El dirigente de la Unidad Indígena y Campesina (UFIC) Florencio Ixpango Merino, hizo un llamado urgente debido que, ante la falta de recursos en el agro de Morelos, ha propiciado que las familias campesinas su única salvación para mantenerse y subsistir sea vendiendo sus tierras de cultivo, principalmente en Cuautla, Jiutepec y Cuernavaca. En su opinión eso parece que en la esfera gubernamental a nadie le importa mientras crece la pobreza en este sector y cada vez hay menos cultivos en los campos de todos los productos.
Aunque el asunto de la venta de tierra no es nuevo, porque siempre ha existido, sobre todo para la construcción de viviendas, la gente de estas grandes extensiones procuraba vender la tierra que no era apta para el cultivo o los grandes sembradíos y si para construcción, algo que en la actualidad ha cambiado de manera radical.
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Ixpango Merino, hizo hincapié que eso ha cambiado, “hoy se están vendiendo tierras de alta producción, es lamentable que no se apliquen políticas para evitar que la tierra se siga vendiendo; nos estamos acabando el estado de Morelos”.
Aunque manifestó no contar con cifras sobre la cantidad de tierra que se va perdiendo en cada periodo de tiempo, pero eso es algo muy evidente, y cada año “nos estamos comiendo más extensión de tierra que era de alta producción”.
El dirigente de la UFIC, confió que probablemente ni siquiera la autoridad sepa sobre esta pérdida de tierra porque es claro que no le interesa, ya que no ayuda ni coadyuva con los pueblos y comunidades para que esto pase; y es que tal parece que el problema solo se deja pasar, y las ciudades van ampliándose hacia tierras de alta producción, y los cultivos que antes distinguían a la entidad por la gran cantidad de productos que sacaba de estas siembras hoy vaya disminuyendo de manera alarmante.
Por parte de las organizaciones campesinas, explicó, han estado insistiendo al gobierno del estado que solo hubo un gobernador que se preocupó de esto, y en el periodo de Lauro Ortega se controló y evito el crecimiento anárquico, y se tipificó el delito de despojo como grave, incluso había políticas públicas que consistían en abrir mesas de trabajo para evitar la venta indiscriminada de tierras de alto cultivo.
Pero, Florencio Ixpango, alertó que desafortunadamente “hoy como no tenemos gobierno y hay una ausencia de gobernanza y de gobernabilidad nada se ha podido hacer en contra de esta problemática, que se ha convertido en un auténtico proceso devastador de la tierra en la entidad”. .
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