Es un día normal como cualquier otro. A las 8:00 horas exactas, Penélope Cisneros se levanta para realizar sus actividades, todo empieza de acuerdo con lo esperado, cuando al abrir la llave se percata de que no hay agua. Su cuerpo se llena de una sensación de enojo, pero al mismo se encuentra muy desconcertada, "el día comenzó desastroso", afirmó.
Vive en el tercer piso de unos de edificios ubicados en la colonia Plan de Ayala, un poco más arriba de Alta Vista, donde la falta de agua potable es un problema constante desde hace años, pero en la actualidad escasea sin medida.
Durante una semana entera, no contó con el suministro en su departamento, los trastes se quedaron sucios, el aseo del hogar no se realizó y ni las manos se pudo lavar; peor aún, no tuvo oportunidad de bañarse. Desesperada y angustiada tras percatarse de que el tinaco está vació, decide comprar dos garrafones de agua, un gasto imprevisto que sabe podría utilizar en otra cosa, pero que ayuda demasiado para poder bañarse, preparar la comida y hacer un poco el aseo.
“Si deseas bañarte, es necesario utilices esta solución, aunque el gasto es muy grande”, dijo Cisneros, a quien al final no le importó tanto ya que no puede dejar de ir trabajar ante esta problemática; ella se desempeña como secretaria y esta situación le causó un conflicto inmediato, ya que tiene trato directo con las personas y su aseo es fundamental.
Un garrafón de agua cuesta entre 30 a 45 pesos, y comprar dos o tres por día provocan una cuota excesiva para Penélope, además de que continúa pagándole al Sistema de Agua Potable y Alcantarillado de Cuernavaca (SAPAC) una cuota, la cual es por departamento y que debe liquidar aunque el vital líquido no lo reciba.
Ante tal situación, Penélope y sus vecinos decidieron adquirir el servicio de pipas de agua, las cuales no se dan abasto entre tanta gente, quienes en ocasiones deben esperar desde las 21:00 hasta las 23:00 horas para tener agua en sus hogares. Mientras que al agotarse el suministro de los tinacos que están en el quinto piso, todos los vecinos carecen de agua. "No hay ni una gota", afirmó.