Estamos en la época de las temperaturas más altas del año y yo, como una buena integrante del #teamcalor, la estoy disfrutando mucho.
Sin embargo esta época no es del agrado de muchas personas no solamente por el calorcito, sino porque el paisaje se ve seco.
Distribuida por la vertiente del pacífico, pasando por el sur de Sonora, hasta Chiapas y extendiéndose hacia Centroamérica y presente un poquito en Chihuahua, Baja California y Yucatán, la Selva Baja Caducifolia (Selva Seca o Bosque Tropical Caducifolio) es uno de los ecosistemas más frágiles de nuestro país.
Hoy la selva está lo que le sigue de seca, sin hojas, con tonos tierra tirando a color gris, con alguna que otra especie nativa floreciendo, pero no más a simple vista.
Pero no dejemos que las apariencias nos engañen porque la época seca esconde muchas maravillas. Como su nombre lo dice, este tipo de vegetación es baja, los árboles normalmente no pasan de los 15 metros de alto y es caducifolia porque la gran mayoría de las especies vegetales, durante el periodo de sequía que puede variar de 5 a 8 meses, tiran las hojas por falta de recursos.
Lo que más me gusta de la selva es su manera tan dramática de cambiar de look. En cuanto caen las primeras gotas de lluvia reverdece intensamente. Los nativos Copales, Tepeguajes, Bonetes, Cazaguates, Ceibas, Amates, Cactus columnares adornan los alrededores intercambiando sus floraciones ofreciendo un espectáculo colorido durante todo el año.
De todas las especies de plantas que encontramos aquí, el 40 por ciento son endémicas, o sea que no habitan en ningún otro lugar del planeta, son únicas de la región.
Además, los seis felinos que viven en México también andan por la Selva Baja: el Lince, el Tigrillo, el Ocelote, el Jaguar, el puma y el Jaguarundi. Y a quienes les gustan las aves, también les encantará saber que durante la época de secas es más sencillo apreciar a todas las que ahí habitan desde los Pájaros Bandera hasta las Guacamayas Verdes (cuya población ya está muy disminuida en muchas zonas).
Sin embargo, a pesar de su enorme riqueza y de todas las joyas naturales que viven aquí, es el ecosistema más amenazado por la fragmentación y la deforestación. La Selva Baja no solamente es relevante biológicamente, también tiene importancia biológica e histórica.
En Morelos, fue la Selva Baja la que vio nacer, crecer, luchar y morir al Caudillo del Sur: Emiliano Zapata.