El profesor José Flores Cruz, quien durante varios años residió en Chilpancingo, decidió regresar a Jojutla para impulsar actividades culturales y círculos de estudio, con el fin de contribuir en la recuperación de ese municipio.
Al conocer el proyecto de su hijo, Darwin Flores Macedo, quien apoya a los estudiantes de Jojutla con cursos de regularización, José Flores decidió retornar a dicha demarcación morelense para apoyar a Darwin en la preparación de alumnos de primaria, secundaria y preparatoria.
El apoyo que dan es particularmente en materias como matemáticas, física, química y cálculo diferencial de nivel medio superior; José comentó que se percataron que, tras el terremoto de septiembre, los jóvenes estaban rezagados en sus estudios, pues han pasado meses en los que no han tenido clases regulares.
Flores Cruz, quien por más de una década se ha dedicado a organizar y llevar a cabo círculos de lectura y cursos de regularización en Chilpancingo, decidió, junto con su hijo, establecer un centro de apoyo, el cual se ubica en la calle Zayas Enríquez, a unos cuantos metros de la Cruz Roja.
Compartió que la intención de ambos es que los niños y jóvenes cuenten con la oportunidad de aprender y reforzar sus conocimientos para presentar el examen de admisión a secundaria o preparatoria.
“Sé que en las escuelas se van muy rápido; los maestros en ocasiones dan por vistos algunos temas, ya que están desesperados debido a que los planteles se encuentran dañados y, en consecuencia, las condiciones no son adecuadas para enseñar”, explicó José Flores.
En ese sentido, reconoció que los lugares en donde se imparten las clases no son aptos, por lo que resulta necesario apoyar al alumnado en el entendimiento de ciertas asignaturas, sobre todo en matemáticas. En cuanto a las cursos que él y su hijo imparten, comentó que éstos conllevan un costo módico. Las clases extraordinarias que imparten son de lunes a domingo, en horarios que van desde las 8:00 a las 20:00 horas.
Explicó que las sesiones de estudio pueden durar de una a cinco horas, lo cual depende del interés y aguante del alumno. Indicó que además de las lecciones se prestan libros con el fin de fomentar el acervo cultural de los estudiantes.
“Me traje 100 volúmenes que tenía en Chilpancingo, la intención es traerme toda mi biblioteca para ayudar a los jóvenes, para que avancen y logren culminar de manera adecuada sus estudios”, puntualizó el instructor.
Por otra parte, señaló que buscará que continúen los intercambios culturales entre escritores de Morelos y Guerrero, entre ellos, mencionó, a Guillermo Mañón, Elsa Castorela, Emmanuel Espín y Alejandra Ceballos.