Las escuelas particulares del estado pasaron de tener un 10 por ciento en la caída de su matrícula a un 35 por ciento a más de un año de iniciado el confinamiento, reconoció el empresario Jorge Arizmendi García, expresidente de la Federación de Universidades Particulares de Morelos (Fupamor).
“Se calcula que un 20 por ciento de las escuelas cerraron”, asumió y agregó que en el caso de la educación superior significaron 12 planteles que sucumbieron ante la falta de ingresos y la imposibilidad de trasladarse a la educación virtual.
Además, la falta de apoyos por parte de las autoridades hacia los empresarios, dijo, fue uno de los factores que también influyó en el cierre temporal o parcial de las escuelas, ya que muchos buscaron financiamientos que no le afectaran a largo plazo, otros más tuvieron que solicitar préstamos en instituciones bancarias.
“Se ha comentado que han sido muchas escuelas que han colapsado, les ha ido muy mal, bajaron su población, no hubo en su oportunidad el apoyo de ninguna instancia gubernamental o estatal que pudiera ver por las escuelas particulares, como empresario tenemos una planta laboral que mantener, muchas veces el recurso no fluye como nosotros queremos y pedimos apoyo, en el caso nuestro nunca lo hubo”.
Con el retorno a las aulas físicas desde el pasado agosto, afirma, no se han tenido contagios al interior.
“Los muchachos están contentos, están trabajando muy bien en el tema del regreso a clases. Incluso los maestros están contentos, hay medidas que se respetan como la sanitización, uso permanente del cubrebocas y desde luego los dispositivos para que los muchachos puedan desinfectar sus manos cada vez que tienen contacto con algo, en un mes ya no hemos tenido ningún caso positivo de Covid-19”.
Y aunque las complicaciones financieras continúan en el nivel superior, confían en que quienes se mudaron a escuelas públicas o abandonaron los estudios se reincorporen para el siguiente año.
Al inicio de la pandemia en marzo de 2020 y la implementación de la educación a distancia, agrupaciones de escuelas particulares en el estado asumían que la deserción o movilidad escolar se había registrado en un 10 por ciento de un total de 30 mil estudiantes, pues en algunos casos los padres de familia se habían quedado sin trabajo o les habían reducido a la mitad el sueldo, por tanto, costear la educación privada resultó imposible.
Sin embargo, el saldo de la pandemia ha sido mucho más grave, reveló Arizmendi García, ya que en reuniones sostenidas con sus homólogos, coinciden en que la caída alcanzó un 35 por ciento, lo que en números significaría que más de 10 mil jóvenes abandonaron sus estudios o bien se cambiaron a una escuela pública.
En cuanto a la recuperación de la cartera vencida, dijo que son pocas las esperanzas pues “no se le puede sacar agua a la piedras, son personas que sucumbieron a la pandemia”.
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