Habitantes de la Heroica Cuautla lamentan las malas condiciones en que se encuentra el Palacio Municipal, uno de los 19 Monumentos Históricos que fueron decretados el 28 noviembre de 2012 por el expresidente de la República, Felipe Calderón Hinojosa. Actualmente, el emblemático sitio que forma parte de la historia nacional asemeja más a una cárcel que a un sitio de valor histórico.
El sismo del 19 de septiembre de 2017 dejó prácticamente en ruinas el viejo Palacio Municipal que data de al menos 100 años antes de la lucha de Morelos en el Sitio de Cuautla de 1812. En ese entonces, las autoridades encabezadas por Raúl Tadeo Nava nada hicieron por su rehabilitación.
Casi tres años después finalmente el gobierno federal hizo llegar los recursos a través del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) para dar inicio a su rehabilitación.
El rescate del inmueble, mudo testigo del triunfo de las fuerzas insurgentes sobre las españolas en la lucha por la independencia del país, inició con una primera etapa anunciada por las autoridades municipales en el mes patrio, septiembre de 2019, justo cuando por tercer año consecutivo, los cuautlenses tuvieron que escuchar la arenga del Grito en un sitio diferente al histórico lugar.
La historia
El Consejo del Patrimonio Histórico de Cuautla, Asociación Civil creada en agosto de 1994, condenó el deplorable estado en que se encuentra el inmueble, sucio (que nada tiene que ver con las resanadas grietas), y por si fuera poco, víctima de una manifestación el pasado 8 de marzo, cuando un grupo de mujeres, en una marcha de protesta, pintó gran parte de muros y columnas de la fachada.
Jaime Martínez Rivera, presidente de dicho consejo, citó a una reunión urgente al INAH, autoridades estatales y locales, en busca de una respuesta a este y otros temas que tienen que ver con el incumplimiento del decreto presidencial con el que se protegen los 19 Monumentos Históricos.
“El edificio fue construido casi a la par de los antiguos exconventos que se tienen en esta zona del Centro Histórico, es decir, alrededor del siglo XVI, que fue la época en la que se construyeron San Diego, Santo Domingo y Los Portales. El palacio más o menos data de esa fecha, al menos en su primera planta, ya que la segunda fue construida a finales de 1800”.
Pero el edificio fue testigo no solo de la batalla de Morelos contra las fuerzas realistas españolas, sino también de una segunda lucha de gran trascendencia para el país un siglo después, cuando el general revolucionario Emiliano Zapata Salazar enfrentó a las fuerzas armadas federales, y cuyo cuerpo inerte fue exhibido tras su muerte, el 10 de abril de 1919.
Martínez Rivera reconoció que es poca la información que se tiene del destino que se le dará al Palacio Municipal una vez restaurado por el INAH: si será convertido en museo con acceso limitado, como fue la primera idea que se propuso por los daños que sufrió su estructura, o si volverá a albergar las oficinas del ayuntamiento como se ha empezado a hacer con el regreso en una de sus partes de las regidurías del ayuntamiento, impuesto predial y catastro.
Los años mozos
Un exfuncionario municipal que gozó de un palacio en buenas condiciones fue el exoficial mayor Francisco Castillo Chaires, quien estuvo al inicio del ayuntamiento municipal que encabezó Raymundo Llera Peña, de 1976 a 1979.
Recuerda que la construcción en esos años se encontraba en perfectas condiciones; “lamentablemente entre los temblores y la falta de mantenimiento, han hecho que se encuentre en pésimas condiciones”.
En aquel entonces el edificio municipal, mencionó, albergaba a muchas dependencias del gobierno municipal, estatal y hasta federal, pues ahí se encontraba en la planta baja el Registro Nacional Electoral, hoy INE, así como la única Agencia del Ministerio Público, los juzgados mixtos de primera instancia y la Policía Judicial del Estado que se ubicaba sobre la calle de Tesorería.
El exfuncionario nos retrató en su narrativa, a un edificio con mucha vida que hoy luce en terapia intensiva y pidiendo a gritos, a la voz de sus veteranos habitantes, su pronto rescate.
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