El Investigador del Instituto de Biotecnología (IBt) de la UNAM, Alejandro Sánchez Flores, habló sobre las pruebas Elisa (enzyme-linked immunosorbent assay) por sus siglas en inglés, las cuales pueden implementarse en el estado como un programa piloto que sirva para identificar en trabajadores de salud, seguridad y servicios públicos, si son inmunes al Covid-19 y por cuánto tiempo pueden tener dicha protección.
“Es una placa de plástico en donde se coloca una unidad de proteína del virus, luego se coloca una muestra de plasma del paciente, donde en caso de existir anticuerpos contra esa proteína del virus, se puede tener una señal luminosa y que se obtiene solo si el anticuerpo está presente”.
La placa de plástico para las pruebas Elisa tienen 96 orificios para un total de 96 muestras, identificando qué empleado o paciente es inmune al virus, y si ésta se realiza con regularidad, dará información de cuánto tiempo podrían tener la inmunidad.
“En ella puedo calcular la concentración de anticuerpos en la sangre de la persona, si el anticuerpo reconoce al virus. Esta prueba puede hacerse de manera regular, cada dos o cuatro meses”
El también integrante de la Academia de Ciencias de Morelos, dejó en claro que esta prueba debe estar precedida a una prueba de PCR (reacción en cadena de la polimerasa), en donde el trabajador haya dado positivo.
“Se pueden aplicar en cualquier esquema en donde se requiera certidumbre de la inmunidad de las personas, es complementario a una evidencia de PCR que confirme que estuvieron infectados y pueden aplicarse en trabajadores verdaderamente indispensables como es el área de salud, seguridad pública, servicios públicos en donde la gente trabaja recogiendo basura, esto último, muchas veces puede verse como un trabajo trivial pero es importante e indispensable”.
Es en el laboratorio del IBt de la Universidad Nacional Autónoma de México, bajo la responsabilidad de la investigadora Laura Palomares, en donde se realizan pruebas piloto, las cuales no se encuentran en el mercado actualmente.
“Por ahora las pruebas son a nivel laboratorio y para que se convierta en una opción comercial debe haber un trato con una compañía que ayude a la producción de las herramientas, los reactivos pueden ser un cuello de botella ya que se compran en el extranjero, son varios factores a considerar”.
Las pruebas Elisa ya se han utilizado antes como es el caso de la detección del mal de Chagas.
