/ martes 28 de julio de 2020

[Video] Incorporan la tecnología empresarios de la salud

La crisis sanitaria provocó que Cabsa perdiera clientes al prorrogarse el tiempo de distribución; hoy han tenido que aferrarse a las nuevas tecnologías

La pandemia sanitaria de Covid-19 podría pensarse generaría más ingresos a las comercializadoras de productos para la salud en el Estado, pero fue todo lo contrario, si bien la sociedad anónima Cabsa cien por ciento morelense, nunca dejó de trabajar por ser una actividad de primera necesidad, las ventas disminuyeron hasta un 60 por ciento al alargarse de entre 8 a 10 días la distribución y entrega de los productos, lo que se tradujo, con la pérdida de clientes.

En Morelos se cuenta con entre dos a tres comercializadoras de este giro, por lo que la crisis sanitaria de Covid-19 pudo haber incrementado sus ventas, en especial al evitar que su principal competencia, la Ciudad de México, tuviera presencia en la entidad; sin embargo, no fue ocurrió así y las empresas como Cabsa tuvieron que buscar nuevos mecanismos para seguir llegando a sus clientes u otros nuevos pero sin salir de la oficina.

“Hubieses pensado que el pastel se iba a dividir en una mayor proporción pero no fue así, el pastel se redujo, hubo limitantes entre la competencia y la misma industria y ahorita no hay dinero; no solicitan el producto y cuando es así piden que sea rápido, al cliente siempre le urge”, explicó Beatriz Santillán Rodríguez, fundadora de Cabsa.

Desde hace 20 años junto con su esposo, quien es ingeniero químico, decidieron satisfacer la necesidad presente de la industria farmacéutica donde por mucho tiempo estuvieron laborando, viendo así la necesidad desde adentro del servicio y la obtención de la materia prima, la asesoría y el manejo que involucra el análisis de un producto, “empezó a formarse la idea de iniciar una empresa que les diera ese servicio, vista desde adentro, vimos que había mucha carencia en el mercado y lo planteamos para dar servicio y después vender”.

Cabsa cuenta en su stock con material desde vidrio, agua destilada, así como todos los equipos que se ocupan para la fabricación y materia prima en la industria farmacéutica, tratando de abarcar lo que requiere su cliente, quienes son farmacéuticas, médicos, hospitales y hasta la pequeña industria que existe en Morelos, pero al ser un giro al que les urge sus productos, no existe una fidelidad, predonminando la necesidad.

“Al tener la necesidad latente por el crecimiento de su población enferma, tienen que satisfacer la necesidad y nosotros no la cumplíamos con los tiempos de entrega por el tema de la logística, de recibir el producto y entregarlo”, aseveró.

Antes de la emergencia sanitaria el tiempo de entrega era máximo de tres días, ahora tarda entre ocho a 10 días, tiempo relativamente largo para sus clientes, a quienes siempre les urge el producto, el gran problema para mantenerlos, es decir, Cabsa ha reducido su portafolio de clientes, que se refleja en sus ingresos, puesto que además al ser una empresa pequeña no tienen el capital necesario para volar el producto, los costos se elevarían es donde pierden más a los clientes.

Bajo la premicia de que “al cliente siempre le urge y si no eres tú, va a ser alguien más”, Beatriz Santillán Rodríguez junto con su esposo cambiaron la manera de trabajar, utilizando las nuevas tecnologías, como es el caso de internet, para hacer un programado y trabajar sobre eso; manteniendo de esta manera el servicio e igual añadir nuevos clientes a su portafolio laboral, reconociendo que con la “nueva normalidad” el generar contratos ya no será de manera presencial o de boca a boca sino por internet, por ello, han fortalecido su página web y redes sociales.

“Optamos por modificar el trato hacia el cliente por internet, una página web, buscar la manera de llegar a tu misión, modificando la visión para llegar al punto”, acentuó.

Además de acatar cada una de las medidas establecidas por las autoridades sanitarias, como el uso de caretas, gel antibacterial y la sana distancia; Beatriz Santillán Rodríguez espera que conforme vaya avanzando el tiempo pueda estabilizarse el servicio y la gama de clientes.

Con la demanda de productos para la salud en la pandemia, existe la creencia de que los empresarios de la salud aumentaron ventas, pero es falso

OBTENCIÓN DEL MATERIAL


Beatriz Santillán Rodríguez explicó que a finales de año se estoquean con material suficiente para comercializar sus productos, evitando así sufrir los incrementos de precio que pudieran generar en el año siguiente; en ocasiones hacen dos o tres compras al año; sin embargo, depende de lo solicitado por sus clientes, al requerir en ocasiones, materiales “muy nuevos”.

A lo largo de los años y al contar con experiencia previa en la rama de salud, Cabsa, comercializadora de productos farmacéuticos, cuenta ya con tres fabricantes de cajón, orgullo mexicano, con quienes han trabajado desde hace más de 30 años ubicados en Monterrey, Nuevo León; Guadalajara, Jalisco; y la frontera, aunque en ocasiones también adquieren mercancía del extranjero, “es un 80 por ciento nacional y el 20 por ciento extranjero, con una inversión de cien mil pesos mensuales, por así decirlo”.

Para obtener sus materiales, la sociedad anónima Cabsa cien por ciento morelense, hacen importación o compran a dos o tres fabricantes a nivel nacional, con los cuales han trabajado desde hace más de 30 años, son de Monterrey, Guadalajara y la frontera. El 80 por ciento nacional y el 20 por ciento extranjero.

Los productos más buscados por sus clientes, que son médicos y farmacias, son aquellos que están constituidos principalmente por vidrio, denominados material de vidrio o vidriería de laboratorio, como: agitador, embudo de decantación, balón de destilación, bureta, matraz, cristalizador, o dedo frío (condensador), entre otros, con los cuales hacen el proceso de fabricación de medicamentos.

El stock en ocasiones tienen que recogerlo en el mismo aeropuerto, lo que representa un mayor gasto, o en ocasiones, llega hasta la puerta de la empresa ubicada en Cuernavaca.

Cabsa además debe contar con protocolos específicos para el almacenamientos de sus productos, al ser productos de salud, requieren contar con seguridad, control de temperatura, prevención de plagas, electricidad seccionada, estantes de madera adaptables y/o metálicos, al ser material sensible; el mismo almacén debe contar con un buen tamaño para el resguardo de su stock, que es material de vidrio, agua destilada, así como todos los equipos que se ocupan para la fabricación y materia prima en la industria farmacéutica, tratando de abarcar todo lo que requiere el cliente.


Optamos por modificar el trato hacia el cliente por internet, una página web, buscar la manera de llegar a tu misión, modificando la visión para llegar al punto.

Beatriz Santillán, empresaria.

DATO

  • Cabsa cuenta en su stock con material desde vidrio, agua destilada, así como todos los equipos que se ocupan para la fabricación y materia prima en la industria farmacéutica, tratando de abarcar lo que requiere su cliente


  • El stock en ocasiones tienen que recogerlo en el mismo aeropuerto, lo que representa un mayor gasto, o en ocasiones, llega hasta la puerta de la empresa ubicada en Cuernavaca


  • Para obtener sus materiales, la sociedad anónima Cabsa cien por ciento morelense, hacen importación o compran a dos o tres fabricantes a nivel nacional, con los cuales han trabajado desde hace más de 30 años, son de Monterrey, Guadalajara y la frontera


Con la llega de la contingencia, el paso en aduana se ha vuelta más lento, lo que retrasa las entregas

La pandemia sanitaria de Covid-19 podría pensarse generaría más ingresos a las comercializadoras de productos para la salud en el Estado, pero fue todo lo contrario, si bien la sociedad anónima Cabsa cien por ciento morelense, nunca dejó de trabajar por ser una actividad de primera necesidad, las ventas disminuyeron hasta un 60 por ciento al alargarse de entre 8 a 10 días la distribución y entrega de los productos, lo que se tradujo, con la pérdida de clientes.

En Morelos se cuenta con entre dos a tres comercializadoras de este giro, por lo que la crisis sanitaria de Covid-19 pudo haber incrementado sus ventas, en especial al evitar que su principal competencia, la Ciudad de México, tuviera presencia en la entidad; sin embargo, no fue ocurrió así y las empresas como Cabsa tuvieron que buscar nuevos mecanismos para seguir llegando a sus clientes u otros nuevos pero sin salir de la oficina.

“Hubieses pensado que el pastel se iba a dividir en una mayor proporción pero no fue así, el pastel se redujo, hubo limitantes entre la competencia y la misma industria y ahorita no hay dinero; no solicitan el producto y cuando es así piden que sea rápido, al cliente siempre le urge”, explicó Beatriz Santillán Rodríguez, fundadora de Cabsa.

Desde hace 20 años junto con su esposo, quien es ingeniero químico, decidieron satisfacer la necesidad presente de la industria farmacéutica donde por mucho tiempo estuvieron laborando, viendo así la necesidad desde adentro del servicio y la obtención de la materia prima, la asesoría y el manejo que involucra el análisis de un producto, “empezó a formarse la idea de iniciar una empresa que les diera ese servicio, vista desde adentro, vimos que había mucha carencia en el mercado y lo planteamos para dar servicio y después vender”.

Cabsa cuenta en su stock con material desde vidrio, agua destilada, así como todos los equipos que se ocupan para la fabricación y materia prima en la industria farmacéutica, tratando de abarcar lo que requiere su cliente, quienes son farmacéuticas, médicos, hospitales y hasta la pequeña industria que existe en Morelos, pero al ser un giro al que les urge sus productos, no existe una fidelidad, predonminando la necesidad.

“Al tener la necesidad latente por el crecimiento de su población enferma, tienen que satisfacer la necesidad y nosotros no la cumplíamos con los tiempos de entrega por el tema de la logística, de recibir el producto y entregarlo”, aseveró.

Antes de la emergencia sanitaria el tiempo de entrega era máximo de tres días, ahora tarda entre ocho a 10 días, tiempo relativamente largo para sus clientes, a quienes siempre les urge el producto, el gran problema para mantenerlos, es decir, Cabsa ha reducido su portafolio de clientes, que se refleja en sus ingresos, puesto que además al ser una empresa pequeña no tienen el capital necesario para volar el producto, los costos se elevarían es donde pierden más a los clientes.

Bajo la premicia de que “al cliente siempre le urge y si no eres tú, va a ser alguien más”, Beatriz Santillán Rodríguez junto con su esposo cambiaron la manera de trabajar, utilizando las nuevas tecnologías, como es el caso de internet, para hacer un programado y trabajar sobre eso; manteniendo de esta manera el servicio e igual añadir nuevos clientes a su portafolio laboral, reconociendo que con la “nueva normalidad” el generar contratos ya no será de manera presencial o de boca a boca sino por internet, por ello, han fortalecido su página web y redes sociales.

“Optamos por modificar el trato hacia el cliente por internet, una página web, buscar la manera de llegar a tu misión, modificando la visión para llegar al punto”, acentuó.

Además de acatar cada una de las medidas establecidas por las autoridades sanitarias, como el uso de caretas, gel antibacterial y la sana distancia; Beatriz Santillán Rodríguez espera que conforme vaya avanzando el tiempo pueda estabilizarse el servicio y la gama de clientes.

Con la demanda de productos para la salud en la pandemia, existe la creencia de que los empresarios de la salud aumentaron ventas, pero es falso

OBTENCIÓN DEL MATERIAL


Beatriz Santillán Rodríguez explicó que a finales de año se estoquean con material suficiente para comercializar sus productos, evitando así sufrir los incrementos de precio que pudieran generar en el año siguiente; en ocasiones hacen dos o tres compras al año; sin embargo, depende de lo solicitado por sus clientes, al requerir en ocasiones, materiales “muy nuevos”.

A lo largo de los años y al contar con experiencia previa en la rama de salud, Cabsa, comercializadora de productos farmacéuticos, cuenta ya con tres fabricantes de cajón, orgullo mexicano, con quienes han trabajado desde hace más de 30 años ubicados en Monterrey, Nuevo León; Guadalajara, Jalisco; y la frontera, aunque en ocasiones también adquieren mercancía del extranjero, “es un 80 por ciento nacional y el 20 por ciento extranjero, con una inversión de cien mil pesos mensuales, por así decirlo”.

Para obtener sus materiales, la sociedad anónima Cabsa cien por ciento morelense, hacen importación o compran a dos o tres fabricantes a nivel nacional, con los cuales han trabajado desde hace más de 30 años, son de Monterrey, Guadalajara y la frontera. El 80 por ciento nacional y el 20 por ciento extranjero.

Los productos más buscados por sus clientes, que son médicos y farmacias, son aquellos que están constituidos principalmente por vidrio, denominados material de vidrio o vidriería de laboratorio, como: agitador, embudo de decantación, balón de destilación, bureta, matraz, cristalizador, o dedo frío (condensador), entre otros, con los cuales hacen el proceso de fabricación de medicamentos.

El stock en ocasiones tienen que recogerlo en el mismo aeropuerto, lo que representa un mayor gasto, o en ocasiones, llega hasta la puerta de la empresa ubicada en Cuernavaca.

Cabsa además debe contar con protocolos específicos para el almacenamientos de sus productos, al ser productos de salud, requieren contar con seguridad, control de temperatura, prevención de plagas, electricidad seccionada, estantes de madera adaptables y/o metálicos, al ser material sensible; el mismo almacén debe contar con un buen tamaño para el resguardo de su stock, que es material de vidrio, agua destilada, así como todos los equipos que se ocupan para la fabricación y materia prima en la industria farmacéutica, tratando de abarcar todo lo que requiere el cliente.


Optamos por modificar el trato hacia el cliente por internet, una página web, buscar la manera de llegar a tu misión, modificando la visión para llegar al punto.

Beatriz Santillán, empresaria.

DATO

  • Cabsa cuenta en su stock con material desde vidrio, agua destilada, así como todos los equipos que se ocupan para la fabricación y materia prima en la industria farmacéutica, tratando de abarcar lo que requiere su cliente


  • El stock en ocasiones tienen que recogerlo en el mismo aeropuerto, lo que representa un mayor gasto, o en ocasiones, llega hasta la puerta de la empresa ubicada en Cuernavaca


  • Para obtener sus materiales, la sociedad anónima Cabsa cien por ciento morelense, hacen importación o compran a dos o tres fabricantes a nivel nacional, con los cuales han trabajado desde hace más de 30 años, son de Monterrey, Guadalajara y la frontera


Con la llega de la contingencia, el paso en aduana se ha vuelta más lento, lo que retrasa las entregas

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