras personas, la pandemia de Covid-19 vulneró de manera significativa su principal ingreso, pero la diferencia fue que sin imporar la adversidad busco la manera de seguir adelante, modificando su giro, ya no era venta de tamales sino fruta de temporada.

Desde hace 30 años, la señora originaria de Guerrero se dedica a la elaboración y venta de tamales de todo tipo a las afueras de las Iglesias de Santa Catalina y los Tres Reyes Magos en Cuernavaca. Este oficio fue pasando de generación y generación, ya que sus padres se dedicaban a la venta de tamales de carne y elote al contar –su padre- con sembradíos de elote.

Al llegar a Cuernavaca decidió vender tamales de manera más profesional, empezando con el tamal oaxqueño que en Guerrero se llama tamal de chile, a partir de este momento empezó a experimentar con otros tipo de tamal, como el de hoja de maiz, mismo que al comprar sacaba la muestra, fue así como comenzó su propio negocio.

Los tamales son el alimento que forma parte de la dieta de muchos países de América Latina desde hace más de 500 años, son alimentos hechos a base de maíz que datan de la época prehispánica como los conocemos, parte esencial en diversas celebraciones desde el 2 de febrero –Día de la Candelaria- hasta en cumpleaños; es así como este tipo de negocio es muy rentable, visión que tuvo la señora María del Rocío, quien empezó hace 30 años vendiendo por las calles de Tetela del Monte y Buena Vista hasta la actualidad que cuenta con su tamalería “El Buen Sabor”.

“Vendía poquito y después fui haciendo más grande el negocio, y dije en lugar de comer tamales, venderé tamales. Este es un negocio que tengo sola llegue a Cuernavaca a hacerlo más grande”, acentúo.

Al paso de los años, las ventas fueron mejorando significativamente, llegando a ser, como expresó la señora, maravillosas; sin embargo, en marzo todo cambio al registrarse los primeros casos confirmados de covid-19 en Morelos, desde este momento las ventas disminuyeron considerablemente hasta en un 60 por ciento, teniendo que cambiar los tamales por fruta de temporada en lo que se estabilizaba la situación.

Refirió que sus ventas se redujeron tan drásticamente, ya que sus principales compradores eran personas de paso, que iban a la escuela, al trabajo, a las mismas iglesias, pero ante el confinamiento, no salían tampoco a comprar comida ya hecha.

Según datos del Directorio Estadístico Nacional de Unidades Económicas del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) en Cuernavaca se tiene registro de 48 negocios con venta de tamales desde fabricas hasta pequeños establecimientos que han sido censados.

María del Rocio Gómez Dorantes cuenta con un carrito de tamales el cual modificó para vender -en lo que duro el confinamiento- fruta de temporada, como coco, tamarindo, y mango, “bajó la venta de tamales pero hay que buscarle, la fruta fue por esta situación que pasó”; casi todos los días salía a vender cumpliendo y acatando las medidas preventivas, toda vez que padece diabetes, no obstante, esto no fue impedimento para seguir trabajando, en especial cuando sus medicinas son muy caras.

“Las autoridades nos prometieron apoyo pero no se concretó, fueron a los negocios y nos dijeron que nos darían 10 mil pesos para que dejáramos de vender un buen tiempo por todo esto pero nunca tuvimos el apoyo, creo que fue el gobierno estatal pero nosotros les dijimos ustedes reciben un sueldo pero nosotros de lo que sacamos comemos, por eso no podemos dejar de vender”, indicó.

Al día de hoy, tras pasar Morelos a color amarillo del semáforo de riesgo epidemiológico ha reactivado la tamalería “El Buen Sabor” con sus puntos de venta ya establecidos, pero en comparación las ventas siguen muy bajas, “no hay escuelas, los niños están en sus casas y muchas mamás en lugar de comprar un tamal se quedan en casa haciendo comida y ya no van a comprar, bajaron un poquito más, al igual por falta de celebraciones y fiestas patronales”.

María del Rocío pasas sus días preparando y cocinando sus productos que, de manera expresa se puede confirmar, no son nada sencillos de elaborar, tienen un largo proceso y es de mucha paciencia. A las 4 de la tarde de un día anterior comienza a prepara las salsas, la masa –la cual es cernida y le da un toque único-, termina de preparar todo hasta las 12 de la noche, duerme cuatro horas aproximadamente, para posteriormente levantarse a las 4 de la madrugada con el fin de empezar a elaborar los tamales.

“Es un poco laborioso pero me gusta mucho mi trabajo, lo hago con mucho gusto. Ahorita estoy cortando la hoja y la pongo a limpiar y cocerla y al ratito hago los tamales”, asegura la cocinera especializada.

Sus mañanas transcurren al exterior de la iglesia de Santa Catalina donde con una gran sonrisa atiende a clientes de todo tipo, de todas las edades y lugares, sentada en su carrito de tamales que incluye una vaporera para mantenerlos calientitos. De regreso a casa y, después de haberse cambiado la ropa y zapatos, tiene que alistar los tamales para el siguiente día, comprando los ingredientes de tiendas locales, lo que también se refleja en ayudar a reactivar la economía del estado.

El 2 de febrero –Día de la Candelaria- es la mejor fecha para vender sus productos, así como el mes de diciembre, Día de Muertos, Día del Niño, y diferentes eventos sociales en grandes empresas, contando ya con clientes importantes, pero hoy siguen suspendidos, lo cual sigue mermando los ingresos de la guerrerense.

María del Rocío es una muestra clara del que persevera alcanza, trabajando sola y a marchas forzadas logró posicionar su negocio, siendo del agrado de todo tipo de personas, morelenses y visitantes, quienes han llevado sus productos a otros estados; gracias a su negocio le dio estudio a sus hijos, construyó su casa, que si bien aún no termina es un proyecto que sigue en pie, y lo más importante obtuvo los recursos para comer.

“La pandemia ha sido muy complicada pero realmente espero que la situación mejore porque hoy esta muy fea y más porque yo soy diabética tenemos que estar comprando medicamentos que a veces son muy caros, lo que nos dan en el Seguro no es suficiente”, exclamó.

La tamalería “El Buen Sabor” cuenta con mas de 18 variedades en tamales, desde los clásicos de hoja de maíz (verde, rajas c/queso, rojo de guajillo, dulces, frijol c/moles verde), hoja de plátano (oaxqueños y veracruzanos que son de adobo c/pollo, verdes, entre otros) y más de 4 tipos de atoles, entre champurrado, arroz c/leche, ciruela y avena.

Se encuentran todos los días de 8 a 12 horas en la Iglesia de Santa Catalina y domingos en la capilla de los Tres Reyes Magos en Cuernavaca. Los tamales de hoja de maiz tienen un costo de 13 pesos, mientras que los de hoja de plátano están a 15 pesos.

La tamalería se ubica en calle Mina 5, colonia Tetela del Monte en Cuernavaca, Morelos; los teléfonos de contacto para pedidos son: 777 106 9740, 777 241 3321 y 777 256 5337, contando además con redes sociales.

Ubicación:

Calle Mina 5, colonia Tetela del Monte en Cuernavaca, Morelos, los teléfonos de contacto para pedidos son: 777 106 9740, 777 241 3321 y 777 256 5337, contando además con redes sociales


DATO

Se encuentra todos los días de 8 a 12 horas en la Iglesia de Santa Catalina y domingos en la capilla de los Tres Reyes Magos en Cuernavaca



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Para la señora María del Rocío Gómez Dorantes, como para muchas otras personas, la pandemia de Covid-19 vulneró de manera significativa su principal ingreso, pero la diferencia fue que sin imporar la adversidad busco la manera de seguir adelante, modificando su giro, ya no era venta de tamales sino fruta de temporada.

Desde hace 30 años, la señora originaria de Guerrero se dedica a la elaboración y venta de tamales de todo tipo a las afueras de las Iglesias de Santa Catalina y los Tres Reyes Magos en Cuernavaca. Este oficio fue pasando de generación y generación, ya que sus padres se dedicaban a la venta de tamales de carne y elote al contar –su padre- con sembradíos de elote.

Al llegar a Cuernavaca decidió vender tamales de manera más profesional, empezando con el tamal oaxqueño que en Guerrero se llama tamal de chile, a partir de este momento empezó a experimentar con otros tipo de tamal, como el de hoja de maiz, mismo que al comprar sacaba la muestra, fue así como comenzó su propio negocio.

Los tamales son el alimento que forma parte de la dieta de muchos países de América Latina desde hace más de 500 años, son alimentos hechos a base de maíz que datan de la época prehispánica como los conocemos, parte esencial en diversas celebraciones desde el 2 de febrero –Día de la Candelaria- hasta en cumpleaños; es así como este tipo de negocio es muy rentable, visión que tuvo la señora María del Rocío, quien empezó hace 30 años vendiendo por las calles de Tetela del Monte y Buena Vista hasta la actualidad que cuenta con su tamalería “El Buen Sabor”.

“Vendía poquito y después fui haciendo más grande el negocio, y dije en lugar de comer tamales, venderé tamales. Este es un negocio que tengo sola llegue a Cuernavaca a hacerlo más grande”, acentúo.

Al paso de los años, las ventas fueron mejorando significativamente, llegando a ser, como expresó la señora, maravillosas; sin embargo, en marzo todo cambio al registrarse los primeros casos confirmados de covid-19 en Morelos, desde este momento las ventas disminuyeron considerablemente hasta en un 60 por ciento, teniendo que cambiar los tamales por fruta de temporada en lo que se estabilizaba la situación.

Refirió que sus ventas se redujeron tan drásticamente, ya que sus principales compradores eran personas de paso, que iban a la escuela, al trabajo, a las mismas iglesias, pero ante el confinamiento, no salían tampoco a comprar comida ya hecha.

Según datos del Directorio Estadístico Nacional de Unidades Económicas del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) en Cuernavaca se tiene registro de 48 negocios con venta de tamales desde fabricas hasta pequeños establecimientos que han sido censados.

María del Rocio Gómez Dorantes cuenta con un carrito de tamales el cual modificó para vender -en lo que duro el confinamiento- fruta de temporada, como coco, tamarindo, y mango, “bajó la venta de tamales pero hay que buscarle, la fruta fue por esta situación que pasó”; casi todos los días salía a vender cumpliendo y acatando las medidas preventivas, toda vez que padece diabetes, no obstante, esto no fue impedimento para seguir trabajando, en especial cuando sus medicinas son muy caras.

“Las autoridades nos prometieron apoyo pero no se concretó, fueron a los negocios y nos dijeron que nos darían 10 mil pesos para que dejáramos de vender un buen tiempo por todo esto pero nunca tuvimos el apoyo, creo que fue el gobierno estatal pero nosotros les dijimos ustedes reciben un sueldo pero nosotros de lo que sacamos comemos, por eso no podemos dejar de vender”, indicó.

Al día de hoy, tras pasar Morelos a color amarillo del semáforo de riesgo epidemiológico ha reactivado la tamalería “El Buen Sabor” con sus puntos de venta ya establecidos, pero en comparación las ventas siguen muy bajas, “no hay escuelas, los niños están en sus casas y muchas mamás en lugar de comprar un tamal se quedan en casa haciendo comida y ya no van a comprar, bajaron un poquito más, al igual por falta de celebraciones y fiestas patronales”.

María del Rocío pasas sus días preparando y cocinando sus productos que, de manera expresa se puede confirmar, no son nada sencillos de elaborar, tienen un largo proceso y es de mucha paciencia. A las 4 de la tarde de un día anterior comienza a prepara las salsas, la masa –la cual es cernida y le da un toque único-, termina de preparar todo hasta las 12 de la noche, duerme cuatro horas aproximadamente, para posteriormente levantarse a las 4 de la madrugada con el fin de empezar a elaborar los tamales.

“Es un poco laborioso pero me gusta mucho mi trabajo, lo hago con mucho gusto. Ahorita estoy cortando la hoja y la pongo a limpiar y cocerla y al ratito hago los tamales”, asegura la cocinera especializada.

Sus mañanas transcurren al exterior de la iglesia de Santa Catalina donde con una gran sonrisa atiende a clientes de todo tipo, de todas las edades y lugares, sentada en su carrito de tamales que incluye una vaporera para mantenerlos calientitos. De regreso a casa y, después de haberse cambiado la ropa y zapatos, tiene que alistar los tamales para el siguiente día, comprando los ingredientes de tiendas locales, lo que también se refleja en ayudar a reactivar la economía del estado.

El 2 de febrero –Día de la Candelaria- es la mejor fecha para vender sus productos, así como el mes de diciembre, Día de Muertos, Día del Niño, y diferentes eventos sociales en grandes empresas, contando ya con clientes importantes, pero hoy siguen suspendidos, lo cual sigue mermando los ingresos de la guerrerense.

María del Rocío es una muestra clara del que persevera alcanza, trabajando sola y a marchas forzadas logró posicionar su negocio, siendo del agrado de todo tipo de personas, morelenses y visitantes, quienes han llevado sus productos a otros estados; gracias a su negocio le dio estudio a sus hijos, construyó su casa, que si bien aún no termina es un proyecto que sigue en pie, y lo más importante obtuvo los recursos para comer.

“La pandemia ha sido muy complicada pero realmente espero que la situación mejore porque hoy esta muy fea y más porque yo soy diabética tenemos que estar comprando medicamentos que a veces son muy caros, lo que nos dan en el Seguro no es suficiente”, exclamó.

La tamalería “El Buen Sabor” cuenta con mas de 18 variedades en tamales, desde los clásicos de hoja de maíz (verde, rajas c/queso, rojo de guajillo, dulces, frijol c/moles verde), hoja de plátano (oaxqueños y veracruzanos que son de adobo c/pollo, verdes, entre otros) y más de 4 tipos de atoles, entre champurrado, arroz c/leche, ciruela y avena.

Se encuentran todos los días de 8 a 12 horas en la Iglesia de Santa Catalina y domingos en la capilla de los Tres Reyes Magos en Cuernavaca. Los tamales de hoja de maiz tienen un costo de 13 pesos, mientras que los de hoja de plátano están a 15 pesos.

La tamalería se ubica en calle Mina 5, colonia Tetela del Monte en Cuernavaca, Morelos; los teléfonos de contacto para pedidos son: 777 106 9740, 777 241 3321 y 777 256 5337, contando además con redes sociales.

Ubicación:

Calle Mina 5, colonia Tetela del Monte en Cuernavaca, Morelos, los teléfonos de contacto para pedidos son: 777 106 9740, 777 241 3321 y 777 256 5337, contando además con redes sociales


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Se encuentra todos los días de 8 a 12 horas en la Iglesia de Santa Catalina y domingos en la capilla de los Tres Reyes Magos en Cuernavaca



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