/ miércoles 18 de noviembre de 2020

Triunfa Gaía con una preparación constante

 A 25 años de haber abierto sus puertas, este salón ha logrado superar satisfactoriamente la crisis del Covid-19; ofrecen servicio de calidad

“Gaía” es, ante todo, dos cosas: un salón de belleza y una familia. Un salón liderado desde hace veinticinco años por Dulce María Juárez, una mujer nacida en la Ciudad de México pero que desde hace casi tres décadas radica en Cuautla. Desde siempre, la vocación de Dulce ha sido la piel de las personas: retirarle las imperfecciones, lucirla, embellecerla. En el camino, se ha especializado en otros rubros del cuidado personal

“Mi vocación es la piel. Empecé curando acné y llegué a Cuautla trabajando en mi casa, y de ahí la gente me empezó a buscar. Más tarde, en el noventa y cinco, abrí las puertas de mi negocio, que en ese entonces se llamaba Duma, con dos cabinas de pacientes, y poco a poco fui incrementando los servicios. Puedo decir que fui la primera persona que hizo un facial a mucha gente de Cuautla ”, afirma Dulce.

“Gaia” es también una familia. En el sentido literal del término, un proyecto al que hace dieciséis años se sumó René Juárez, sobrino de Dulce, cuando sólo tenía doce de edad. Hoy, René se ha convertido en la mano derecha de su tía: se ocupa del maquillaje, del peinado, está a cargo de los eventos sociales y de la administración del hogar, entre otras tareas. La familia tiene más integrantes: las jóvenes que han llegado al sitio en busca de empleo, que han sido capacitadas y que, a través de veintinco años, han hecho de “Gaia” no sólo un proyecto pionero en el cuidado personal en Cuautla, sino uno de los predilectos dentro y fuera de este municipio.

El valor del capital humano

Para Dulce María, una de las claves para que el sueño que tuvo hace veinticinco años se convirtiera en un caso de éxito ha sido saber ponderar el valor del capital humano. Si bien reconoce que el aspecto económico juega un papel clave en el crecimiento de un proyecto, considera que es aún más importante valorar las capacidades y el trabajo que realiza cada integrante del equipo. Así ha sido desde el principio, como sigue siéndolo ahora.

“Puedes tener un capital económico, pero el capital humano es algo en lo que debes trabajar mucho: ser el sillón, el líder, no un jefe ni un patrón, sino integrar y capacitar. Con todas las chicas hemos tenido muy buena relación y siguen siendo parte de esta historia ”, narra Dulce.

Actualmente, el equipo está conformado por siete personas, la mayoría de ellas madres de familia con el reto de criar y educar a sus hijos:

“Yo aprecio mucho a las mujeres que luchan por salir adelante, en su mayoría son mujeres, mamás de uno, dos o tres niños, y de verdad: venir aquí es entregar el alma y les reconozco que, después de salir, afuera les espera otra gran empresa, que es su familia. Así que siempre nos hemos integrado, él buscó integrarme con ellas, con mi equipo ”, agrega Dulce.


Una etapa difícil

Después de 24 años de una línea estable de crecimiento, “Gaia”, por primera vez, tuvo que hacer frente a una situación que la llevó a tener que cerrar el establecimiento por cerca de un mes y medio: la pandemia del Covid-19. Imposible no hacerlo, cuando el contacto directo con otras personas, sus clientes, es esencial todos los días.

“Fue un tema difícil de momento, porque no sabíamos que hacer, pero como protocolo empezamos a tomar las medidas sanitarias correspondientes, como desinfectar todos los utensilios entre un cliente y otro, desinfectar a las personas antes de entrar, poner señalizaciones en el piso, tapetes, gel antibacteriano. Y poco a poco tuvimos que agarrar carrera con este tema ”, explica René.

Acaso uno de los momentos más complicados ocurrió cuando los eventos que estaban programados en la agenda, bodas, jardines y haciendas, tuvieron que ser cancelados.

“Cerramos mes y medio, y fue difícil, porque teníamos muchos eventos, era una temporada alta de jardines, hay muchas bodas, haciendas, todos los eventos que había en esos meses se pospusieron, se cancelaron”.

Fue a mediados de abril. Pero ni siquiera en la etapa más complicada las colaboradoras se quedaron sin sueldo. De hecho, lo conservaron al cien por ciento. Y cuando a mediados de mayo “Gaia” tuvo la oportunidad de volver a abrir sus puertas, todo el equipo volvió. Ahora, esta familia busca adaptarse a la nueva normalidad. Si bien no todos los clientes han regresado, confían que la situación irá mejorando.

“Hay mucha gente que sigue guardada en su casa, pero también hay gente que sale. Es un vaivén. Puede ser que desde que abrimos tengamos ya un cuarenta por ciento más de flujo, pero definitivamente no es lo mismo que antes. Por lo mismo, porque no podemos atender a tantas personas al día, trabajamos con previa cita, ya los servicios nada más viene la persona que hizo su cita, y es todo ”, explica René.


Los servicios

“Gaia” no siempre fue lo que es hoy. Hace veinticinco años, "Gaia" se llamaba "Duma" (las dos primeras sílabas de los dos nombres de su propietaria) y se limitaba a tratamientos faciales, la especialidad de Dulce María.

“Me gusta prepararme e innovar. También puedo decir que traje las primeras uñas postizas a Cuautla, algo que aprendí en la Ciudad de México, con la señora Flor Silvestre. Preparé chicas, vi salones de uñas y faciales y empezamos nosotros, y poco a poco fuimos implementando nuevos servicios: uñas, manicure, pedicure, depilaciones. En aquel entonces no sabía nada de cabello, pero me ofrecieron un salón y hace aproximadamente veintiún años aprendí a hacer todo lo de cabello ”, sostiene Dulce.

Una de las características de los servicios de este lugar es que está certificado ante la Secretaría de Educación Pública.

“Estoy orgullosa de mí porque he atendido gente que era adolescente cuando venía, y hoy son papás de otros adolescentes que he maquillado y cuya piel he cuidado”.

René, por su parte, encontró la vocación desde que tenía doce y se interesó por el mundo en el que trabajaba su tía.

“Empecé a trabajar en fines de semana o en vacaciones. Cumplí doce años trabajando con ellas, y así paulatinamente todas las vacaciones estuve con ellas, hasta que terminé la universidad y yo incorporé de planta, hace cinco años y medio ”, recuerda.

A sus veintiocho años, René se ha preparado estudiando maquillaje profesional, tomando cursos y diplomados en los que ha adquirido los conocimientos que diariamente pone en práctica.

“Empecé a tomar clases de colorometría en la Ciudad de México, me empecé a especializar y fui agarrando confianza para hacer servicios con las clientas, con novias, de maquillaje profesional, de alta definición y con aerógrafo, entre otros”.


UBICACIÓN Ubicado en el número 74 de la avenida Gabriel Tepepa, en la colonia Emiliano Zapata del municipio de Cuautla, “Gaia” abre de lunes a viernes de las 9:00 a las 19:00 horas y los sábados de las 9:00 a las 15:00 horas. Aparece en Facebook como “Gaia Cuautla Spa and Makeup Salon”, y es posible hacer citas al 735 353 3192


SERVICIOS

  • Maquillaje y peinado profesional
  • Faciales
  • Depilaciones
  • Cortes de cabello unisex
  • Efectos de color
  • Tratamientos
  • Capilares
  • Alaciado permanente
  • Keratina
  • Spa manicura y pedicura
  • Uñas



“Gaía” es, ante todo, dos cosas: un salón de belleza y una familia. Un salón liderado desde hace veinticinco años por Dulce María Juárez, una mujer nacida en la Ciudad de México pero que desde hace casi tres décadas radica en Cuautla. Desde siempre, la vocación de Dulce ha sido la piel de las personas: retirarle las imperfecciones, lucirla, embellecerla. En el camino, se ha especializado en otros rubros del cuidado personal

“Mi vocación es la piel. Empecé curando acné y llegué a Cuautla trabajando en mi casa, y de ahí la gente me empezó a buscar. Más tarde, en el noventa y cinco, abrí las puertas de mi negocio, que en ese entonces se llamaba Duma, con dos cabinas de pacientes, y poco a poco fui incrementando los servicios. Puedo decir que fui la primera persona que hizo un facial a mucha gente de Cuautla ”, afirma Dulce.

“Gaia” es también una familia. En el sentido literal del término, un proyecto al que hace dieciséis años se sumó René Juárez, sobrino de Dulce, cuando sólo tenía doce de edad. Hoy, René se ha convertido en la mano derecha de su tía: se ocupa del maquillaje, del peinado, está a cargo de los eventos sociales y de la administración del hogar, entre otras tareas. La familia tiene más integrantes: las jóvenes que han llegado al sitio en busca de empleo, que han sido capacitadas y que, a través de veintinco años, han hecho de “Gaia” no sólo un proyecto pionero en el cuidado personal en Cuautla, sino uno de los predilectos dentro y fuera de este municipio.

El valor del capital humano

Para Dulce María, una de las claves para que el sueño que tuvo hace veinticinco años se convirtiera en un caso de éxito ha sido saber ponderar el valor del capital humano. Si bien reconoce que el aspecto económico juega un papel clave en el crecimiento de un proyecto, considera que es aún más importante valorar las capacidades y el trabajo que realiza cada integrante del equipo. Así ha sido desde el principio, como sigue siéndolo ahora.

“Puedes tener un capital económico, pero el capital humano es algo en lo que debes trabajar mucho: ser el sillón, el líder, no un jefe ni un patrón, sino integrar y capacitar. Con todas las chicas hemos tenido muy buena relación y siguen siendo parte de esta historia ”, narra Dulce.

Actualmente, el equipo está conformado por siete personas, la mayoría de ellas madres de familia con el reto de criar y educar a sus hijos:

“Yo aprecio mucho a las mujeres que luchan por salir adelante, en su mayoría son mujeres, mamás de uno, dos o tres niños, y de verdad: venir aquí es entregar el alma y les reconozco que, después de salir, afuera les espera otra gran empresa, que es su familia. Así que siempre nos hemos integrado, él buscó integrarme con ellas, con mi equipo ”, agrega Dulce.


Una etapa difícil

Después de 24 años de una línea estable de crecimiento, “Gaia”, por primera vez, tuvo que hacer frente a una situación que la llevó a tener que cerrar el establecimiento por cerca de un mes y medio: la pandemia del Covid-19. Imposible no hacerlo, cuando el contacto directo con otras personas, sus clientes, es esencial todos los días.

“Fue un tema difícil de momento, porque no sabíamos que hacer, pero como protocolo empezamos a tomar las medidas sanitarias correspondientes, como desinfectar todos los utensilios entre un cliente y otro, desinfectar a las personas antes de entrar, poner señalizaciones en el piso, tapetes, gel antibacteriano. Y poco a poco tuvimos que agarrar carrera con este tema ”, explica René.

Acaso uno de los momentos más complicados ocurrió cuando los eventos que estaban programados en la agenda, bodas, jardines y haciendas, tuvieron que ser cancelados.

“Cerramos mes y medio, y fue difícil, porque teníamos muchos eventos, era una temporada alta de jardines, hay muchas bodas, haciendas, todos los eventos que había en esos meses se pospusieron, se cancelaron”.

Fue a mediados de abril. Pero ni siquiera en la etapa más complicada las colaboradoras se quedaron sin sueldo. De hecho, lo conservaron al cien por ciento. Y cuando a mediados de mayo “Gaia” tuvo la oportunidad de volver a abrir sus puertas, todo el equipo volvió. Ahora, esta familia busca adaptarse a la nueva normalidad. Si bien no todos los clientes han regresado, confían que la situación irá mejorando.

“Hay mucha gente que sigue guardada en su casa, pero también hay gente que sale. Es un vaivén. Puede ser que desde que abrimos tengamos ya un cuarenta por ciento más de flujo, pero definitivamente no es lo mismo que antes. Por lo mismo, porque no podemos atender a tantas personas al día, trabajamos con previa cita, ya los servicios nada más viene la persona que hizo su cita, y es todo ”, explica René.


Los servicios

“Gaia” no siempre fue lo que es hoy. Hace veinticinco años, "Gaia" se llamaba "Duma" (las dos primeras sílabas de los dos nombres de su propietaria) y se limitaba a tratamientos faciales, la especialidad de Dulce María.

“Me gusta prepararme e innovar. También puedo decir que traje las primeras uñas postizas a Cuautla, algo que aprendí en la Ciudad de México, con la señora Flor Silvestre. Preparé chicas, vi salones de uñas y faciales y empezamos nosotros, y poco a poco fuimos implementando nuevos servicios: uñas, manicure, pedicure, depilaciones. En aquel entonces no sabía nada de cabello, pero me ofrecieron un salón y hace aproximadamente veintiún años aprendí a hacer todo lo de cabello ”, sostiene Dulce.

Una de las características de los servicios de este lugar es que está certificado ante la Secretaría de Educación Pública.

“Estoy orgullosa de mí porque he atendido gente que era adolescente cuando venía, y hoy son papás de otros adolescentes que he maquillado y cuya piel he cuidado”.

René, por su parte, encontró la vocación desde que tenía doce y se interesó por el mundo en el que trabajaba su tía.

“Empecé a trabajar en fines de semana o en vacaciones. Cumplí doce años trabajando con ellas, y así paulatinamente todas las vacaciones estuve con ellas, hasta que terminé la universidad y yo incorporé de planta, hace cinco años y medio ”, recuerda.

A sus veintiocho años, René se ha preparado estudiando maquillaje profesional, tomando cursos y diplomados en los que ha adquirido los conocimientos que diariamente pone en práctica.

“Empecé a tomar clases de colorometría en la Ciudad de México, me empecé a especializar y fui agarrando confianza para hacer servicios con las clientas, con novias, de maquillaje profesional, de alta definición y con aerógrafo, entre otros”.


UBICACIÓN Ubicado en el número 74 de la avenida Gabriel Tepepa, en la colonia Emiliano Zapata del municipio de Cuautla, “Gaia” abre de lunes a viernes de las 9:00 a las 19:00 horas y los sábados de las 9:00 a las 15:00 horas. Aparece en Facebook como “Gaia Cuautla Spa and Makeup Salon”, y es posible hacer citas al 735 353 3192


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  • Maquillaje y peinado profesional
  • Faciales
  • Depilaciones
  • Cortes de cabello unisex
  • Efectos de color
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  • Keratina
  • Spa manicura y pedicura
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