El número de infantes que pasa la noche en las calles comenzó a crecer en los últimos años por la pandemia, pues en el pasado podía verse algunos menores trabajando en los semáforos que después de una jornada a lado de sus padres regresaban a sus hogares, a veces improvisados, pero actualmente existen varios que no tienen a dónde ir.
“Hace 30 años que yo no veía niños en situación de calle; se veían adolescentes, pero niños que vivieran en la calle tenía mucho que no se veía. Sí existieron y ahora debemos preocuparnos por esos niños que son de nosotros”, así lo aseguró el doctor, Alfonso Aleja Salas, obispo de la iglesia católica “Río de la Plata”, quien por décadas ha trabajado a favor de las personas en esa condición.
Aseguró que la pandemia dejó sin nada a muchas familias y que en algunos cruceros como el de las “Torres de Civac” en el bulevar Cuauhnáhuac de Jiutepec se llegaron a contar hasta cien personas pidiendo ayuda económica, entre ellos una gran cantidad de infantes con sus familias.
“Con la contingencia empezamos a ver niños y familias en casi todos los cruceros. Nos pareció que extraordinario que haya incrementado el número de familias en las calles y más que en un solo paradero sean más de cien personas en los cruceros grandes”, dijo Alfonso Aleja, quien pidió a las autoridades del Sistema para el Desarrollo Integral de la Familia (DIF) Morelos, tomar acciones en la materia.
Se necesita un censo para saber cuántas personas, niños e indígenas están en esta condición porque además “son presa fácil de explotación, de cohesión y de chantaje por la necesidad”, destacó. Pero además, aseveró que incluso se ha detectado prostitución por la misma pobreza.
“Yo consideró que el 20 por ciento de las personas en los cruceros son niños, es decir una quinta parta de infantes, porque son parte de las familias. Son niños de entre dos a cinco. Es preocupante”, comentó.
La explotación
Hacer un censo de estos pequeños podría contribuir a que se reduzca los delitos que se comenten contra ellos y es que esta misma semana, la Fiscalía General del Estado (FGE) sentenció a una pareja a cien años de prisión por los delitos de mendicidad, trata e infanticidio en contra de un infante que era obligado a pedir limosna en pleno Centro de Cuernavaca.
La FGE, detalló que el crimen se cometió en 2019, antes de la pandemia, cuando Dalila “N” y Enrique “N” comenzaron a rentarle un cuarto a una mujer de 23 años, junto con sus dos hijos de 8 y 3 años en la colonia Los Presidentes del municipio de Temixco. Más tarde, por su vulnerabilidad los obligaron a recolectar metal y posteriormente a pedir limosna.
Enrique era quien se encargaba de vigilarlos en el primer cuadro de la capital de Morelos y posteriormente, a finales de ese mismo año, él junto con su pareja golpearon al más pequeño hasta provocarle la muerte en el hospital comunitario de Temixco. Ambos fueron detenidos y esta semana quedaron sentenciados. Les dieron 70 años por infanticidio, 15 por mendicidad y 15 más por trata.
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