/ sábado 30 de octubre de 2021

La tanatología: la disciplina que revalora la vida

La evolución de esta áreea de estudio ha transitado del acompañamiento en las horas fatales a la transformación en la existencia diaria

El siglo XXI siempre será recordado por la llegada del virus SARS-CoV-2, que ha traído consigo no sólo la pérdida de millones de vidas, sino también porque ha modificado por completo la rutina diaria, pasando de mantener un contacto permanente con las personas al distanciamiento social, en especial, en el punto más álgido de la pandemia.

El 2021 inició con el dolor de toda la humanidad, la globalización alcanzó la salud de la población mundial y el duelo por lo pasado sigue a la orden del día. Éste duelo y el miedo de perder a un ser querido o simplemente el temor a enfermarse trajo a flote una disciplina que para muchas personas era desconocida, para otras, tal vez no tanto, pero quizá desconocían realmente cuál era su función.

La Tanatología es una disciplina científica que se encarga de encontrar el sentido al proceso de la muerte, sus ritos y significado concebido como disciplina profesional, que integra a la persona como un ser biológico, psicológico, social y espiritual para vivir en plenitud y buscar su trascendencia.

Si bien una definición más concreta es considerarla como “el estudio de la vida que incluye a la muerte”, se encarga también de los duelos derivados de pérdidas significativas que no tengan que ver con la muerte física o enfermos terminales.

La tanatología, de acuerdo con especialistas en el bien morir, es una disciplina que te acompaña desde el amor y la comprensión hacia otra persona pero con base en tus propias experiencias. Es una rama que te invita a generar un estilo de vida para entonces enfrentar la vida y las pérdidas constantes que se presentan en el camino.

Para la tanatóloga y coach emocional, Verónica León Saucedo, la contingencia sanitaria ha sido una temporada de mucho trabajo y aprendizaje, pero sobre todo de entendimiento, comprensión y compasión, tiempo en que se ha percatado de la importancia de ésta disciplina integral en un momento donde las pérdidas han sido tan inesperadas.

Los ciudadanos descubrieron realmente qué es la tanatología y por qué es tan necesaria en este momento; “antes, mucha gente me decía que no sabían que existía esta rama, decían ‘yo pensé que era para cuando ya me fuera a morir’. Y no es así, un tanatólogo te acompaña a encontrar el sentido para vivir a pesar del diagnóstico o de las experiencias dolorosas que estás viviendo”, expresó.

Algo que le llamó mucho la atención, es que en este tiempo buscaron su apoyo no tanto por perder a un ser querido, sino por la culpa, enojo, frustración y hasta negación por haber contagiado a un familiar o amigos, quienes lamentablemente fallecieron y también por la tristeza de no poder realizar el mismo ritual que hacían antes o los mismos acompañamientos como velorios y misas para sus familiares fallecidos, una despedida atípica. “La covid-19 cambió por completo la forma de despedir a sus seres queridos”.

A pesar de llevar 10 años dedicándose a la tanatología, Norma Gavaldón consideró que la contingencia sanitaria ha sido todo un reto para la población, al no poder tocar, abrazar y estar cerca de los seres más amados, conjugado con el miedo a lo desconocido que fue el SARS-CoV-2 y sus implicaciones.

El mayor desafío, reconoció, ha sido que la gente, tanto el enfermo como los familiares, no puedan estar cerca, ni siquiera al momento de la despedida, “esa soledad, si estás en un hospital, al final es alguien que no puedes ni verle la cara; entonces sí es una situación difícil que el familiar no pueda despedirse, cerrar ciclos, que sea rápida la despedida, el saber que una semana o dos semanas tu familiar había estado bien y ya no está, esos han sido de los mayores retos”.

Con la Covid-19 vino el miedo y si bien es un sentimiento que ayuda a verificar y analizar una situación, la especialista refiere que se debe saber controlar, no permitir que el miedo domine ni paralice, saber que para cuidarse no tienen que dejar que vivir.

“La Covid-19 ha sido una enfermedad por la cual se ha trabajado mucho el miedo porque hemos dejado atrás lo que realmente importa. Se empezó a difundir mucho más la tanatología, los médicos nos empezaron a pedir ayuda; es un trabajo en equipo. Sí fue un auge, una por los enfermos y otra, porque todos tuvimos un cambio de vida”.

La tanatología viene del origen griego thanatos (muerte) y logos (estudio o tratado), es el tratado de la muerte, explicó, pero al igual trabajan toda clase de pérdidas, como ejemplo, la pérdida de la libertad por las medidas de aislamiento obligatorio, que a su vez provocaron la soledad y hasta la depresión de las personas.

La tanatología ha sido importante en este tiempo de epidemia, al presentarse la necesidad de auxiliar a la persona que ya presentía que iba a partir, así como ayudar a sus familiares, a los dolientes, a las personas que quedaron en este mundo y también estaban ante una experiencia desconocida, detalló el tanatólogo, Miguel Ángel Álvarez.

Es ingeniero de profesión, pero tanatólogo de corazón, manifestó que a pesar de que esta rama tuvo una mayor aceptación y conocimiento en este tiempo, también hubo personas que no quisieron acercarse por prejuicios o mala información.

Y es que, aclaró, el éxito de un acompañamiento tanatológico depende mucho de que la persona esté dispuesta a recibir ese apoyo, “los mejores acompañamientos suceden cuando la persona voluntariamente desea recibir el apoyo y en la medida que se formen tanatólogos altamente profesionales, con el conocimiento necesario, porque son muchas las áreas de conocimiento que se deben de tener para poder acompañar a una persona en sus emociones y sentimientos, en la medida en que se dé a conocer la labor del tanatólogo los acompañamientos podrán ser mejores”.

Pero ¿Cuándo se nos quitará este miedo a morirnos? Los especialistas coinciden que el miedo es un sentimiento normal, pero debes reconocer, en una primera instancia, qué es lo que te da miedo sobre morir para dar paso a la aceptación y reconocer que todos estamos en este mismo espacio por una razón, que no somos eternos.

Verónica León Saucedo detalló que el miedo a morir siempre va a estar, es un miedo que finalmente no se puede evitar porque es el miedo a lo desconocido y tal vez cuando se piensa, comenzamos a darnos cuenta que la muerte no es más que la graduación de nuestra vida.

“Es esa parte de entregarnos a vivir, disfrutar, cumplir nuestra misión de vida y posteriormente a eso entender que tenemos un tiempo para vivir y que no somos eternos, que somos finitos, que simplemente y sencillamente sí tenemos una fecha de caducidad”.

La tanatóloga recomendó que esta disciplina pueda ser como ir al médico a una revisión, a un chequeo constante, que sea una compañera en las pérdidas que se tienen a lo largo de la vida para enseñarnos a cómo enfrentarlas.

Por su lado, Norma Gavaldón, explicó que en tanatología se habla de cuatro cuerpos, el físico, mental, emocional y espiritual que a su vez están integrados pero que en esta dimensión el cuerpo mental es que el domina, creado entonces por los pensamientos una emoción y esa emoción se refleja físicamente. En su lugar debería ser más fuerte el cuerpo espiritual, que se refiere al acercamiento de fe, de confianza, que ayuda a salir adelante en las crisis, “si lo tuviéramos más fuerte estaríamos más tranquilos”.

En este sentido, aseveró que para dejar este miedo de lado es importante hacerte consciente de tus pensamientos, el tomar consciencia de que esta pasando, que estás pensando, si es un miedo real o irreal, “sí es un hecho real que está la pandemia pero ahorita estás sana, entonces deja ese miedo porque estás sana; por eso es vivir el momento, dar gracias porque estás sana, que tu familia está bien, enfocarte en lo positivo”.

Finalmente, Miguel Ángel Álvarez, ratificó que el miedo se quitará cuando seamos capaces, en primer lugar, de comprender porque estamos en esta vida, en este plan existencial, y cuáles son los ciclos naturales de la existencia, así como cuando seamos capaces de comprender que todo cambia, que en la existencia nada es permanente, que todo tiene un objetivo, una misión y cuando esa misión se cumple se tiene que avanzar a las etapas siguientes.

“Una persona puede tener miedo a morir, otra persona puede tener miedo a que su ser amado se muera, fallezca, pero al mismo tiempo pueden tener tristeza, haciendo énfasis que una cosa es tener miedo y otra dolor. El miedo lo podremos manejar, el dolor también pero el dolor no podremos evitarlo cuando los lazos entre las personas, la que se queda y la que parte, son muy fuertes y en estos casos no existe una explicación o no existe una metodología que evite que la persona sufra”.


El siglo XXI siempre será recordado por la llegada del virus SARS-CoV-2, que ha traído consigo no sólo la pérdida de millones de vidas, sino también porque ha modificado por completo la rutina diaria, pasando de mantener un contacto permanente con las personas al distanciamiento social, en especial, en el punto más álgido de la pandemia.

El 2021 inició con el dolor de toda la humanidad, la globalización alcanzó la salud de la población mundial y el duelo por lo pasado sigue a la orden del día. Éste duelo y el miedo de perder a un ser querido o simplemente el temor a enfermarse trajo a flote una disciplina que para muchas personas era desconocida, para otras, tal vez no tanto, pero quizá desconocían realmente cuál era su función.

La Tanatología es una disciplina científica que se encarga de encontrar el sentido al proceso de la muerte, sus ritos y significado concebido como disciplina profesional, que integra a la persona como un ser biológico, psicológico, social y espiritual para vivir en plenitud y buscar su trascendencia.

Si bien una definición más concreta es considerarla como “el estudio de la vida que incluye a la muerte”, se encarga también de los duelos derivados de pérdidas significativas que no tengan que ver con la muerte física o enfermos terminales.

La tanatología, de acuerdo con especialistas en el bien morir, es una disciplina que te acompaña desde el amor y la comprensión hacia otra persona pero con base en tus propias experiencias. Es una rama que te invita a generar un estilo de vida para entonces enfrentar la vida y las pérdidas constantes que se presentan en el camino.

Para la tanatóloga y coach emocional, Verónica León Saucedo, la contingencia sanitaria ha sido una temporada de mucho trabajo y aprendizaje, pero sobre todo de entendimiento, comprensión y compasión, tiempo en que se ha percatado de la importancia de ésta disciplina integral en un momento donde las pérdidas han sido tan inesperadas.

Los ciudadanos descubrieron realmente qué es la tanatología y por qué es tan necesaria en este momento; “antes, mucha gente me decía que no sabían que existía esta rama, decían ‘yo pensé que era para cuando ya me fuera a morir’. Y no es así, un tanatólogo te acompaña a encontrar el sentido para vivir a pesar del diagnóstico o de las experiencias dolorosas que estás viviendo”, expresó.

Algo que le llamó mucho la atención, es que en este tiempo buscaron su apoyo no tanto por perder a un ser querido, sino por la culpa, enojo, frustración y hasta negación por haber contagiado a un familiar o amigos, quienes lamentablemente fallecieron y también por la tristeza de no poder realizar el mismo ritual que hacían antes o los mismos acompañamientos como velorios y misas para sus familiares fallecidos, una despedida atípica. “La covid-19 cambió por completo la forma de despedir a sus seres queridos”.

A pesar de llevar 10 años dedicándose a la tanatología, Norma Gavaldón consideró que la contingencia sanitaria ha sido todo un reto para la población, al no poder tocar, abrazar y estar cerca de los seres más amados, conjugado con el miedo a lo desconocido que fue el SARS-CoV-2 y sus implicaciones.

El mayor desafío, reconoció, ha sido que la gente, tanto el enfermo como los familiares, no puedan estar cerca, ni siquiera al momento de la despedida, “esa soledad, si estás en un hospital, al final es alguien que no puedes ni verle la cara; entonces sí es una situación difícil que el familiar no pueda despedirse, cerrar ciclos, que sea rápida la despedida, el saber que una semana o dos semanas tu familiar había estado bien y ya no está, esos han sido de los mayores retos”.

Con la Covid-19 vino el miedo y si bien es un sentimiento que ayuda a verificar y analizar una situación, la especialista refiere que se debe saber controlar, no permitir que el miedo domine ni paralice, saber que para cuidarse no tienen que dejar que vivir.

“La Covid-19 ha sido una enfermedad por la cual se ha trabajado mucho el miedo porque hemos dejado atrás lo que realmente importa. Se empezó a difundir mucho más la tanatología, los médicos nos empezaron a pedir ayuda; es un trabajo en equipo. Sí fue un auge, una por los enfermos y otra, porque todos tuvimos un cambio de vida”.

La tanatología viene del origen griego thanatos (muerte) y logos (estudio o tratado), es el tratado de la muerte, explicó, pero al igual trabajan toda clase de pérdidas, como ejemplo, la pérdida de la libertad por las medidas de aislamiento obligatorio, que a su vez provocaron la soledad y hasta la depresión de las personas.

La tanatología ha sido importante en este tiempo de epidemia, al presentarse la necesidad de auxiliar a la persona que ya presentía que iba a partir, así como ayudar a sus familiares, a los dolientes, a las personas que quedaron en este mundo y también estaban ante una experiencia desconocida, detalló el tanatólogo, Miguel Ángel Álvarez.

Es ingeniero de profesión, pero tanatólogo de corazón, manifestó que a pesar de que esta rama tuvo una mayor aceptación y conocimiento en este tiempo, también hubo personas que no quisieron acercarse por prejuicios o mala información.

Y es que, aclaró, el éxito de un acompañamiento tanatológico depende mucho de que la persona esté dispuesta a recibir ese apoyo, “los mejores acompañamientos suceden cuando la persona voluntariamente desea recibir el apoyo y en la medida que se formen tanatólogos altamente profesionales, con el conocimiento necesario, porque son muchas las áreas de conocimiento que se deben de tener para poder acompañar a una persona en sus emociones y sentimientos, en la medida en que se dé a conocer la labor del tanatólogo los acompañamientos podrán ser mejores”.

Pero ¿Cuándo se nos quitará este miedo a morirnos? Los especialistas coinciden que el miedo es un sentimiento normal, pero debes reconocer, en una primera instancia, qué es lo que te da miedo sobre morir para dar paso a la aceptación y reconocer que todos estamos en este mismo espacio por una razón, que no somos eternos.

Verónica León Saucedo detalló que el miedo a morir siempre va a estar, es un miedo que finalmente no se puede evitar porque es el miedo a lo desconocido y tal vez cuando se piensa, comenzamos a darnos cuenta que la muerte no es más que la graduación de nuestra vida.

“Es esa parte de entregarnos a vivir, disfrutar, cumplir nuestra misión de vida y posteriormente a eso entender que tenemos un tiempo para vivir y que no somos eternos, que somos finitos, que simplemente y sencillamente sí tenemos una fecha de caducidad”.

La tanatóloga recomendó que esta disciplina pueda ser como ir al médico a una revisión, a un chequeo constante, que sea una compañera en las pérdidas que se tienen a lo largo de la vida para enseñarnos a cómo enfrentarlas.

Por su lado, Norma Gavaldón, explicó que en tanatología se habla de cuatro cuerpos, el físico, mental, emocional y espiritual que a su vez están integrados pero que en esta dimensión el cuerpo mental es que el domina, creado entonces por los pensamientos una emoción y esa emoción se refleja físicamente. En su lugar debería ser más fuerte el cuerpo espiritual, que se refiere al acercamiento de fe, de confianza, que ayuda a salir adelante en las crisis, “si lo tuviéramos más fuerte estaríamos más tranquilos”.

En este sentido, aseveró que para dejar este miedo de lado es importante hacerte consciente de tus pensamientos, el tomar consciencia de que esta pasando, que estás pensando, si es un miedo real o irreal, “sí es un hecho real que está la pandemia pero ahorita estás sana, entonces deja ese miedo porque estás sana; por eso es vivir el momento, dar gracias porque estás sana, que tu familia está bien, enfocarte en lo positivo”.

Finalmente, Miguel Ángel Álvarez, ratificó que el miedo se quitará cuando seamos capaces, en primer lugar, de comprender porque estamos en esta vida, en este plan existencial, y cuáles son los ciclos naturales de la existencia, así como cuando seamos capaces de comprender que todo cambia, que en la existencia nada es permanente, que todo tiene un objetivo, una misión y cuando esa misión se cumple se tiene que avanzar a las etapas siguientes.

“Una persona puede tener miedo a morir, otra persona puede tener miedo a que su ser amado se muera, fallezca, pero al mismo tiempo pueden tener tristeza, haciendo énfasis que una cosa es tener miedo y otra dolor. El miedo lo podremos manejar, el dolor también pero el dolor no podremos evitarlo cuando los lazos entre las personas, la que se queda y la que parte, son muy fuertes y en estos casos no existe una explicación o no existe una metodología que evite que la persona sufra”.


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