El tiempo ha pasado y 408 años han hecho de la fiesta de San Francisco de Asís una celebración que deja mucho que desear a la comunidad, pues sus locales y adornos no son los mismos de antes, ahora, la fiesta se realiza con el compromiso de muchos fieles; sin embargo, cada año son menos y se ve palpable el desgaste de una tradición que, a pesar de los años, busca resurgir.
Sus coloridos adornos se hacen presentes, como cada año, al igual que las flores dentro de la capilla; los cohetes y la comparsa de chinelos que recorren las calles, con presencia de pocas personas, persiguen una tradición que ha dado a muchas generaciones felicidad y fe hacía San Francisco de Asís, el cual es impulso para muchos seguidores que año con año luchan para recuperar su tradición.
Los negocios, aunque son pocos, se ubican a lo largo de la calle; ofrecen a los visitantes comida, pan, juguetes u objetos relacionados con el festejo, familias disfrutan de un momento ameno recorriendo la calle y visitando la parroquia, mientras una estudiantina armoniza el lugar.
Misael Raúl Villegas es un fiel del santo patrono que desde hace 30 años visita la capilla. Señala que cuando era niño la calle se llenaba de personas con ofrendas y comida, misma que regalaban a los visitantes; menciona que muchas personas llegaban con adornos florales y dinero para personas que venían caminando desde lejos solo a visitar al Santo Patrono de Asís. Asegura que desde niño es un fiel seguidor y que aunque le duele ver que la celebración no es lo que era antes, está consciente de los cambios, debido a que, particularmente a las generaciones jóvenes, no les interesa preservar las tradiciones religiosas.