A puerta cerrada, las historias continúan

En México la historia es de suma importancia y los monumentos y sitios que lo conmemoran mucho más. Estos atraen no solo a cientos y miles de visitantes alrededor del mundo sino también forman parte de la identidad regional. Por ello, cuando se destruyen o cierran, por alguna circunstancia se está rompiendo está parte tan importante de la identidad, que es muy propia.

El 1982, el Consejo Internacional de Monumentos y Sitios (Icomos) instauró el 18 de abril como el Día Internacional de los Monumentos y Sitios, el cual tiene como finalidad concientizar acerca de la diversidad del patrimonio cultural de la humanidad, de su vulnerabilidad y de los esfuerzos que se requieren para su protección y conservación.

La contingencia sanitaria por el Covid-19 en el país trajo consigo que desde el 22 de marzo, ante el incremento acelerado de casos positivos, el Gobierno federal ordenó suspender hasta nuevo aviso todas las actividades que se llevan a cabo en museos, teatros, cines y zonas arqueológicas del país que se encuentran bajo su administración.

La Secretaría de Cultura detalló que la medida aplica para museos, teatros, zonas arqueológicas y otros recintos del Instituto Nacional de Bellas Artes (INBAL) y del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH). En Morelos, como en otras entidades federativas, dicha medida se había eliminado apenas el año pasado y en algunos municipios de la entidad todavía no se lograba.

En punto de las 13:14:40 horas del 19 de septiembre de 2017, un sismo de 7.1 grados sacudió al estado. Minutos después y tras pasar un poco el caos, se dio cuenta de las afectaciones que tuvieron 259 inmuebles dañados con valor histórico, como capillas, iglesias, un santuario, estaciones de ferrocarril, viviendas con arquitectura vernácula, museos, entre otros.

Morelos, entre los que no respetan el “Quédate en Casa”

Algunos de monumentos y sitios históricos fueron el Palacio de Cortés, palacio civil novohispano del siglo XVI, ordenado construir por Hernán Cortés en los años inmediatos a la Conquista de México y cárcel donde mantuvieron a José María Morelos y Pavón, mismo que registró deterioros en tres fachadas del monumento, así como daños en el importante mural de Diego Rivera y la torre del reloj. Actualmente, parte del museo fue abierto aunque la parte exterior del palacio sigue en reparación.

La zona arqueológica de Xochicalco, considerada Patrimonio de la Humanidad, registró afectaciones en el observatorio, el lado poniente de la plaza de la estela de los dos glifos y una parte del sector norte de la zona arqueológica, donde se encuentra un temazcal y el salón del altar policromado, así como también una fracción de la acrópolis. Algunas zonas siguen cerradas al día de hoy.

Asimismo, algunas iglesias, al albergar Morelos importantes centros religiosos como son la Ruta de los Conventos y los primeros monasterios del siglo XVI en las faldas del Popocatépetl, como ejemplo la Catedral de Cuernavaca que sufrió, entre otras cosas, afectaciones en el capulín del campanario. Fue hasta Semana Santa del año 2019 que abrió sus puertas, aunque los trabajos de rehabilitación en ciertas zonas siguen en proceso.

En la zona arqueológica de Teopanzolco, el Gran Basamento se sumió casi entre 40 y 50 centímetros, se asentó el núcleo interior de la subestructura, lo cual causó afectaciones en el piso, mismo que se sumió; se cuartearon las esquinas, agrietaron las paredes de los templos, mientras que al día de hoy el núcleo continúa sumido y las otras plataformas tienen grietas cada vez más abiertas, aunque desde finales de febrero fue abierto parcialmente.

Chinameca, ex hacienda donde el general Emiliano Zapata murió y nació el mito, sufrió daños en infraestructura y derrumbes. En 2019 reabrió sus puertas en el marco del centenario luctuoso del Caudillo del Sur.

De acuerdo a la Unesco, cuando una ciudad deja de corresponder a las estructuras políticas de un pueblo, cuando pierde su rango por capricho de un monarca, cuando ha sido devastada por una guerra o una epidemia, queda librada al abandono y nadie más piensa en ella.

Afirma que el problema de la vida o la muerte de los monumentos nos afecta directamente al ser el reflejo de la historia e importancia de la misma. El cierre de los monumentos y sitios históricos afecta la vida comunitaria que se aglutina y reúne en dichos lugares de visita y diariamente, en especial, porque los ciudadanos reconocen el valor que tienen.

Hoy, ante la crisis sanitaria del Covid-19 en el país y el estado, volvieron a cerrar sus puertas como parte de las medidas para evitar una mayor propagación del virus que ha causado la muerte de más de 400 personas y el contagio de cinco mil mexicanos. Aún no se cuenta con una fecha específica para su reapertura; sin embargo, el cierre total registrado en 2017 pudo haber preparado a la sociedad para dejarlos descansar un momento, listos para la llegada de cientos de visitantes.