/ sábado 11 de enero de 2020

[Especial] De la realidad a la fantasía

El muralista, ha creado 27 obras a lo largo de su carrera; Morelos se convirtió en su segundo hogar

En el estado de Morelos existen grandes murales que plasman diversos pasajes históricos y manifestaciones culturales que hacen referencia a personajes destacados y a las tradiciones. Uno de los muralistas de la vieja escuela más importantes en la actualidad es Roberto Rodríguez Navarro “Roguez”, originario de Guerrero, y quien actualmente radica en Cuernavaca.

“Me contaba mi madre que cuando tenía como 9 años me gustaba pintar. Soy originario de un pueblo muy pequeño de Guerrero, y no tenía idea de qué eran los pintores, pero compraba pinturas de agua y en las paredes dibujaba árboles o frutas. Desde ahí tuve la inquietud del arte, que no sé de quién heredé. Mis padres eran campesinos, pero ellos nunca me mandaron a trabajar al campo, porque querían que estudiara; me decía mi padre que no quería que fuera como él”, comentó Roberto Rodríguez.

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Como hijo único, Roberto siempre fue un niño muy consentido por sus padres, quienes querían un mejor futuro para él. Al pueblo donde vivía, llegó un español que era poeta y escritor, quien le tomó mucho cariño a Roberto, y junto a su esposa le compraban libros para inculcarle el amor por la lectura y la pasión por el arte.

“Fue mi padrino; me enseñó muchas cosas referentes al arte, me decía que dibujara todo lo que quisiera, y me motivó a salir adelante; él me decía que no quería que me quedara ahí, que tenía que salir y cumplir mis sueños, incluso me decía que yo había nacido para ser como Diego Rivera o Siqueiros y que iba a hacer grandes cosas. Como él publicaba mensualmente en un periódico a nivel nacional, una vez me enseñó la foto del presidente López Mateos y me pidió que lo dibujara”.

Gracias a ese dibujo y al impulso de su padrino, la vida de Roberto dio un gran giro, cuando un día recibió un telegrama por parte del presidente. El gobierno le había otorgado una beca para ir a estudiar a México.

“Realmente fue un honor que el presidente se fijara en mí, a mis padres primero les dio mucha emoción, pero también estaban tristes de que me iría, pero mi padrino los convenció de dejarme. Después de ser un niño y joven consentido, llegué a la Ciudad de México, solo y a batallar. Ingresé a la Escuela Nacional de Pintura, Escultura y Grabado La Esmeralda”.

Para iniciar su carrera, Roberto comenzó a dar clases y a pintar cuadros, y realmente nunca se imaginó que sería muralista. Pero durante el movimiento estudiantil de 1968, le pidieron hacer un mural referente al acontecimiento, convirtiéndose en el primer pintor en realizar un mural sobre el 2 de octubre del 68.

Otro de sus murales destacados es que el realizó en la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), por petición del Ejército, sobre la historia de México. Así como el que pintó en la fachada de la Delegación Tlalpan.

“Mis obras tienen una trama interior, trazo con líneas pero divido el espacio en zonas armónicas como si fuera a componer una canción o un poema, y voy colocando las figuras y lo que me pide el ritmo de la línea. Siempre he pintado las raíces del lugar, los pobladores, y la historia; pues suelo investigar en libros, y otras fuentes para tener una idea clara. Antes de pintar hago mi guion para sustentar la idea”.

A lo largo de su carrera, ha realizado 27 murales, de los cuales muchos se encuentran Morelos, estado donde Roberto ha decidido radicar desde hace más de 20 años.

Uno de sus murales más destacados es El ventanal de nuestra historia, que se ubica en la biblioteca del parque Alameda Luis Donaldo Colosio, en Cuernavaca, el cual data de 1994 y está dividido en 10 cuadros, que miden nueve metros de altura por 45 de ancho; y representa toda la historia del estado de Morelos.

El ventanal de nuestra historia es uno de los murales más emblemáticos del artista / Froylán Trujillo | El Sol de Cuernavaca

“Ese es el mural más grande que he pintado, y quisiera que la secretaría de Turismo y Cultura, le diera una buena difusión para que la gente conozca la historia; además quisiera que el lugar se ocupara para ser un foro abierto, se presta para eso, porque podría haber muchas actividades. El mural, ni siquiera tiene placas para que la gente conozca cada etapa y su significado”.

Otro destacado incluso a nivel internacional es El Caudillo del Sur, que se ubica en el corazón de Anenecuilco, dentro del Museo Casa Zapata, el cual está inspirado en la obra del historiador Jesús Sotelo Inclán.

“El mural destaca a Zapata rompiendo cadenas, lo quise hacer así porque siempre lo pintan con pose, pero él no fue un revolucionario de pose, fue un hombre de lucha en contra de la injusticia y la explotación”.

Cabe destacar que el año pasado, para conmemorar el centenario luctuoso del general Zapata, la imagen del caudillo con las cadenas, fue elegida por el gobierno para imprimirse en los boletos del metro de la Ciudad de México.

Roberto Rodríguez tiene su estudio en su casa, donde vive tranquilamente y se dedica a seguir pintando todo lo que se le ocurre. Por decisión propia, no ha querido exponer su obra, pero sus hijos tienen la inquietud de que lo haga y dé a conocer su trabajo más allá de sus magníficos murales que complementan la historia y cultura del estado de Morelos.

La mayoría de las obra del muralista se encuentran en Morelos.

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“Me contaba mi madre que cuando tenía como 9 años me gustaba pintar. Soy originario de un pueblo muy pequeño de Guerrero, y no tenía idea de qué eran los pintores, pero compraba pinturas de agua y en las paredes dibujaba árboles o frutas. Desde ahí tuve la inquietud del arte, que no sé de quién heredé. Mis padres eran campesinos, pero ellos nunca me mandaron a trabajar al campo, porque querían que estudiara; me decía mi padre que no quería que fuera como él”, comentó Roberto Rodríguez.

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Gracias a ese dibujo y al impulso de su padrino, la vida de Roberto dio un gran giro, cuando un día recibió un telegrama por parte del presidente. El gobierno le había otorgado una beca para ir a estudiar a México.

“Realmente fue un honor que el presidente se fijara en mí, a mis padres primero les dio mucha emoción, pero también estaban tristes de que me iría, pero mi padrino los convenció de dejarme. Después de ser un niño y joven consentido, llegué a la Ciudad de México, solo y a batallar. Ingresé a la Escuela Nacional de Pintura, Escultura y Grabado La Esmeralda”.

Para iniciar su carrera, Roberto comenzó a dar clases y a pintar cuadros, y realmente nunca se imaginó que sería muralista. Pero durante el movimiento estudiantil de 1968, le pidieron hacer un mural referente al acontecimiento, convirtiéndose en el primer pintor en realizar un mural sobre el 2 de octubre del 68.

Otro de sus murales destacados es que el realizó en la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), por petición del Ejército, sobre la historia de México. Así como el que pintó en la fachada de la Delegación Tlalpan.

“Mis obras tienen una trama interior, trazo con líneas pero divido el espacio en zonas armónicas como si fuera a componer una canción o un poema, y voy colocando las figuras y lo que me pide el ritmo de la línea. Siempre he pintado las raíces del lugar, los pobladores, y la historia; pues suelo investigar en libros, y otras fuentes para tener una idea clara. Antes de pintar hago mi guion para sustentar la idea”.

A lo largo de su carrera, ha realizado 27 murales, de los cuales muchos se encuentran Morelos, estado donde Roberto ha decidido radicar desde hace más de 20 años.

Uno de sus murales más destacados es El ventanal de nuestra historia, que se ubica en la biblioteca del parque Alameda Luis Donaldo Colosio, en Cuernavaca, el cual data de 1994 y está dividido en 10 cuadros, que miden nueve metros de altura por 45 de ancho; y representa toda la historia del estado de Morelos.

El ventanal de nuestra historia es uno de los murales más emblemáticos del artista / Froylán Trujillo | El Sol de Cuernavaca

“Ese es el mural más grande que he pintado, y quisiera que la secretaría de Turismo y Cultura, le diera una buena difusión para que la gente conozca la historia; además quisiera que el lugar se ocupara para ser un foro abierto, se presta para eso, porque podría haber muchas actividades. El mural, ni siquiera tiene placas para que la gente conozca cada etapa y su significado”.

Otro destacado incluso a nivel internacional es El Caudillo del Sur, que se ubica en el corazón de Anenecuilco, dentro del Museo Casa Zapata, el cual está inspirado en la obra del historiador Jesús Sotelo Inclán.

“El mural destaca a Zapata rompiendo cadenas, lo quise hacer así porque siempre lo pintan con pose, pero él no fue un revolucionario de pose, fue un hombre de lucha en contra de la injusticia y la explotación”.

Cabe destacar que el año pasado, para conmemorar el centenario luctuoso del general Zapata, la imagen del caudillo con las cadenas, fue elegida por el gobierno para imprimirse en los boletos del metro de la Ciudad de México.

Roberto Rodríguez tiene su estudio en su casa, donde vive tranquilamente y se dedica a seguir pintando todo lo que se le ocurre. Por decisión propia, no ha querido exponer su obra, pero sus hijos tienen la inquietud de que lo haga y dé a conocer su trabajo más allá de sus magníficos murales que complementan la historia y cultura del estado de Morelos.

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