El pequeño Luis de seis años de edad, no sabe que significa tiene ir a la escuela a pesar de que ya casi completó su primer año de primaria en su casa, un lugar bastante modesto ubicado en el poblado de Tetlama, al sur poniente del municipio de Temixco.
Pero a pese a que nunca ha estado sentado en una butaca dentro en un salón de clases, con otros niños, él ya no quiere seguir en el modo virtual; lo que anhela es conocer en persona a los amigos que, a través del teléfono de su mamá, ha hecho en este año de pandemia.
“Voy en primero, las clases son más o menos fáciles. Antes tenía cinco años y no iba a la escuela. Sí me gustaría ir a la escuela. Tengo unos amigos en el teléfono, uno se llama Santiago, uno Enrique y otro Bal”, mencionó tímidamente Luis quien no curso el preescolar.
Su mamá, la señora Leobarda o “Doña Leo” como la llaman sus amigos y vecinos aseguró que no ha sido una tarea fácil las clases virtuales.
“Parece que yo soy la maestra porque no es igual, no puedo hacer mi quehacer. Mi hijo apenas entró, tiene un año, pero la verdad para mi es muy difícil esto. Yo casi soy la maestra nada más que a mi no me pagan”, aseguró.
En el pueblo de Tetlama solo existe una escuela primaria y es la “Licenciado Benito Juárez” a donde asisten todos los niños de la localidad y muchos papás del lugar todavía dudan que puedan regresar a presenciales en el ciclo escolar 2021-2022.
“Se dice qué hay mucho Covid todavía, ¿no?. Y pues atender a mi hijo hace que termine más tarde; hoy terminamos hasta las dos y todavía hace falta hacer la tarea, casi venimos terminando a la cinco y luego viene mi marido y me pregunta que por qué no he hecho nada y pues le digo que pues estoy enseñando al niño”.
La señora Leobarda es ama de casa y además del pequeño Luis, tiene una hija más grande a la que, cuando puede, le ayuda también en sus clases virtuales.
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