Entre los cerros de Tepoztlán, nació Porfirio Villamil Linares en el año de 1923, uno de los más destacados deportistas que ha dado este valle mágico ubicado en el corazón de Morelos a más de mil 700 metros sobre el nivel del mar.
Don Porfirio, El Jefe como le conocen los habitantes por sus logros como deportista primero y luego como montador de toros, cumplió el pasado viernes 15 de febrero, 96 años de edad.
Durante su vida ha tenido que resistir cinco infartos, el último hace cuatro años, lo que según los médicos le ha ocasionado que su corazón funcione en la actualidad al 25 por ciento de su capacidad. Ha sido el primero y el único habitante de este mágico lugar que logró implantar una marca nacional de 15.13 minutos en la distancia de 5 kilómetros en el año de 1946 a la edad de 23 años.
Su constancia como corredor de medio fondo, le abrió la posibilidad años mas tarde de asistir a los Juegos Panamericanos en Argentina que habrían de celebrarse a mediados del siglo pasado, sin embargo una grave enfermedad de su esposa lo llevó a tomar la decisión de no acudir y decirle adiós a las competencias.
LA HISTORIA DEL JEFE
El Jefe nos recibió en su hogar ubicado en el céntrico barrio de San Miguel de Tepoztlán, rodeado de dos de sus tres hijos, Virginia y Alejandro Villamil, además de uno de sus nietos, y dos de sus bisnietos. Pese a la edad y a los problemas de salud de los que ha salido adelante, don Porfirio luce en buenas condiciones físicas, en espera de ir por otra marca: llegar a los 102 años que vivió su propia madre.
Alejandrino Villamil, el más joven de los hijos, narra con orgullo la exitosa trayectoria deportiva de su padre.
Ha sido uno de los corredores más destacados del valle. Desafortunadamente no pudo asistir a los Panamericanos en Argentina después de lograr el récord nacional para asistir en los cinco mil metros con tiempo de 15 minutos y 13 segundos en el año de 1946. Con esa marca ganó la eliminatoria para ir a Argentina, pero desafortunadamente en esa ocasión se enfermó mi madre y ya no le fue posible acudir
Y es que los pronósticos de los médicos no eran buenos respecto a la salud de su cónyuge; "había la posibilidad de que si iba ya no volvería a verla con vida, por lo que decidió quedarse y afortunadamente mi madre Aurelia Torres logró recuperarse".
RECONOCEN SU TRAYECTORIA CON CARRERA DE MONTAÑA EN SU HONOR
"No fue una vida muy larga dentro del atletismo la de mi padre, pero a la fecha la gente le recuerda y lo reconoce; hace algunos años se realizó aquí en su honor una carrera atlética Los Pasos de Quetzalcóatl, del circuito de montaña Sólo Para Salvajes, competencia de 25 kilómetros que a más de 14 años se sigue realizando sobre terrenos muy accidentados con la participación de corredores nacionales y extranjeros, donde los primeros 14 años fuimos parte de la organización".
Al cumplir el viernes pasado sus 96 años, el menor de la familia Villamil Torres expresó su orgullo por lo hecho por su padre.
No solo como padre, también es un ejemplo para la juventud por ser un hombre que vivió en una época difícil en cuanto a la actividad laboral, supo encontrar caminos para el trabajo y traer el sustento a la familia; como deportista es un ejemplo a seguir porque no fue sólo una situación de competir sino que ganó un campeonato nacional, y eso pocas personas lo logran
"Mi padre sembró una semilla que ha germinado en buenos deportistas que tenemos actualmente, no sólo en carreras largas como maratonistas, también en natación tenemos por ahí una medallista internacional, y eso es lo importante, que los jóvenes tengan estos ejemplos para dedicarse a realizar actividad deportivas y dejen los malos pasos que los llevan a las puertas falsas con tantas tentaciones que hay", puntualizó.
CORRIÓ SIEMPRE DESCALZO
Don Porfirio tuvo la peculiaridad de correr siempre descalzo en su etapa de corredor, que no fue muy larga pues a los 23 años luego del problema de salud que enfrentó su esposa, dejó las altas competencias.
Desde que empecé a correr siempre lo hice descalzo pues no me acomodaba a los tenis, entrenaba aquí en los terrenos más sinuosos sin calzado y así participé, descalzo
Aquél lejano año de 1943, a los 20 años de edad, don Porfirio encabezada a un grupo de corredores de Tepoztlán que solían acudir a los eventos atléticos principalmente a Cuernavaca y la Ciudad de México, y también a recibir a corredores que venía a las competencias que se organizaban entre los cerros del valle mágico.
Los corredores venían de Tlalnepantla, Tlaltizapan, Cuernavaca, y Atlatlahucan a competir aquí, pero él era quien destacaba, y no lo decimos nosotros como su familia, sino la gente, él fue punta de lanza para ganar a corredores de otras comunidades y municipios y por eso se le conoció como “El Jefe”
"Venían los de Atlatlahucan a retarnos y siempre les ganábamos, en carrera de relevos de siete salíamos de aquí a Cuernavaca, corriendo cada uno tres kilómetros hasta completar los 21", comentó.
Debido a su destacada participación, fue invitado a formar parte del club de atletismo de la capital del país Venados, donde empezó a tener sus mejores logros dentro del atletismo a invitación del organizador Guillermo Eddy, entre ellos dio aquella marca para el Panamericano.
Fue mi principal logro, gané muchas medallas en mi trayectoria pero esa fue la principal y también la que marcó mi retiro ante la enfermedad de mi esposa
Como reconocimiento a su hazaña, El Jefe recibió el 14 de enero de 2007, una hermosa charola de plata entregada por el Club Cuernavaca de Atletismo AC.
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