/ jueves 30 de enero de 2020

Recordarán a Pablo Larios

Este viernes 31 de enero se conmemora el primer aniversario luctuoso del arquero de la Selva Cañera

Para este viernes 31 de enero, en el primer aniversario del fallecimiento del portero más espectacular y efectivo que el fútbol mexicano ha visto en su historia, se jugará un partido entre Zacatepec y los Amigos de Puebla que traen exprofesionales compañeros de Larios a las 10 horas en la cancha del Ingenio. Pablo Larios Iwasaki, quién contaba con 58 años y seis meses de edad; la noticia corrió como pólvora entre los medios locales, estatales, nacionales e internacionales.

Bien se recuerda esos momentos, el miércoles 30 de enero de ese 2019 alrededor de las 02:30 de la madrugada ingresa al hospital general zona norte en la Ciudad de Puebla el exguardameta ex seleccionado Pablo Larios Iwasaki, es internado de emergencia ya que presentaba un dolor en el estómago, los médicos que le brindaron atención lo sometieron de urgencia a una cirugía debido a una oclusión intestinal y a un paro respiratorio, saliendo del quirófano a las 4 de la mañana y fue hasta el día jueves 31 que fallece cerca de las 9:30 de la mañana.

Pablo Larios Iwasaki nació en Zacatepec, un 31 de julio de 1960; el segundo de tres hijos, Francisco Larios también exjugador cañero, y Carmen Olimpia quién falleciera en un accidente automovilístico. Sus inicios en el fútbol lo hizo alrededor de 13 a 14 años de edad, su primer equipo fue con el Juventus donde era delantero y portero, la “Cira” Dávila y Raúl "Piteco" Sánchez lo tuvo en las Fuerzas Básicas en el Cisneros.

Cuenta Francisco Larios, que su papá habló con el directivo del Club Zacatepec Arturo “El Tigre” Betancourt, y fue Turcato quién lo debutó. Su entrenador fue Raúl “Piteco” Sánchez. Su papá Pablo Larios Guzmán tenía un equipo de fútbol en la Liga Cañera y cuando empezó a ver que sus hijos les llamaba la atención esta disciplina, empezó hacer su propio gimnasio y hacerse de unas pesas de cemento, los entrenaba y los aconsejaba.

Su mamá de ascendencia japonesa llegó muy pequeña junto con sus papás y sus cuatro hermanas a Baja California debido a la Segunda Guerra Mundial que tuvo lugar entre los años de 1939 y 1945. Posteriormente llegan a Guadalajara, después a la Ciudad de México y finalmente invitan a su abuelo para trabajar en el Ingenio Emiliano Zapata de obrero.

Ya en el centro Zacatepec colocan un negocio de “Pancita” que en esos tiempos era muy curioso debido a que todos eran de rasgos orientales y tenían muy buen sazón, algo que aprendieron en los muchos lugares en los que anduvieron por varios estados de la República.

Narra Francisco Larios quién se llevaba tan solo un año y medio de edad con Pablo y con quién por cierto fueron hermanos inseparables apoyándose en todo. Sus padres Pablo Larios Guzmán y su madre María del Carmen Masako Iwasaki Jarta se conocieron en Zacatepec, él era originario de Zacatecas y era repartidor de gas.

Su padre posteriormente se hizo de un negocio de materiales para construcción donde menciona Francisco Larios que ellos eran los choferes, los macheteros, cargaban bultos de cemento, de cal. A las 10 de la mañana con permiso de don Pablo Larios se iban a entrenar, y terminando el entrenamiento iban a darse un chapuzón al río Apatlaco donde aún estaba en buenas condiciones y era muy limpio y se iban a cortar mangos.

Fue portero y capitán en varios equipos de la Primera y Segunda División, así como la Selección Mexicana de Futbol. Se caracterizó por un estilo único, arriesgado de jugar el esférico más allá de la portería y con ello inspiró a otros como a Jorge Campos.

Larios jugó los cinco partidos de México en el Mundial 86 con solo un par de goles recibidos, lo cual lo incluyó entre los mejores arqueros de la competición en la que Argentina de Diego Armando Maradona le ganó la final 3-2 a los alemanes.

“La gente sufría con mis salidas, pero mis compañeros no. Volaba como una mosca, tan frágil y débil pero seguro a la hora de tomar el balón con las manos. Fallaba en algunas ocasiones, al menos”, contaba Pablo Larios hace unos años al escritor Carlos Barrón en un testimonio parte del libro “Tiempo de compensación”.

Tuvo sin duda alguna, un estilo único bajo los tres palos, quién debutó como profesional con el Zacatepec en 1980 y luego pasó por Cruz Azul, con el Puebla alcanzó su mayor éxito donde ganó la liga en 1990 y un año después la Copa; en 1992 ganó el subcampeonato con La Franja, a mediado de los noventa jugó en los Toros Neza donde jugó la final en 1997. Un año después se retiraría de las canchas.

En la temporada 1981-82 gana el “El Citlali”, o más conocido como el balón de oro que es un premio que otorga la Federación Mexicana de Fútbol para destacar a lo mejor del fútbol mexicano cada torneo. Y lo gana en esa ocasión como portero del equipo Zacatepec. En 1986-87 nuevamente lo gana y esta vez por el Cruz Azul.

Pablo Larios Iwasaki después de su retiro decide vivir en Puebla donde por un tiempo se dedicó a la fabricación de uniformes de guardias de seguridad. Pablo en su vida personal tuvo a su hijo mayor Javier Larios con Estela Contreras; con Rosa Ayala a Paola Larios; con Leticia Garza a Pablo y Sumiko; su última pareja Selene Millán tuvo a sus hijos aún menores de edad Pablo Farid y Carmen Mariel de apenas un año y seis meses de edad.

Sin duda su vida estuvo marcada por la muerte de sus seres queridos; su padre Pablo Larios Guzmán fallece el 11 de agosto del 2005; a los dos meses en un accidente automovilístico la pareja que tenía en ese momento de nombre Daniela; a los tres años, en el 2008, su hijo de apenas 19 años de edad Pablo Larios Garza falleció en su intento por llegar a Estados Unidos para ver a su novia, luego de haber cruzado el rio Bravo y quién fue sepultado en Tamaulipas donde vivía con su madre y sus hermanos; tres años después un 4 de agosto del 2011 su madre María del Carmen Masako Iwasaki Jarta; y dos años más tarde en un accidente automovilístico su hermana Carmen Olimpia.

Pablo tuvo más de 20 operaciones en su rostro donde comentaba que le había caído un virus, aunque aceptó haber caído en el mundo de las drogas al deprimirse por la muerte de sus seres queridos y donde recalcó que siempre se había arrepentido de haberla consumido; así lo revelara por primera vez en una entrevista a Univisión TDN.

Para las elecciones del 2018, Larios Iwasaki fue registrado como candidato de Movimiento Ciudadano para la presidencia municipal por Zacatepec, Morelos.

“El Arquero de la Selva” como se le conocía por ser del municipio cañero, ha pasado a la historia como un inmortal del fútbol mexicano.

Para este viernes 31 de enero, en el primer aniversario del fallecimiento del portero más espectacular y efectivo que el fútbol mexicano ha visto en su historia, se jugará un partido entre Zacatepec y los Amigos de Puebla que traen exprofesionales compañeros de Larios a las 10 horas en la cancha del Ingenio. Pablo Larios Iwasaki, quién contaba con 58 años y seis meses de edad; la noticia corrió como pólvora entre los medios locales, estatales, nacionales e internacionales.

Bien se recuerda esos momentos, el miércoles 30 de enero de ese 2019 alrededor de las 02:30 de la madrugada ingresa al hospital general zona norte en la Ciudad de Puebla el exguardameta ex seleccionado Pablo Larios Iwasaki, es internado de emergencia ya que presentaba un dolor en el estómago, los médicos que le brindaron atención lo sometieron de urgencia a una cirugía debido a una oclusión intestinal y a un paro respiratorio, saliendo del quirófano a las 4 de la mañana y fue hasta el día jueves 31 que fallece cerca de las 9:30 de la mañana.

Pablo Larios Iwasaki nació en Zacatepec, un 31 de julio de 1960; el segundo de tres hijos, Francisco Larios también exjugador cañero, y Carmen Olimpia quién falleciera en un accidente automovilístico. Sus inicios en el fútbol lo hizo alrededor de 13 a 14 años de edad, su primer equipo fue con el Juventus donde era delantero y portero, la “Cira” Dávila y Raúl "Piteco" Sánchez lo tuvo en las Fuerzas Básicas en el Cisneros.

Cuenta Francisco Larios, que su papá habló con el directivo del Club Zacatepec Arturo “El Tigre” Betancourt, y fue Turcato quién lo debutó. Su entrenador fue Raúl “Piteco” Sánchez. Su papá Pablo Larios Guzmán tenía un equipo de fútbol en la Liga Cañera y cuando empezó a ver que sus hijos les llamaba la atención esta disciplina, empezó hacer su propio gimnasio y hacerse de unas pesas de cemento, los entrenaba y los aconsejaba.

Su mamá de ascendencia japonesa llegó muy pequeña junto con sus papás y sus cuatro hermanas a Baja California debido a la Segunda Guerra Mundial que tuvo lugar entre los años de 1939 y 1945. Posteriormente llegan a Guadalajara, después a la Ciudad de México y finalmente invitan a su abuelo para trabajar en el Ingenio Emiliano Zapata de obrero.

Ya en el centro Zacatepec colocan un negocio de “Pancita” que en esos tiempos era muy curioso debido a que todos eran de rasgos orientales y tenían muy buen sazón, algo que aprendieron en los muchos lugares en los que anduvieron por varios estados de la República.

Narra Francisco Larios quién se llevaba tan solo un año y medio de edad con Pablo y con quién por cierto fueron hermanos inseparables apoyándose en todo. Sus padres Pablo Larios Guzmán y su madre María del Carmen Masako Iwasaki Jarta se conocieron en Zacatepec, él era originario de Zacatecas y era repartidor de gas.

Su padre posteriormente se hizo de un negocio de materiales para construcción donde menciona Francisco Larios que ellos eran los choferes, los macheteros, cargaban bultos de cemento, de cal. A las 10 de la mañana con permiso de don Pablo Larios se iban a entrenar, y terminando el entrenamiento iban a darse un chapuzón al río Apatlaco donde aún estaba en buenas condiciones y era muy limpio y se iban a cortar mangos.

Fue portero y capitán en varios equipos de la Primera y Segunda División, así como la Selección Mexicana de Futbol. Se caracterizó por un estilo único, arriesgado de jugar el esférico más allá de la portería y con ello inspiró a otros como a Jorge Campos.

Larios jugó los cinco partidos de México en el Mundial 86 con solo un par de goles recibidos, lo cual lo incluyó entre los mejores arqueros de la competición en la que Argentina de Diego Armando Maradona le ganó la final 3-2 a los alemanes.

“La gente sufría con mis salidas, pero mis compañeros no. Volaba como una mosca, tan frágil y débil pero seguro a la hora de tomar el balón con las manos. Fallaba en algunas ocasiones, al menos”, contaba Pablo Larios hace unos años al escritor Carlos Barrón en un testimonio parte del libro “Tiempo de compensación”.

Tuvo sin duda alguna, un estilo único bajo los tres palos, quién debutó como profesional con el Zacatepec en 1980 y luego pasó por Cruz Azul, con el Puebla alcanzó su mayor éxito donde ganó la liga en 1990 y un año después la Copa; en 1992 ganó el subcampeonato con La Franja, a mediado de los noventa jugó en los Toros Neza donde jugó la final en 1997. Un año después se retiraría de las canchas.

En la temporada 1981-82 gana el “El Citlali”, o más conocido como el balón de oro que es un premio que otorga la Federación Mexicana de Fútbol para destacar a lo mejor del fútbol mexicano cada torneo. Y lo gana en esa ocasión como portero del equipo Zacatepec. En 1986-87 nuevamente lo gana y esta vez por el Cruz Azul.

Pablo Larios Iwasaki después de su retiro decide vivir en Puebla donde por un tiempo se dedicó a la fabricación de uniformes de guardias de seguridad. Pablo en su vida personal tuvo a su hijo mayor Javier Larios con Estela Contreras; con Rosa Ayala a Paola Larios; con Leticia Garza a Pablo y Sumiko; su última pareja Selene Millán tuvo a sus hijos aún menores de edad Pablo Farid y Carmen Mariel de apenas un año y seis meses de edad.

Sin duda su vida estuvo marcada por la muerte de sus seres queridos; su padre Pablo Larios Guzmán fallece el 11 de agosto del 2005; a los dos meses en un accidente automovilístico la pareja que tenía en ese momento de nombre Daniela; a los tres años, en el 2008, su hijo de apenas 19 años de edad Pablo Larios Garza falleció en su intento por llegar a Estados Unidos para ver a su novia, luego de haber cruzado el rio Bravo y quién fue sepultado en Tamaulipas donde vivía con su madre y sus hermanos; tres años después un 4 de agosto del 2011 su madre María del Carmen Masako Iwasaki Jarta; y dos años más tarde en un accidente automovilístico su hermana Carmen Olimpia.

Pablo tuvo más de 20 operaciones en su rostro donde comentaba que le había caído un virus, aunque aceptó haber caído en el mundo de las drogas al deprimirse por la muerte de sus seres queridos y donde recalcó que siempre se había arrepentido de haberla consumido; así lo revelara por primera vez en una entrevista a Univisión TDN.

Para las elecciones del 2018, Larios Iwasaki fue registrado como candidato de Movimiento Ciudadano para la presidencia municipal por Zacatepec, Morelos.

“El Arquero de la Selva” como se le conocía por ser del municipio cañero, ha pasado a la historia como un inmortal del fútbol mexicano.

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